Inferno

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Capítulo 28

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Vayentha aparcó su motocicleta a apenas medio kilómetro al este. Había accedido a la parte antigua de la ciudad por el Ponte alle Grazie. Después de atar el casco a la moto, se dirigió hacia el Ponte Vecchio, el célebre puente peatonal que conectaba el Palazzo Pitti con el centro y se mezcló con los turistas más madrugadores.

Al llegar al río, la fresca brisa de marzo que soplaba agitó su corto cabello en punta, y eso le hizo recordar que Langdon conocía su aspecto. Se detuvo entonces en una de las muchas paradas que había en el puente y, tras comprar una gorra en la que ponía AMO FLORENCIA, se la bajó hasta los ojos.

Una vez en el centro del puente, se alisó el traje de cuero para disimular la protuberancia de la pistola y se apoyó despreocupadamente en una columna. Desde ahí podría examinar sin problema a todos los peatones que cruzaban el río Arno en dirección al centro de Florencia.

«Langdon va a pie —se dijo—. Si consigue pasar la Porta Romana, este puente es la ruta más lógica para llegar al centro».

Hacia el oeste, en dirección al Palazzo Pitti, oyó las sirenas de la policía y se preguntó si serían buenas o malas noticias. «¿Todavía le están buscando o ya le han atrapado?». Aguzó el oído por si podía obtener alguna indicación más de lo que estaba sucediendo, y percibió un nuevo ruido: un zumbido. Levantó instintivamente la mirada y enseguida divisó el pequeño helicóptero teledirigido que se elevaba sobre el palacio y las copas de los árboles en dirección al rincón nordeste de los jardines Boboli.

«Un drone de reconocimiento —pensó, y sintió un fugaz destello de esperanza—. Si está en el aire es que Brüder todavía no ha encontrado a Langdon».

El helicóptero se acercaba a toda velocidad. Parecía estar vigilando la zona del jardín más cercana al Ponte Vecchio y a la posición de Vayentha, lo cual la animó todavía más.

«Si Langdon ha eludido a Brüder, sin duda vendrá en esta dirección».

Pero de repente el drone descendió en picado por detrás del alto muro. A juzgar por el ruido que hacía, parecía haberse quedado suspendido al otro lado de la línea de árboles, como si hubiese localizado algo de interés.

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