Hard
Capítulo Trece
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—Davina. —El tono de voz y esa mirada cautelosa le rompieron un poco el corazón—. Tuve un jodido impulso que logré cambiar por un boleto de avión, pero ahora que lo pienso, todo el asunto fue algo estúpido, lamento haber interrumpido.
Los ojos de Davina se llenaron de lágrimas de vergüenza y felicidad, qué confusas eran las mujeres, ¿no? Sin pensarlo, se lanzó hacia él, enredando los brazos a su alrededor, besándolo suave y lento, de la manera que sabía que lo podía calmar y callar.
—Oh, Dios mío, Derek, cuánto te extrañé —susurró, separándose para mirarlo.
Se veía tan cansado. Sus ojos luciendo rojos, con círculos oscuros debajo de ellos. Y sin embargo, una hermosa sonrisa apareció solo para ella. Sus brazos se deslizaron alrededor de su cintura, atrayéndola hacia él, enterrando el rostro en su cuello.
—Por eso estoy aquí —dijo con voz amortiguada.