Evelina

Evelina


Parte Primera » Carta XXX

Página 38 de 97

CARTA XXX

De Evelina al reverendo señor Villars

Howard Grove, 6 de mayo

La suerte está echada y temblando espero los acontecimientos! Lady Howard ha escrito a París y ha enviado su carta a la ciudad para que sea expedida con el correo del embajador, y por tanto, en menos de dos semanas, esperamos recibir una respuesta. ¡Oh, señor, con cuánta ansiosa impaciencia espero su llegada! De ella parece depender mi futuro. Mi ansia es tan grande y la incertidumbre tan dolorosa que no consigo encontrar un momento de paz ni dirigir mis pensamientos hacia cualquier otro tema.

Por mucho que ahora esté profundamente interesada en esta cuestión, lamento que este plan haya sido propuesto: me parece que no podrá tener una conclusión satisfactoria para mí porque o bien me arrancará de los brazos de quien para mí es mucho más que un padre, o bien me provocará la infelicidad de convencerme finalmente de ser cruelmente repudiada de aquel que tiene el derecho natural a disfrutar de este apreciado título, un título que al escribirlo, pronunciarlo o simplemente pensar en él, me llena el alma de ternura filial.

Aquí no se habla de otra cosa. El capitán Mirvan y madame Duval, como de costumbre, discuten cada vez que sale a la luz: pero yo estoy tan monopolizada por mis propias reflexiones que ni siquiera consigo escucharles. Mi fantasía muta continuamente de panorama: en ciertos momentos me imagino abrazada por un padre bondadoso y cariñoso que me estrecha contra ese corazón que hasta ahora me era prohibido, y suplica, a través de mí, la paz y el perdón de las cenizas de mi madre. ¡En otros momentos él me mira con odio, me considera la imagen viviente de una santa ultrajada y me repudia horrorizado! Pero no quiero afligirle con los melancólicos fantasmas de mi imaginación. Me esforzaré en serenar mi alma, haciendo que alcance una mayor tranquilidad y me abstendré de escribir de nuevo hasta que, de algún modo, no sea capaz de lograrlo.

¡Que el Señor le bendiga, mi queridísimo señor! Y que le mantenga en la tierra por mucho, muchísimo tiempo para regocijo de su agradecida,

Evelina

Ir a la siguiente página

Report Page