Europa

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IV » Papá

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Por la mañana trabaja sin parar. Escribe cartas y las mecanografía en limpio. Una copia para ella, otra para los archivos, otra para el señor Schultz. Por la tarde llaman a la fábrica para decir que papá ha sufrido un ataque al corazón.

Heda se va corriendo al hospital. Papá está en una habitación caldeada, austera pero bien iluminada, metido en la cama con los ojos cerrados. Heda se asusta. Le gustaría pensar que papá está durmiendo, pero no está segura. Tiene miedo de acercarse a él. Una enfermera le trae comida. Pero papá no se ha despertado aún.

—¿Está bien? —le pregunta.

—Ha sido un ataque muy fuerte. Pero está mejor.

Heda se sienta en una silla frente a la cama. Junta las manos. Intenta rezar. Intenta no ser agresiva en su petición. Tiene ganas de gritar. Tiene ganas de increpar a Dios. ¿Qué dios es ese que permite que pase todo esto? Recuerda cuando se marchó de casa a la universidad la primera vez. Papá le dijo: cuando nos eches de menos, piensa en lo mucho que deseabas marcharte de aquí. Le horroriza pensar que no los echó de menos. Ni siquiera a él.

La madre entra en la habitación. Heda la mira. Ve tristeza en su cara, y un profundo dolor, pero no el terror desesperado que la atenaza a ella. La madre sabía más que Heda. No lo puede creer y por un momento siente un acerado rencor. Una envidia infundada hacia su madre, a la que siempre había creído mucho más alejada de su padre. Se siente culpable por pensar así. Besa a la madre y trata de disimular su abrazo, para que la madre no se aparte de ella como hace otras veces.

—¿Qué ha dicho el médico? —le pregunta Heda.

—Esta vez se va a poner bien.

—¿Esta vez?

—No ha sido la primera. Sufrió otro ataque cuando tú estabas en la universidad.

No puede disimular su rencor. Medio día antes, su padre era un hombre vivo. Ahora no puede despertar, le flaquean los sentidos y su respiración es irregular como la de un anciano. La muerte lo ha marcado. No tardará en volver y llevárselo.

¿Por qué él?, se pregunta. ¿Por qué no otro? La madre. Ella. Pamuk. Se pregunta qué será de ella cuando muera papá.

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