Eternity

Eternity


Capítulo 16

Página 26 de 27

 

1

6

 

 

 

Carrie y Josh siguieron sacudiéndose mutuamente la paja de sus vestidos mientras volvían a la casa.

— Me obligará a que vuelva con él —refunfuñó Carrie—. En cuanto conozca a esa mujer con la que te casaste me obligará a que me vaya con él.

Josh le apretó con más fuerza el brazo.

— Desearía que tuvieras más confianza en mí y menos en tu hermano. Puedo sacar adelante esta situación.

—¿Cómo? ¿Pescando los documentos en el estanque de Nora?

— Hay que hacer lo que se debe hacer —sentenció Josh, haciendo esfuerzos para que Carrie no se soltara—. Buenos días, hermano —le saludó a Ring, que se había arrodillado para hablar con los niños.

— Yo también tengo tres niños —le decía a Tem, mientras frotaba las orejas de Chuchú—. Tenéis que venir a visitarlos y a navegar en una embarcación.

—Y yo les enseñaré a montar a caballo —se ofreció Tem, pero como sus tres nuevos primos eran más pequeños que él, no le interesaban demasiado. Ring se puso en pie y le entregó a Carrie una caja grande, cuyo contenido ya conocía ella. Se trataba del traje de novia de su madre. Un momento después, Nora salió de la casa con el grande y rubio Eric pisándole los talones, como Chuchú se los pisaba a Carrie.

—¡Oh, no! —exclamó Josh, y se precipitó hacia delante, pero Carrie le contuvo.

—Si crees que mi hermano es tan estúpido como para que esa pintarrajeada, voluminosa, presumida...

Se calló, porque Ring estaba besando la enjoyada mano de Nora y mirándola como si fuera el ser más delicioso que jamás había visto.

—¿Decías...? —la animó Josh.

Con aire muy altivo, Carrie le dejó atrás y cuando llegó junto a su hermano se colocó entre él y Nora.

—Muy amable por su parte haber venido a visitarnos, señora...

No supo cómo llamar a aquella aborrecible mujer.

—West —la informó Nora, mirando a Ring por encima de la cabeza de Carrie—. Nora West es mi nombre profesional.

—La vi haciendo de Julieta —dijo Ring—. Estaba maravillosa.

—Romeo debía de ser un mulero —farfulló Carrie, antes de mirar a su hermano moviendo las pestañas—. Serías un niño para haberla visto lo bastante joven como para hacer de Julieta.

Josh la agarró por el brazo y la arrastró prácticamente hacia la casa.

—La comida —se disculpó— Carrie tiene que preparar el almuerzo para todos.

Una vez que estuvieron dentro de la casa, Josh se volvió hacia ella.

—¿Es que no puedes dominarte siquiera unas horas? Al menos hasta que me entregue el documento.

—¿Acaso esperas que me muestre amable con la mujer que está casada con mi marido?

—Sólo por unas horas. —Carrie soltó una desagradable risita.

— Tal vez tú seas un embustero profesional, pero yo no lo soy.

Exasperado, Josh se frotó los ojos y luego se echó a reír.

—No es posible que mi inmutable vanidad al pensar que soy un renombrado actor pueda cambiar tus sentimientos hacia mí. ¡Ay de mí! El gran Templeton ha quedado reducido a «embustero profesional». —La estrechó entre sus brazos—. ¿Crees que llegará el día en que pueda impresionarte? una vez que haya cumplido mi condena y vuelva a los escenarios, ¿acudirás a verme? ¿Te sentirás desfallecer ante mis actuaciones?

Carrie cerró los ojos, extasiada mientras él la besaba en el cuello.

—Creo que me gustaría que recitaras algo de esa poesía de Ring sólo para mí.

Josh le rozó la mejilla.

—«¡Ved cómo descansa la mejilla sobre la mano! ¡Ah, ojalá fuera un guante en su mano para poder tocar esa mejilla!»

Carrie sonrió.

—No estoy segura de que me guste oír que les digas semejantes cosas a otras mujeres, aunque sea a mujeres tan viejas y gordas como ella.

—No sería de verdad —alegó en tono cariñoso—. Sería un embustero con ellas, pero no contigo, Carrie.

Ella sonrió y él la besó.

—Una escena realmente enternecedora. —Nora estaba en la puerta—. Claro que, Joshua, querido, no es porque no te haya visto besar a centenares de mujeres, tanto en escena como fuera de escena.

Josh soltó a Carrie.

—Quiero ese documento, Nora, y lo quiero ahora mismo.

—Ya te he dicho dónde está —ronroneó ella. Josh mantuvo la vista apartada de sus generosos pechos porque sabía que Carrie le estaba observando.

—¿Qué es lo que quieres?

—A ti, naturalmente. Te he echado mucho de menos.

Josh tomó la mano de Carrie y la apretó.

— Me quieres a mí y otra media docena de hombres. Ya sabes que no tengo dinero, así que ¿qué andas buscando?

—Un trocito de la naviera de Warbrooke. —Estaba abriendo la boca para decirle que no sabía de qué hablaba cuando empezó a encajar las piezas del rompecabezas. Carrie parecía disponer de dinero sin límites, y ella procedía de Warbrooke, en el estado de Maine. Josh sabía que era rica, pero no que lo fuese hasta ese punto. El lema de la naviera, «Nosotros transportamos el Mundo», era famoso en todas partes, desde China a la India, a las selvas de América y a Australia.

Nora volvió a hacer uso de su tono ronco:

— Josh, amor mío, creo que has estado demasiado tiempo fuera de los escenarios. Tu cara es tan reveladora como la de un niño pequeño. De manera que no sabías que ella pertenecía a la naviera de Warbrooke.

Con una sonrisa absolutamente triunfante se sentó a la mesa.

Josh se volvió hacia Carrie, dispuesto a decirle lo que pensaba de ella por no haberle informado de que su familia era tan sumamente acaudalada, pero se limitó a sonreírle. Carrie no lo había mantenido en secreto; sencillamente a él no se le había ocurrido que su riqueza fuera tan importante.

Siguiendo un impulso la besó, pero no fue un beso apasionado, sino agradecido. Lo que le agradecía era que hubiese entrado en su vida. Con ella a su lado, con una mujer que tenía los pies tan firmemente asentados en la tierra como para no tener en consideración la gran importancia de su familia, Josh suponía que jamás se le permitiría que su vanidad de actor gobernara su vida. Carrie jamás le dejaría olvidar lo que era realmente importante en la vida.

Aun cuando no tuviera la menor idea de lo que Josh pensaba mientras la miraba con tanto amor, Carrie sonrió y se acercó más a él.

—¿Cómo te enteraste de lo de la naviera? —le preguntó Josh a Nora, tratando de ganar tiempo mientras se le ocurría qué hacer, ya que bajo ningún concepto podía permitir que la familia de Carrie tuviera que comprar su libertad.

—Por tu querido hermano Hiram. Realmente, Josh, no deberías tratar tan mal a ese hombre. Te ha dado esta encantadora granja. —Paseó la vista en derredor con gesto despectivo—. Jamás hubiera creído que pudieras vivir de esta manera. Tem dice que incluso cocinas.

Apretando la mano de Carrie y mirando a su ex mujer, Josh se preguntó cómo era posible que alguna vez la hubiera encontrado hermosa.

Debía de estar borracho.

—Así que Hiram te dijo que me había casado con alguien que tenía dinero.

—Sí. Al parecer tu pequeña... —Miró a Carrie de arriba abajo—. Tu pequeña amante hizo algo que desagradó a Hiram, así que ordenó que la investigaran. —Miró a Josh—. ¿Sabes que su adorable hermano se ha pasado la mañana comprando grandes parcelas de Eternity?

Josh miró interrogante a Carrie, que se encogió de hombros.

—Ring hace eso en todas partes.

Josh parpadeó asombrado ante su indiferencia tanto en lo referente a la gran fortuna de su familia como a los hábitos adquisitivos de su hermano. Cada cual tenía sus manías.

—Necesito cincuenta de los grandes —confesó Nora—. En cuanto pongas en mis manos cincuenta mil dólares, el documento es tuyo.

Después de sonreírles a ambos abandonó la casa. Carrie suspiró.

—Es una mujer odiosa, realmente odiosa. Me has decepcionado por haberte casado con una persona semejante.

— Resulta extraño —comentó Josh con sarcasmo—. A la mayoría de las segundas esposas les caen bien las primeras. ¿Adónde vas?

—A decirle a Ring que necesito cincuenta mil  dólares.

Josh la agarró del brazo.

—¿Así, sin más? ¿Vas a pedirle a tu hermano esa cantidad fabulosa de dinero? ¿Y vas a decirle para qué la necesitas? ¿Le dirás que es para comprar un documento de divorcio? Todo el día de ayer y esta mañana te los has pasado hablando del carácter altamente moral de tu hermano y de que se pondría furioso si llegara a descubrir que en realidad no estamos casados.

— Pues no se lo diré.

—Claro, te limitarás a pedirle cincuenta mil dólares y él te los dará sin preguntarte en absoluto para qué los necesitas.

—Por supuesto. Para eso está la familia, para ayudarse. El dinero no importa. Que tú estés casado con otra es mucho más importante que el dinero.

Josh se sentó a la mesa y se llevó las manos a la cara. Jamás había conocido a nadie con las teorías que sobre la vida tenía Carrie. Quería gritarle que era demasiado ingenua para darse cuenta de que el dinero lo era todo, que la gente mentía, engañaba, robaba y mataba por dinero. Hubiera querido ser capaz de advertirle que ella no lo comprendía porque jamás se había visto obligada a ganar dinero ni tuvo nunca la responsabilidad de mantenerse a sí misma y mucho menos a toda una familia. Pero se había alejado de él tan sólo durante seis semanas y en ese breve tiempo no sólo se mantuvo ella, sino que hasta cambió la economía de todo un pueblo.

—Jamás he conocido a gente como tu familia, Carrie —le dijo con cariño—. Si para vosotros, los Montgomery, no tiene importancia el dinero, ¿qué es lo que la tiene?

—Bueno, para nosotros es muy importante el dinero, sólo que el amor lo es más. Amor y dinero, en ese orden. Renunciaríamos al dinero por amor, pero no al amor por dinero. Además, por otra parte, el dinero casi nunca supone un problema para nuestra familia. Parece ser que tenemos talento para dos cosas: para casamos bien y para ganar dinero.

Sonriendo por lo que acababa de oír, Josh se puso en pie y la abrazó.

— Bueno, pues yo tengo talento para otras cosas. Y una de ellas consiste en ocuparme de mi propia familia. Acaso a veces no lo haga tan bien como debiera, pero me ocupo de ellos. No vas a pedirle a tu hermano un solo centavo. No vas a depender de él para que te saque de este enredo. Es mi problema y yo lo resolveré. ¿Me has comprendido bien?

— Pero sería tan fácil que Ring le extendiera un cheque... Y luego...

Josh la besó para que se callara.

—¿Quieres contarle a tu hermano la verdad? ¿Que esperas un hijo mío y no estamos casados?

Carrie suspiró.

—No, no quiero. Es que no lo entiendo, Josh Nadie de mi familia ha tenido problemas con sus asuntos amorosos: Ring dice que cuando él y su esposa se conocieron se enamoraron a primera vista y no tuvieron problema alguno. —Le dirigió una mirada dolida—. Tú ni siquiera supiste que me querías cuando me viste por primera vez.

Josh sonrió.

—Así es, no lo supe. Por lo tanto, ¿qué te parece si me paso el resto de mi vida tratando de compensarte? —La atrajo hacia sí y la besó—. Tú me quieres, pero ¿confías en mí lo suficiente para creerme  capaz de solventar nuestro problema?

—Pues claro que confío en ti. 

—Pues entonces haz lo que te diga sin preguntarme nada.

— Pero...

Volvió a besarla. .

—Me ocupo de mi familia, ¿lo entiendes? Ya no eres una Montgomery, sino una Templeton. —Carrie sonrió.

—Me gusta más que Greene. Carrie Templeton. —Mientras miraba a Josh, era consciente de que no le resultaría fácil no solicitar la ayuda de Ring. Toda su vida había acudido a sus hermanos o a su padre cuando necesitaba algo—. Muy bien —dijo por fin, y volvió a besarle—. Haré lo que me digas.

Ir a la siguiente página

Report Page