Escape – Capítulo 8. Una nueva etapa – Parte 1

Escape – Capítulo 8. Una nueva etapa – Parte 1


Escape – Capítulo 8. Una nueva etapa – Parte 1

Jin durmió un poco más de lo habitual. Gracias a eso, tan pronto como se despertó ya era la hora del desayuno. Y aunque dijo que no quería comer porque no tenía apetito, Sergei le llevó la comida a la habitación.

«El jefe me despedirá si te saltas aunque sea solo una comida.»

Como Sergei habló con seriedad, Jin se vio obligado a sentarse frente a la comida. Sergei le dijo que debía comer despacio, para que pudiera comérselo todo.

Y cuando Jin vio toda la comida que le habían preparado, ni siquiera tuvo ganas de suspirar. Era demasiada comida para ser un desayuno. Desde la sopa de patatas, la ensalada y el bistec…incluso si le decían que se comiera solo la ensalada, pensó que podría lograrlo, pero el bistec era demasiado. —¿Es este un nuevo tipo de tortura? No, para ser más precisos es como si me estuviera criando. Realmente no sé por qué debe alimentarme de esta manera. No soy tan flaco, aunque no tengo muchos músculos como Ilya o los demás miembros de la organización… . —

Se remangó la camisa, luego se tragó un gemido y levantó suavemente el tenedor. Después de recibir un disparo, había derramado mucha sangre y no pudo comer bien durante un tiempo, y por eso había bajado de peso. Al ver que sus costillas estaban completamente al descubierto, parecía un poco comprensible que Ilya estuviera haciendo un escándalo.

Sin embargo, era difícil obligarlo a comer algo que no le provocaba. —Creo que debería comer despacio como dijo Sergei. — Entonces, encendió la televisión porque quería olvidar que estaba comiendo. Pasó los canales y se detuvo en el canal de noticias. Sus ojos estaban fijos en la televisión mientras tomaba la ensalada seca con un tenedor.

Las noticias que trataban sobre incidentes menores y cuestiones políticas en Rusia, cambiaron a temas internacionales. En la pantalla se presentó una ciudad llamada Yeda ubicada en Arabia Saudita. La imagen fue tomada desde el aire por un helicóptero, y desde allí se podía ver un lugar en ruinas. Solo quedaban en pie algunos muros en lo que originalmente era un palacio.

«Anoche, un palacio en Yeda fue destruido por una misteriosa explosión. Basado en el testimonio de algunos testigos, se escucharon múltiples explosiones, en lo que podría considerarse un acto de terrorismo.»

—¿Terrorismo? Eso es escalofriante.Mientras masticaba la lechuga en su boca, no le dio mucha importancia al hecho.

«Este palacio era propiedad privada de Imran Al-Gala, quien llamaba la atención por ser el sucesor número uno de la Unión de Naciones del Medio Oriente, y sorprende aún más el hecho de que él estaba dentro del palacio en ese momento.»

Tan pronto como escuchó el nombre familiar, la mano de Jin se detuvo cuando estaba a punto de tomar la sopa. Jin miró las noticias en la pantalla, con los ojos abiertos de par en par.

«Hasta ahora, el destino de Imran Al-Gala no se ha confirmado, pero los expertos dicen que sus posibilidades de estar vivo son escasas, principalmente porque el palacio en el que se alojaba ha sido el más destruido. Como resultado, la Unión de Naciones del Oriente Medio sostuvo una reunión de emergencia y organizó un grupo de trabajo para encontrarlo… .»

Ting. La pantalla del televisor se apagó de repente, aunque no había tocado el control. Cuando se dio la vuelta, notó que Ilya fue quien presionó el botón del control remoto para apagar la televisión y luego se sentó frente a él.

—De ninguna manera… .

De ninguna manera. ¿No se conformó con matarlo en silencio, sino que también tenía que destruir todo de esa manera? ¿Tiene sentido que haya volado hasta allí y haya regresado en un solo día?Después de intentar negar el hecho, recordó que no estaba en Corea, sino en Moscú. Solo se necesitarían unas horas para cubrir la distancia de Moscú hasta Yeda.

—¿De ninguna manera?

Ilya repitió las palabras de negación de Jin con un tono indiferente. Como si le pasara algo, se sentó con las piernas cruzadas, apoyó el torso contra el respaldo de la silla y lo miró tranquilamente.

—No lo creo, pero preguntaré por si acaso. ¿Fuiste tú el que bombardeó el palacio en Yeda? —preguntó Jin, mirando a Ilya a los ojos.

Pero él ni lo negó, ni lo afirmó y siguió mirando a Jin. No podía adivinar nada con su expresión, porque tenía la cara en blanco.

—Oh, no puede ser.

Jin negó con la cabeza y evadió la mirada que lo estaba observando.

—¿Por qué no? —replicó Ilya.

—Oh, ¿entonces realmente lo hiciste?

Jin estaba asombrado y pronto se dio cuenta de que no sería una tontería que Ilya lo hiciera, así que no tuvo más remedio que tragarse un gemido y asentir.

—¿No sospecharán de ti?

Jin miró el rostro de Ilya. Estaba tan tranquilo, que nadie podría imaginar que acababa de regresar, después de realizar un trabajo tan tremendo.

—Nunca dije que lo hice.

Ante la respuesta de Ilya, Jin puso los ojos en blanco.

—¿Lo dices en serio? ¿Ahora me estás diciendo que no? —Mientras lo miraba en silencio, una esquina de su boca se curvó. También había alegría alrededor de sus ojos.

—Me alegra que te preocupe que sospechen de mí.

—¡¿Quién está preocupado…?!

—Sigue preocupándote, justo como ahora.

Jin se quedó sin palabras. Era asombroso que estuviera tan seguro de que estaba preocupado por él, pero Ilya sonreía tan feliz que se perdió en su sonrisa.

‘De todos modos, se ve tan hermoso que no parece una persona real. No sé qué tipo de padres dieron a luz a Ilya, pero le hicieron un gran favor a la humanidad. ¿Cómo puede ser un mafioso con esa apariencia…? ¿Quién se atrevería a imaginar eso con solo mirarlo a la cara? Lo que parece es un ángel…ni hablar.’

—¿No se supone que deberías estar huyendo a algún lugar en el extranjero? Parece que se declaró un estado de emergencia en la Unión de Naciones del Medio Oriente. Si se enteran de que tú lo hiciste, seguramente enviarán a un asesino o atacarán esta mansión… .

La sonrisa de Ilya se hizo aún más profunda mientras Jin lo regañaba sin darse cuenta. —¿Qué diablos está mal con él? —

—La bomba que hizo estallar el palacio era propiedad de Imran, así que no pueden sospechar de nadie más.

—¿Eh?

—¿De qué estás hablando? — Mientras inclinaba la cabeza, el brazalete que había estado en la muñeca de Ilya se aflojó lentamente, extendió sus alas y voló por el aire.

—¿Es un mosquito?

—Es un arma tipo dron de Alta tecnología. —lo corrigió Ilya—. El dron, que se movía mientras manipulaba el teléfono inteligente, aterrizó suavemente sobre la mesa que estaba entre ellos. Ante la mirada de Ilya, Jin tomó el dron y lo miró de cerca.

—¿Esto no es…?

Había algo plano en la parte inferior del dron, del tamaño de una uña.

—Es una bomba muy pequeña. Aunque es pequeña, es lo suficientemente poderosa como para volar la pared de un edificio.

—Ah. —Jin rápidamente bajó el dron. Si lo sostenía en su mano y estallaba, no solo le rompería los brazos, sino también todo el cuerpo. No podía creer que una persona se atreviera a llevar una pulsera como esa. Tanto el que lo construyó, como el que la compró debían estar locos.

—¡Ah …! —gimió Jin, al darse cuenta de un hecho un poco tarde.

—Este es el programa que me pediste que pirateara ayer, ¿no?

Ilya se rió mientras señalaba con el dedo al dron. Ahora sabía cómo y qué había pasado. Estaba claro que Ilya había pirateado el dron que le había vendido a Imran, con el programa de piratería que él había creado, y lo hizo explotar dentro del palacio.

—Si Imran estuviera vivo, no podría vivir en paz.

Aunque dijeron que el edificio se había derrumbado y aún no habían encontrado el cuerpo, existía la posibilidad de que tuviera suerte y sobreviviera. A veces había gente que sobrevivía incluso en los rascacielos colapsados.

—No te preocupes inútilmente. —dijo Ilya en pocas palabras.

No pensó que él debía estar tan seguro de eso, pero era extraño. Era como si él hubiera visto el cuerpo de Imran en persona. Quería preguntarle si ese era el caso o si él mismo había entrado en el palacio, pero decidió tragarse su pregunta.

No quería saber más. Con el solo hecho de haber creado el programa de piratería, era cómplice de un crimen internacional, que mató al sucesor de la Unión de Naciones del Medio Oriente. En ese punto, Ilya, quien le informó de la situación, estaba a punto de molestarse. La ignorancia era una buena medicina.

—No debiste haberme dicho.

—Todo lo que te dije fue, que fue su propio dron el que voló el palacio de Imran.

Ilya sonrió como si supiera cuál era el problema. Ahora que lo pensaba mejor, era cierto. Nunca dijo que lo había hecho él. Lo único que dijo, fue que el palacio de Imran había sido literalmente derribado por una bomba colocada en un dron propiedad de Imran.

—Bueno, digamos que así es.

No había más nada qué decir. Incluso si Ilya hizo un buen trabajo con su programa de piratería, incluso si los drones de Imran fallaron y explotaron accidentalmente, todo estaba fuera de su control. Mientras negaba con la cabeza y trataba de borrar sus pensamientos, Ilya le señaló las sobras de comida con un guiño.

—Está fría, así que tendré que pedirles que te vuelvan a calentar la comida.

—No, gracias. Todavía es comestible.

El bistec que no había tocado todavía, se enfrió porque estaba hablando con él. Ya sea tibio o frío, no cambiaba el hecho de que el bistec, era algo que no se podía servir temprano en la mañana.

—De todos modos tengo que comer, así que deja que lo preparen de nuevo. Vamos a comer juntos.

Sin esperar la respuesta de Jin, Ilya llamó al subordinado que estaba esperando afuera para limpiar la comida de Jin. Después de un rato, volvieron a poner sobre la mesa, otra sopa caliente, una ensalada y un bistec, que de alguna manera parecía más grande que antes. Aunque ya se había tomado la mitad de una sopa y la mitad de la ensalada, la cantidad volvió a ser la misma del principio.

—Trata de no dejar nada. Ni siquiera un poco de ensalada.

—Vaya, en serio. Creo que mi estómago estallará y moriré. —Sus impenetrables pensamientos íntimos, se quedaron enterrados en lo más profundo de su ser. Y todo porque Ilya, quien dio esa ridícula orden, estaba sonriendo muy hermosamente.

Después de comer, Ilya se dio una ducha y salió. Al salir solo con una toalla grande envuelta alrededor de su cintura, captó inmediatamente la atención de Jin, quien estaba sentado junto a la ventana tomando el sol. Su cuerpo lucía perfecto en todo momento. Tenía un buen físico, sin grasa innecesaria. Sus músculos bien tonificados gruñían cada vez que se movía.

Mientras sacudía su cabello mojado, miró hacia atrás como si sintiera sus ojos. Por otro lado, Jin, que estaba avergonzado por el contacto visual inesperado, tosió y volvió la cabeza.

—Puedes mirar más si quieres.

—No he dicho que quiera verte.

—Parecía que querías comerme con los ojos.

—¡Cuándo hice…!— dijo Jin, quien estaba tratando de refutar, pero en ese momento, sus ojos se abrieron de par en par cuando Ilya inclinó su torso con las manos apoyadas en el marco de la ventana en la que estaba sentado.

En un instante, el rostro de Ilya se puso frente a él. Sus ojos esmeralda brillaban a la luz del sol. Ni siquiera podía respirar correctamente. Ilya redujo lentamente la distancia mientras miraba sus ojos sin evitar su mirada y sin parpadear.

Sus labios se encontraron suavemente. Su lengua lamió los labios superior e inferior de Jin, y se empujó entre sus dientes. Entonces, se aferró a la lengua de Jin para entrelazarse con ella. Sus lenguas estaban enredadas y cada vez que sus labios se unían y se apartaban hacían un sonido húmedo.

—¿Recuerdas lo que te dije ayer? —susurró Ilya, mientras lo besaba. —Haa…—Jin suspiró profundamente.

—Qué … .

Inconscientemente, Jin buscó los labios de Ilya y los alcanzó. Mientras sacaba la lengua para lamerle los labios, Ilya lo tomó por la nuca y presionó sus labios con fuerza.

Su mano, que se clavó en los pantalones de Jin, frotó su ropa interior. Ante el lujurioso estímulo, Jin sacudió su cintura, haciendo que su pene se frotara aún más contra su mano. Ilya, que sonrió ante su respuesta, metió sus dedos en su ropa interior desde un lado de la ingle y le frotó los testículos.

—Ahhh… . — con una ligera exclamación, Jin echó la cabeza hacia atrás. Temblaba de placer, mientras Ilya le lamía ligeramente el cuello expuesto con la lengua.

—No se si eso significa que te gusta ya que tienes un cuerpo muy atrevido. —gruñó Ilya, mientras reclamaba el lóbulo de su oreja.

Jin enganchó la cabeza de Ilya con un brazo y lo acercó aún más.

—Desafortunadamente, nadie es mejor en el sexo que el jefe. —lo dijo en broma y sonrió, pero Ilya se detuvo en el acto. Entonces, frunció el ceño mientras miraba a Jin con el rostro endurecido.

—¿Esa es la única razón por la que te acuestas conmigo? —preguntó Ilya con tanta seriedad, que le provocó ganas de toser. Jin le había dicho eso con la esperanza de que se riera por la broma o entendiera el contexto, pero al parecer había sido un error.

—Acaso debe haber otra razón … .

—¿No? —preguntó, mirando a Jin a la cara.

Al ver su rostro fijamente, notó que no podría decirle que no había otra razón. Pensó que estaría en problemas si le respondía de esa manera… .—Seguramente me mataría. —murmuró Jin en coreano y envolvió sus brazos en el cuello de Ilya.

—¿Es eso importante ahora? Te he estado esperando pacientemente.

Rozó con sus labios, los labios de Ilya mostrándose encantador, pero él ni siquiera se movió. Si importar lo que hiciera, él se mantuvo firme como si quisiera escuchar una respuesta definitiva. Pero cuando Jin miró hacia abajo, no podía creer que estuviera tan obsesionado con ese tema, a pesar de que era evidente que su miembro se estaba levantando por debajo de la toalla.

Entonces Jin se quitó los pantalones y la ropa interior, se sentó en el marco de la ventana y abrió las piernas. Le dio un poco de vergüenza hacer eso bajo la luz brillante del sol, en un estado de total cordura y no en su ciclo de calor, pero decidió comportarse de manera descarada para dejar de discutir con Ilya.

—Aquí… .

Jin frotó el área debajo de sus testículos con los dedos y se tocó el agujero.

—¿No vas a metérmela?

Ante la flagrante escena, una de las cejas de Ilya se movió. Jin empujó un dedo hacia su entrada. Mientras frotaba repetidamente su pared interior, su ano se mojó rápidamente. Su respiración se fue agitando lentamente. Pensó que nunca sería capaz de hacer algo como eso en sus cinco sentidos, pero al parecer no era así. El solo hecho de que Ilya lo estuviera mirando, hizo que su corazón latiera con fuerza y su vientre se calentara.

—Ilya … . — dijo su nombre con voz húmeda.

—Maldición. —. Ilya maldijo brevemente, y se acercó.

Entonces, instó a Jin a que sacara sus dedos y de inmediato empujó dos de sus dedos gruesos en su interior. —Ah. —. cubrió los labios quejumbrosos de Jin con los suyos, y retorció su lengua con brusquedad.

La lengua de Ilya revoloteaba en su boca, mientras sus dedos se movían en su cavidad interna sin descanso. Cuando Ilya presionó firmemente ese lugar familiar, estalló en un gemido.

—Respóndeme.

Siguió insistiendo. Todavía quería escuchar la respuesta a su pregunta, a pesar de que ya se había puesto en acción. Jin sostuvo las mejillas de Ilya con sus manos y le besó repetidamente la nariz, los labios y la barbilla.

—Eres el único al que le abro las piernas por mi cuenta.

Ante su sutil respuesta, el rostro de Ilya se distorsionó. — ‘Entonces, al final solo se acuesta conmigo porque soy bueno en el sexo.’ —.

—Esa respuesta no me gusta.

Ilya agitó sus dedos en la cavidad interna de Jin con tanta brusquedad como para hacer que crujiera. Un líquido blanco se deslizó de la entrada que ya se había aflojado por completo. Jin, que se aferraba de Ilya, respiraba con dificultad.

—Ahora, ugh, métemela. …Ugh… .

Frotó su rostro contra el cuello de Ilya y lo apretó, pero el se negó a escucharlo. Ilya también tenía el pene tan hinchado que parecía que iba a estallar, pero apretó los dientes y se contuvo.

El intenso aroma floral que se hizo más espeso a medida que Jin aumentaba su excitación, también fue un obstáculo para mantenerse firme.

Cuando sacó sus dedos de su agujero, Jin tembló. Entonces, levantó la cabeza, esperando que algo llenara su interior, pero Ilya no cumplió con sus expectativas.

—Rápido… .

Jin extendió sus manos hacia abajo y le agarró el pene. Ilya estuvo a punto de flaquear, pero soportó las ganas de penetrarlo ante la idea de que si se dejaba seducir tan fácilmente, no sería más que la pareja sexual de Jin para siempre.

—No lo haré hasta que me respondas correctamente.

Jin, que ya estaba muy excitado, no pudo escuchar correctamente a Ilya. Entonces, Ilya le agarró la cara, se la levantó y le mordió los labios. Y cuando le metió la lengua en la boca, Jin se la chupó con tanta fuerza que se escuchó un sonido húmedo. Y como si quiera que lo penetrara rápidamente, Jin envolvió sus piernas alrededor de la cintura de Ilya y tiró de él. Entonces, bajó la mano y trató de tocarle el pene, pero Ilya le levantó las manos, las puso por encima de su cabeza y las sujetó con una mano para detenerlo.

—Si algún otro hombre es bueno en el sexo, ¿no te importaría hacerlo con él con tal de que satisfaga tu sucio cuerpo?

Cuando le hizo esa pregunta con frialdad, Jin negó con la cabeza.

—No… odio hacerlo a menos que sea con Ilya… .

Sus ojos estaban entrecerrados como si estuviera medio borracho por el calor, pero eso no importaba. Tan pronto como le dio la respuesta que esperaba, Ilya abrazó a Jin y empujó su pene en medio de sus nalgas. Jin gimió y se aferró a Ilya ante la punzante sensación que le causó al penetrarlo con las nalgas bien abiertas.

—Esto es difícil…llévame a la cama, ¿sí? —le dijo al oído a Ilya, mientras frotaba sus labios contra su cuello.

Pensó que aunque su respuesta había mejorado mucho, aún no estaba completamente satisfecho, sin embargo, él colocó a Jin suavemente en la cama y se subió sobre él. Entonces, enrolló su camisa y le frotó sus pequeños pezones erectos con los dedos.

—Ah. — con un gemido, Jin abrió las piernas.

—Métemela, date prisa… .

Su débil susurro casi lo hace enloquecer. Jin se estremeció de placer, cuando Ilya le abrió las nalgas y empujó su pene hacia la entrada enrojecida que lo había recibido antes. Entonces, él se inclinó y mordió el pezón de Jin con suavidad. Al morderle el pezón, Jin estalló en gemidos y su espalda se arqueó. Ilya frotó el área mordida con su lengua y luego la levantó para frotarle el otro pezón.

Tuk, Tuk, cada vez que empujaba su pene profundamente y lo sacaba, la cavidad interna de Jin se contraía como si lo extrañara.

—Ah, más…Ugh, más profundo… .

Ilya besó sus labios inquietos, agarró su cintura y lo penetró con fuerza. El empuje fue lo suficientemente fuerte como para hacer que el cuerpo de Jin se moviera hacia arriba. —Ah. —. Un gemido estalló entre sus labios entrelazados. Jin tembló como si su lugar favorito estuviera siendo estimulado. Los músculos de sus muslos también temblaron. Ilya lo penetró repetidamente como un pistón, lo suficientemente fuerte como para chocar contra su carne sin permitir que su pene se deslizara.

—Ah, Ugh, ah… . —los gemidos de Jin se sincronizaron con los movimientos de Ilya. Cada vez que lo penetraba profundamente, su pene parecía ser succionado más y más por él.

—Sí, aquí, ¿sabes que te estás comiendo mi pene como un loco? —dijo Ilya, mientras rozaba la entrada del agujero que sostenía su pene con los dedos.

Jin sacudió la cabeza ante el placer vertiginoso que lo embargaba.

—Solo hazlo conmigo. —le dijo Ilya al oído, mientras mordía con fuerza el área entre su cuello y sus hombros.

Mientras lamía repetidamente el área de nuevo, para borrar los rastros de sangre que había dejado, Jin se sintió abrumado por el placer que lo invadió de repente.

—Prométeme que lo harás solo conmigo.

Dicho eso, Ilya le frotó deliberadamente el glande húmedo con los dedos. Frotó el líquido transparente que goteaba sobre el glande y cuando el pene se agitaba como si fuera a eyacular, lo apretaba deliberadamente para evitar que alcanzara el clímax. Lo mismo hacía en su parte trasera. Mientras lo penetraba repetidamente, se detenía justo antes de que Jin se corriera, haciendo que él apretara sus piernas alrededor de su cintura por la ansiedad.

—Si quieres correrte, prométemelo.

—Ah. —. Jin se tragó un profundo suspiro.

—¿Sabe este hombre lo que eso significa? ¿Que él como Alfa me obligue a responder, a pesar de que sabe lo que significa que un Omega como yo esté satisfecho solo con él (‘Ilya’)?

Su cabeza palpitaba ante la sensación de placer que no había sido resuelta con el clímax, haciéndolo perder la poca razón que le quedaba. En todo lo que podía pensar, era en que quería que él hiciera algo pronto para acabar con esa tortura.

—Te, Ah, te lo prometo, rápido, Ilya, ¡Ah!

Ilya agarró a Jin del brazo, tiró de él y lo sentó sobre sus muslos. Entonces apretó el pecho de Jin hasta hacerlo gritar. Al mismo tiempo, su espalda se arqueó con fuerza. Cada vez que el cuerpo de Jin subía y bajaba, el placer aumentaba con el ánimo de volverlo loco.

—Ah, ah, uh… .

Mientras Ilya lo penetraba sin descanso, seguía frotando el pene de Jin. También siguió chupándole los pezones lo suficientemente fuerte como para hacer que sus mejillas se hundieran. La estimulación recibida en su parte superior e inferior, por delante y por detrás, hizo que su cabeza se pusiera en blanco.

—Ah, espera, ¡Ahhh!

Jin se estremeció y se aferró a Ilya. Al mismo tiempo, un chorro de semen empapó las manos y el abdomen de Ilya.

—Oh, espera, espera, todavía estoy, Ugh, ¡Ahhh!

Jin, quien todavía estaba perdido bajo los efectos persistentes de la eyaculación, se estremeció y se retorció para intentar apartarse de Ilya, quien seguía frotándose contra él. Pero en lugar de apartarse, Ilya lo agarró por la cintura e insertó su pene con más fuerza, como si tratara dejar una marca de sí mismo en su lugar más profundo. Jin, que pronto se volvió sensible debido a la eyaculación, sentía tanto dolor que apenas podía respirar.

La respiración de Ilya también se hizo más agitada. Su cabello se le pegaba a la frente por el sudor. Puk, puk, puk. El sonido lujurioso del pene entrando y saliendo de la entrada empapada, golpeaba sus oídos.

—Ah. —. De repente, Ilya detuvo sus movimientos, contuvo el aliento y empujó su pene profundamente como si quisiera llenarlo con todo lo que tenía. —Ugh. —. Jin gimió y pronto se derrumbó apoyando la frente en el hombro de Ilya.

—Oh, adentro de nuevo… . —refunfuñó Jin, pero Ilya lo acostó y tuvo que tragarse el aliento cuando él movió su cintura de nuevo.

—¡Eh, acaso no terminaste…!

Sus ojos marrones se agrandaron. Era obvio que había eyaculado, pero por alguna razón, el pene de Ilya no había disminuido su grosor en absoluto. Más bien, se hizo más grande que ante y se empujó hacia adentro.

—Te lo dije antes. Que era mejor que estuvieras preparado.

—No lo sabía. —. No recordaba haber escuchado tal cosa. Ilya, quien sostuvo la pierna de Jin para que no intentara huir, tiró de él hacia atrás y le besó el tobillo.

—Seré bueno contigo, así que no te quejes.

—Ah. —Jin sintió que su visión se nublaba. Obviamente él era muy lujurioso durante sus ciclos de calor, pero ahora ni siquiera estaba en celo y acababa de recuperarse de una herida de bala. —¿Acaso no te das cuenta de eso? —.

No tuvo tiempo de decirle eso. Ilya, que se apoderó de sus labios, comenzó a moverse de nuevo. —¡Sí, Sí! —. Entre sus labios unidos, los gemidos de Jin flotaban y se apagaban.

De una forma u otra, el problema era él mismo. Sentía que iba a morir por la dura faena, pero al mismo tiempo no podía alejar a Ilya. Al final, siempre sucumbía al placer que él le brindaba. —¿Esto también me pasa porque soy un omega débil ante el placer? O… .

Cuando sintió que Ilya le mordía y le chupaba la lengua, Jin dejó de pensar. Entonces, cerró los ojos y puso sus brazos alrededor de su cuello. A medida que su visión se oscurecía, todos sus sentidos se volvían más sensibles.

Sus ardientes gemidos, sus alientos acalorados y el aroma de sus feromonas combinadas, llenaron la habitación, cuando sus instintos animales los dominaron.

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