Escape – Capítulo 7. Adiós, Imran – Parte 4

Escape – Capítulo 7. Adiós, Imran – Parte 4


Escape – Capítulo 7. Adiós, Imran – Parte 4

Ilya, que lo estaba escuchando en silencio, le agarró la barbilla y giró la cabeza, superponiendo sus labios. Su cabeza se volvió hacia un lado y sus labios, que no estaban apretados, hacía más obvio que su lengua roja entraba y salía de su boca. A Jin le costaba respirar mientras el beso se hacía cada vez más largo, así que agarró las mangas de Ilya y tiró de ellas. Entonces, él sacó la lengua de su boca y respiró hondo.

—¿Por qué estás haciendo esto de repente?

No se lo dijo exactamente en tono de reproche. Solo lo hizo por reflejo, porque no podía entender por qué lo había besado de repente. Ilya sonrió suavemente y besó a Jin en la mejilla una vez más.

‘Debes ser amable y dulce…bueno, pero no en exceso. Pensé que sería absolutamente imposible, pero mi cuerpo se mueve más fácilmente de lo que pensaba. Creo que puedo hacerle eso a Ryu Jin tanto como quiera.’

—Es una forma de darte las gracias.

Con su mirada, señaló la herramienta de piratería que había creado Jin.

Qué tipo de agradecimiento es un beso… . —murmuró y giró la cabeza, pero tampoco le dijo que lo había odiado.

‘¿Puedo pensar que Ryu Jin también tiene sentimientos por mí? Una vez se escondió, pero regresó solo, y tengo el presentimiento de que sacrificó su vida por mi bien ante la amenaza de Imran… . No, tal vez simplemente regresó porque estaba asustado. Como lo había estado buscando todo el tiempo, tal vez pensó que lo mejor era regresar para evitar encontrarse con él. Tal vez solo quería renunciar a todo eso porque le molestaba tener que enfrentarse a Imran él mismo. ¿Acaso no está obsesionado con la vida? Uf. Estoy en problemas. Cada vez que pienso positivamente, me siento emocionado, pero cuando pienso negativamente, rápidamente caigo hasta el fondo. No me gustó lo que dijo Ryu Jin, y los sentimientos se apoderaron de mi solo por eso.’

—¿Por qué estás frunciendo el ceño de nuevo? Estás realmente extraño estos días.

Cuando Jin le preguntó por su expresión, Ilya frunció un poco más el ceño. Él estaba en lo correcto. Él mismo sabía que era extraño. El mayor problema era que había caído en una trampa de la que sabía, no podía escapar.

Pero ahora que lo pensaba mejor, puede que tampoco fuera gran cosa. Ilya no tenía ninguna intención de dejar ir a Jin. Ya había decidido dejarlo a su lado de una manera diferente a la anterior. Así que esta vez era su turno para seducirlo. Era suficiente con sumergirse en lo más profundo de su ser, para que nunca más pudiera mirar a otro hombre.

—Escuché que tus heridas ya han sanado… .

Ilya mencionó las palabras del médico y metió la mano por detrás de la camisa de Jin. Jin se estremeció mientras rozaba su suave piel. Se le había prohibido tener relaciones sexuales justo antes de su ciclo de calor, para evitar que la herida se le abriera, y por eso, se había visto obligado a tomar inhibidores. Quizás por eso, su cuerpo reaccionaba con tanta sensibilidad ante la menor provocación.

Desabotonándole la camisa, audazmente le envolvió el pecho y le pellizcó los pezones con el pulgar y el índice. —Ah— Jin, que estalló en gemidos, miró levemente a Ilya. ‘Ciertamente, este tipo también es descarado. Pero ahora, incluso con esa actitud descarada se ve lindo. Después de todo, puede que seas tú quien esté loco.’

—Quiero abrazarte de inmediato.

Ilya besó la frente de Jin como si fuera un niño, luego dio un paso atrás y sonrió. Entonces, miró a Jin como si no supiera lo que iba a hacer.

—Me ocuparé de esto primero, así que por favor espera con calma.

Jin solo parpadeó y le preguntó qué estaba planeando hacer. Ilya se levantó de su asiento, después de palmear la cabeza de Jin.

‘Comencemos con Imran. Primero me ocuparé de ese pervertido, y luego volveré, me relajaré y abrazaré a Jin. Lo haré muy tranquilo, sin importar cuánto tiempo pase. Quizás si Jin supiera lo que estoy pensando, se asustaría y trataría de huir.’

Después de cambiarse de ropa, bajó al primer piso donde lo estaban esperando Andrei, Viktor y Natasha.

«Yo también iré, esta vez.» —dijo Natasha primero. Se negó a escuchar a Ilya y le dijo que asignara a alguien más para la protección de Jin. Incluso aunque nunca lo hubiera expresado, también estaba bastante enojada con Imran por lo que le había hecho a Ryu Jin. Ilya asintió y seleccionó solo a los 20 miembros de la organización, que eran llamados Agentes Especiales.

«Andrei y Viktor se quedarán aquí. No ganaré nada si la mansión es atacada nuevamente.»

Ante eso, Andrei y Viktor asintieron suavemente.

«Jefe, todo está listo.»

Se trasladaron en un automóvil y se dirigieron a un aeródromo ubicado un poco más lejos de la mansión. Allí lo estaba esperando el último avión Sukhoi Pak-Fa (caza furtivo ruso), no un helicóptero.

«Es hora de devolver con creces lo que he recibido.»

La boca de Ilya se elevó dibujando una hermosa línea, mientras el avión de combate ascendía. Pero a diferencia de su boca, sus ojos color esmeralda brillaban con frialdad. Su corazón estaba más tranquilo que nunca. Su rostro, tan duro como el de una escultura, y en el que se habían borrado todas sus emociones, también era frío. El hombre que se había avergonzado por sus sentimientos frente a Jin, ya no estaba allí.

La sede de la MEU estaba ubicada en Yeda, Arabia Saudita. Yeda, es la ciudad portuaria comercial más grande de Arabia Saudita, con millones de personas que entran y salen del país por aire y por barco cada año. Imran tenía otro palacio privado ubicado en esa ciudad, además de su palacio principal.

El propósito del palacio era variado. Externamente, estaba a cargo de la Conferencia de Seguridad y Operaciones Militares de las Naciones del Medio Oriente y secretamente era un espacio muy personal utilizado para resolver en secreto la orientación sexual única de Imran. De cualquier modo, Imran pasaba mucho más tiempo en ese palacio, que en el principal.

Después de haber recibido un disparo de Ilya en su propiedad de Bielorrusia, regresó al palacio de Yeda para descansar. La herida de bala ya se había curado, pero todavía cojeaba al caminar. El médico de Imran, que estaba un poco nervioso, le dijo que la bala parecía haberle causado un daño que podría ser permanente. Además, le sugirió que si recibía un tratamiento de rehabilitación definitivamente estaría bien, pero sus ojos mientras lo decían, vagaban por todas partes. Después de darse cuenta de que era mentira, Imran le cortó la cabeza a su médico con su Jambiya en el acto.

Que cojeara un poco, no significaba que su vida diera un vuelco por eso. Ilya también había perdido a Ryu Jin a cambio de engañarlo, así que estaba satisfecho con haber dado esa parte como pago, pero era bastante humillante que esa herida permaneciera en su cuerpo como una huella indeleble.

Él sería quien se convertiría en el rey del Medio Oriente. Sin importar cuánto tiempo haya estado recibiendo ayuda de Ilya, consideraba que había sido una traición y un motín, el haberlo apuntado con un arma. —¿Cómo te atreves a lastimarme cuando no eres más que un mafioso? —…cuánto más pensaba en ello, más molesto se sentía. —Ahora que me he recuperado un poco, tendré que devolverte esta humillación tarde o temprano. —

Tarde en la noche, Imran se sentó solo en una hermosa decorada con hermosos diseños, y llenó un vaso transparente con vino y le dio vueltas y vueltas. En la cama frente a él, había un hombre desnudo acostado boca abajo, que no podía decirse si estaba desmayado o muerto. Imran, que parecía no tener ningún interés en la vida o muerte de esa persona, hizo flotar el dron que llevaba en la muñeca varias veces.

De todas las armas que le había comprado a Ilya, definitivamente esa era la que más le gustaba. También era maravilloso, que fuera fácil de transportar en cualquier momento y que pudiera usarse como arma equipándola con bombas ultra pequeñas. Además, era útil para la vigilancia, no solo como arma de destrucción. No había muchos traficantes de armas que pudieran proporcionarle esas armas de última generación. Ahora que se había convertido en enemigo de Ilya, tenía que encontrar otro traficante de armas que fuera tan capaz como él. Si hubiera sabido que eso sucedería de antemano, le habría comprado más armas tipo dron a granel.

Jiing. Tak. Jiing. Tak.

El dron se colocó en su muñeca, luego extendió sus alas y flotó repetidamente en el aire. Inconscientemente, Imran, que estaba presionando repetidamente el botón tipo brazalete y el botón de vuelo en el teléfono inteligente, frunció el ceño y miró al dron que flotaba en el aire.

Al parecer, hace un momento, había presionado el botón de montaje. Sin embargo, el dron seguía girando sobre su cabeza. Mientras revisaba la pantalla del teléfono inteligente, presionó claramente el botón de montaje nuevamente, pero el dron no obedeció sus órdenes.

—¿Qué le pasa de repente? — Apretó los botones sucesivamente, pero todo fue inútil. —¿Está descompuesto? ¿Cuánto costó esto como para que comience a fallar tan fácilmente? — Se levantó de su asiento y estiró los brazos para agarrar el dron en el aire. Pero en ese momento, una luz roja brilló desde la parte inferior del dron. El rostro de Imran, que sabía lo que significaba esa luz, se endureció.

Sin siquiera decir una pequeña maldición, inmediatamente voló hacia el otro lado del dron. La luz roja era la luz emitida justo antes de que explotara la pequeña bomba que contenía el dron. Trató de alejarse del dron tanto como pudo, pero su cuerpo rebotó debido a la fuerte explosión.

Su espalda golpeó la pared con tanta fuerza como para hacer ruido. El objetivo seguramente había sido dispararle en la cabeza. Quizás el cuerpo de la persona que estaba acostada en la cama había desaparecido sin dejar rastros debido a la explosión. La ventana junto a la cama también se rompió, permitiendo que una ráfaga de viento entrara.

Imran tosió en medio de la nube de polvo y se limpió la cara con una mano para aclarar su visión. Una vez que el polvo se asentó un poco, pudo ver que se aproximaba una larga sombra. Entrecerró los ojos y miró hacia el frente para identificar la figura.

«¿Il…ya…?»

Tum, Tum. La persona que se aproximaba se movió lentamente y colocó justo frente a él. Era Ilya Galyaev, quien vestía ropa negra y guantes de cuero. Él miró a Imran con sus ojos fríos como joyas de esmeralda. Sus ojos eran como piedras preciosas. Su cara también era como una figura de yeso blanco, no la de un humano. No podía sentir ninguna emoción, o calidez.

«Parece que has visto un fantasma. No es como si no esperaras que viniera.»

La voz de Ilya sonó baja. Imran, que lo miraba, se echó a reír. En realidad, ni siquiera él mismo había pensado que todo terminaría así. Las acciones de Ilya siempre estaban por delante de él.

«No vas a decirme que te has infiltrado aquí solo, ¿verdad? Esto es Yeda, no Moscú. Este es mi territorio.»

Incluso si lograba suicidarse, preguntó con sarcasmo cómo sobreviviría.

«No pensé que le darías tan poco valor a tu vida, solo por poseer a un chico asiático. Ahora resulta que Ilya Galyaev no era la gran cosa.»

El rostro inexpresivo de Ilya no se rompió en absoluto, sin importar lo que dijera Imran.

«Estás solo.» —murmuró Ilya en voz baja.

«¿Cómo podría ser eso posible?»

Los ojos esmeralda se alejaron de Imran y miraron a su alrededor. Solo entonces, Imran se sintió extraño. A pesar de que había ocurrido una explosión como esa, los guardias estaban demasiado callados.

«No vendrá nadie. Bueno, en realidad nadie puede venir.»

Ilya estaba seguro. Imran no entendía de dónde provenía su confianza, pero en ese momento escuchó un sonido familiar en sus oídos. Jiing. Mientras fruncía el ceño y ponía los ojos en blanco, notó que había varios drones flotando detrás de Ilya. —¿Acaso Ilya también está usando armas de tipo de dron? —No era sorprendente que tuviera un dron, porque era un arma que él vendía de todos modos.

Sin embargo, no se permitía la entrada al palacio de armas electrónicas no registradas. Si el sistema de seguridad del palacio detectaba armas no registradas, se disparaban láseres por toda la mansión para destruir las armas.

«¿Esto?»

Ilya señaló el dron que flotaba en su cabeza.

«Es tuyo, no mío, así que no te sorprendas.»

Como se trataban de los drones de Imran, no era extraño que pudieran movilizarse por la mansión.

«Son tuyos, pero ahora son míos.» —dijo Ilya en un tono misterioso.

Y en ese preciso instante, se escuchó un grito en el pasillo. Y de inmediato, ¡Bang! ¡Bang! ¡Bang! Las explosiones sucedieron una tras otra.

«Me pregunto por qué no vienen tus hombres.»

Ilya se arrodilló y puso los ojos al nivel de Imran. Sus ojos, visto de de frente, eran aún más fríos.

«Por qué esos drones de vigilancia que flotan por todo el palacio apuntan bombas a tus hombres y no a los intrusos externos. Como el dron con el que jugaste hace un tiempo.»

«Eso es ridículo … .»

El programa de seguridad utilizado en el dron no podía ser penetrado por las tecnologías de piratería existentes. Imran también compró un dron por si acaso y reunió a todos los expertos de su país para intentar romper su seguridad, pero fracasó.

«Hay un tipo raro que es capaz de hacer cosas que no tienen sentido. Si deseabas tanto tener a Ryu Jin, deberías haberlo conocido correctamente. La razón por la cual creo que es tan valioso.»

Por primera vez, la boca de Ilya trazó una línea. Pero sus ojos todavía estaban fríos como para decir que estaba sonriendo.

«¿Cómo te sientes al saber que tu mentira, de que el programa de seguridad de este dron fue violado para sacarme de la mansión, se hizo realidad?»

«¡Agh!»

Imran de repente levantó las rodillas, sacó jambiya de su cintura y echó a correr. Pero incluso antes de llegar a Ilya, el jambiya se le cayó de la mano debido a una fuerza intensa que golpeó su brazo. ¡Pum! Una hermosa rubia se inclinó y recogió el jambiya, que estaba dando vueltas por el suelo. Natasha, vestida con pantalones ajustados de cuero negro y una chaqueta, hizo girar el jambiya como si jugara con él en sus manos.

«Ya te lo había aconsejado. Te dije que tuvieras cuidado porque Ilya estaba muy enojado.»

Natasha sonrió alegremente. Su risa lo cautivó por un momento. Cuando Imran recuperó el sentido, tenía la fría hoja del jambiya en el cuello. Natasha, que presionó el jambiya por detrás de Imran, le preguntó a Ilya lo que debía hacer. Pero el disparo fue más rápido que la respuesta. Una bala atravesó con precisión la frente de Imran.

«Ugh. ¿Por qué no me avisaste antes de disparar?»

Natasha soltó a Imran y lo dejó caer al suelo. No le molestaba que Ilya hubiera disparado sin avisarle, sino el hecho de que la sangre de Ilya le hubiera salpicado en la cara. Estaba convencida de que Ilya no podía fallar, aunque lo hiciera justo frente a ella.

Mientras estaba irritada limpiándose la sangre de las mejillas, Ilya le disparó una vez más a Imran, quien había caído al suelo sin siquiera cerrar los ojos.

«¿Qué pasa si queda una bala?»

Cuando Natasha agregó que no había nada bueno en dejar un rastro, Ilya arrojó tranquilamente el arma que sostenía al suelo.

«Es la misma pistola que él usaba.»

La pistola también fue una de las armas que le vendió.

«No importa, porque de todos modos no quedarán rastros.»

Ilya ejecutó el programa que controlaba los drones con el teléfono inteligente.

«En tres minutos, voy a hacer estallar todo.»

Mientras hablaba por los auriculares inalámbricos que tenía en sus oídos, pudo escuchar las respuestas viniendo de todos lados.

«Hubiera sido suficiente con volarlo, así que, ¿por qué te molestaste en hacer todo esto?»

Natasha chasqueó la lengua, aún sin que se lo dijera, ya conocía la razón.

Antes de llegar a Yeda, Ilya averiguó los números de teléfono no solo de Imran, sino de todos sus sirvientes del palacio. Entre ellos, todos los teléfonos que operaban el programa de uso de los drones que habían sido pirateados y preparados para ser controlados desde decenas de teléfonos temporales que se habían preparado con anticipación. Si todos los drones del palacio se hicieran explotar al mismo tiempo, la mayor parte del palacio sería destruida.

Sin embargo, tan pronto como Ilya identificó la ubicación del dron conectado al teléfono inteligente de Imran y confirmó que era el dormitorio de Imran, lo hizo estallar y ganó tiempo para infiltrarse en el palacio. Después de que la explosión rompió la seguridad del dormitorio de Imran, pudo entrar con facilidad.

Era imposible confirmar sin Imran estaba vivo o muerto con solo detonar una bomba desde el exterior. Si fallaba, podía intentarlo la próxima vez, pero Ilya no toleraba los errores. Además, él quería ocuparse personalmente de Imran. Natasha intentó matarlo en su lugar para que no se ensuciara las manos, pero él ni siquiera lo permitió.

Jiing. Jiing.

Los drones que quedaban en el palacio, trabajaron al unísono y flotaron en el aire. Los drones se esparcieron por todo el palacio como si estuvieran asumiendo la posición para explotar.

Boom, boom, boom.

Las enormes explosiones y las llamas se esparcieron por el oscuro cielo nocturno. Después de confirmar que las sirenas sonaron y que se acercaban los camiones de bomberos y los coches de la policía estaban entrando, el Sukhoi en el que viajaba el equipo de Ilya, desapareció en la oscuridad sin hacer ruido.

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