Escape – Capítulo 3. No haré nada – Parte 2

Escape – Capítulo 3. No haré nada – Parte 2


Escape – Capítulo 3. No haré nada – Parte 2

Después de tomar una ducha y salir de la habitación, Natasha, que estaba esperando en el pasillo, hizo sonar un silbato. Debido a la feromona de Jin, todos los demás subordinados habían sido evacuados a otros pisos, pero ella siempre, solía vigilar la puerta principal para evitar problemas.

«Y Jin, ¿está vivo? Fue tan intenso. Deberías hacerlo con moderación. No lo pareces, pero eres un tipo irracional, ¿Qué pasaría si te excedes? »

Ella preguntó en tono juguetón y dio vueltas a su alrededor. Ilya se alejó, ignorándola. Al fin y al cabo, solo estaba molestando al tipo que había tenido que trabajar de más, pero era Jin quien había comenzado primero. ¿Acaso no le pidió descaradamente que lo penetrara con las piernas abiertas? Entonces, era absurdo que le echara la culpa solo a él.

«Tomaré mis vacaciones la semana que viene, ¿Lo recuerdas?»

Preguntó Natasha, quien iba caminando junto a Ilya. No podía negarse a concederle esas vacaciones porque la tenía como el perro guardián de Ryu Jin y solo había podido descansar dos días al mes, durante varios meses. Ya le había dicho a Ilya hace mucho tiempo que se iría de viaje con su amante en el mes de mayo, así que él le concedió las vacaciones y también le pagó los gastos de viaje.

«¿Quién se encargará de Jin cuando yo no esté? ¿Andrei? ¿Víctor?»

«Exactamente…»

El olor a flores se estaba desvaneciendo. Probablemente, cuando se despierte después de descansar, volverá por completo a su rutina diaria. Si no estaba en celo, no importaba que no fuera Natasha quien lo vigilara.

Además, Jin no había tratado de escapar, así que ahora andaba libremente por toda la mansión. Como nunca se había rebelado y se parecía estarse aclimatando a la estructura de la organización, el estado de alerta de Ilya se había reducido. Era imposible que escapara de sus ojos y huyera de Moscú aunque pudiera salir de esa mansión. Por lo tanto, había pasado bastante tiempo desde que no tuvo otra vigilancia más que Natasha.

Mientras lo observaba una y otra vez, se había dado cuenta que había momentos en los que Jin estaba con él, independientemente de que estuviera en celo. Era el mismo fenómeno que había ocurrido cuando se encontraron frente al Kremlin. El médico de la organización le dijo que probablemente la feromona alfa de Ilya, podría tener un efecto específico sobre la feromona omega de Jin, pero esa hipótesis todavía no era precisa. Esto se debe a que a pesar de que Ilya no emitiera sus feromonas deliberadamente, Jin las atrapaba y reaccionaba a ellas, y aunque eso era teóricamente posible, el mismo caso nunca se había confirmado en la realidad.

Que fuera imposible o no, no era importante. Lo importante para Ilya era saber cuándo Jin estaba en celo, y si otras personas además de él, lo llevaban al celo independientemente de que estuviera en su ciclo de calor, pero afortunadamente parecía que no.

Eso me alegra… Se rió de sus pensamientos que continuaban sin querer. Afortunadamente podría ser algo bueno. Era difícil que confiara en sus subordinados cuando el celo le llegara. Una risa de autoayuda salió de su boca después de intentar poner excusas a su comportamiento.

‘¿Por qué odias que Jin duerma con otra persona? Es porque estás celoso, eso es todo.’

No hace mucho, Natasha había dado en el clavo. No quería admitir lo que estaba sintiendo, pero no podía negarlo, así que frunció el ceño.

Los celos eran asombrosos. Pero en su mente, no eran celos lo que sentía. Es solo que no quería compartir con nadie al chico con el que estaba teniendo sexo. Después de poner tales excusas, era obvio que los demás lo llamarían celos, así que se quedó callado y se dio la vuelta.

«Parece que ya su celo terminó, pero no lo sabremos hasta hoy, así que vigílalo bien.»

Le dijo eso a Natasha, mientras salía de la mansión, pero ella se limitó a encogerse de hombros.

«¿Por qué te preocupas tanto? Debido a que el jefe los amenazó, ninguno de los subordinados se atreve a poner un pie en ese piso durante su celo.»

Era como ella decía. Hace dos meses, mientras Natasha estuvo por fuera un tiempo, un nuevo miembro de la organización trató de acercarse a Jin cuando estaba en celo, pero inmediatamente fue asesinado por Ilya de un disparo. Todos se quedaron perplejos ante la habilidad de tiro del jefe, quien le había disparado directo al corazón. Algunas dijeron que no estaba apuntando directamente a su corazón, y aunque sabía que quería matarlo, Ilya dijo que solo había tenido suerte. Sea lo que sea, sus subordinados se comprometieron a nunca volver a tocar a Ryu Jin.

Aún así, no sabía ni cuándo ni dónde, otro estúpido lo intentaría. Natasha dijo que entendía lo que Ilya le había querido decir, y dio un paso atrás para regresar a la mansión rápidamente.

«¿Cuándo regresarás?»

«No lo sé. Lo sabré cuando llegue, pero no tardaré mucho.»

«¿Por Ryu Jin?»

Ilya, quien suspiró brevemente mientras ella se burlaba de él, cerró la puerta del auto como si no quisiera lidiar más con eso. Natasha hizo un gesto con la mano para despedirse. Y no fue hasta que el coche desapareció por completo del jardín de la mansión, que miró hacia la ventana de la habitación de Ilya.

Allí vio a un hombre parado frente a la ventana. Probablemente todo lo que imaginaba era cierto. Y como si estuviera viendo a Ilya irse, después de que este se marchó, el hombre rápidamente desapareció al interior de la habitación.

«Que relación tan extraña. »

El que secuestra a alguien por un tema que no tiene nada que ver con la dulzura entre amantes, le importa que esa persona no duerma con otros hombres, y el que está intimidado y encarcelado, mira al otro partir desde la distancia… Era una relación incomprensible según sus estándares.

Y esa relación ya llevaba 4 meses.

✤✤✤✤✤✤

«¡Jin!»

Un subordinado gimió frente a la computadora y llamó a Jin. Él se acercó y miró su monitor. Inmediatamente encendió la aplicación de traducción del teléfono móvil y tradujo una frase al ruso, que decía ‘Vender en 5 minutos’.

«¿Vender? ¿Con este botón?»

Movió el mouse e intentó hacer clic en el botón rojo.

—¡No, ese no!

Jin rápidamente tomó su mano y la detuvo. Suspiró y volvió a encender la aplicación de traducción.

−Ahora no, sino en cinco minutos. Si haces clic en el botón rojo lo venderás todo, así que ve a la pantalla de abajo e ingresa solo la cantidad a vender, y luego…

La cara del miembro de la organización se distorsionó cuando Jin le entregó una explicación paso a paso. Él le dijo que tenía que hacer lo que le dijera que hiciera y el otro gruñó porque era demasiado complicado.

Para obtener los fondos de Ilya un poco más rápido o, para ser precisos, para pagar sus deudas, Jin pidió prestados algunos miembros de la organización. Entonces, a partir de ese mes, tres subordinados han estado ayudándolo en el trabajo. Pero el problema es que ellos al parecer no podían entender, a pesar de que se trataba de algo tan simple. Fue la primera vez que se dio cuenta que era muy difícil enseñarle a alguien. Tener toda la paciencia para trabajar y trabajar durante toda su vida ha duplicado su estrés.

«¡Jin!»

Esta vez el otro tipo lo llamó. Cuando fue a su puesto, vio el traductor en la pantalla de la computadora y le dio su informe. A pesar de todo, ese tipo si le fue útil porque tenía un buen nivel de entendimiento. Él respondió que sí y le dio la siguiente instrucción.

Al principio, eran miembros de la organización que mostraban renuencia a seguir las palabras de Jin, pero después de ver las increíbles ganancias obtenidas al hacer lo que él realmente les dijo que hicieran, se volvieron obedientes. De esa manera, el número de manos aumentó, por lo que el dinero ganado cada semana se había más que duplicado. El dinero, que parecía poder liquidarse después de dos años de hacer lo mismo con cálculos simples, parecía ser posible conseguirlo dentro de un año ahora.

Aunque Ilya creyó en Jin y aumentó su inversión, todo fue resultado del compromiso de Jin de invertir en moneda virtual. La razón por la que trabajó con concentración fue simple. Estaba aburrido sin nada que hacer. No tenía que llevar a cabo las mismas funciones de los demás subordinados y no tenía que ser el secretario de Ilya como Andrei. Todo lo que realmente podía hacer todo el día era agarrar una computadora y jugar con dinero, así que naturalmente se sumergió más en jugar con dinero que en perder el tiempo, y ese fue el resultado.

Gracias a esto, la valoración de Jin dentro de la organización había subido sorprendentemente. La habilidad de llamar dinero solía atraer el gusto de otras personas más de lo que Jin pensaba. El favoritismo pronto se salió de control. Dado que el jefe ha estado mirando a Jin, por supuesto, los otros miembros de la organización también lo hicieron. Muchos ahora lo consideran como uno de sus miembros. Sin embargo, el hecho de que fuera la pareja sexual del jefe se sumó como un punto muy importante.

«Jin, ¿no irás a tomar un poco de aire?»

Natasha entró y preguntó. Como al principio no pudo entenderla, ella miró a lo lejos y señaló la ventana con el dedo. Solo entonces comprendió que significaba salir. Había estado sentado toda la mañana trabajando con la computadora, y no era que no pudiera soportarlo, pero su cuerpo estaba resentido. Cuando se levantó y dio un gran paso, los subordinados se dieron la vuelta. ¿A dónde vas? ¿Vas a dejarnos solos? Esas frases estaban escritas en sus caras. Cuando Jin miró a Natasha y se encogió de hombros, ella les dio una explicación muy extensa.

Era una conversación que no podía entender, así que salió de la habitación primero. No había nadie en el pasillo. A partir de un día cualquiera, nadie más lo protegía excepto la propia Natasha. Bien. Había pensado que la vigilancia dentro de la mansión no tenía sentido ya que no tenía caso salir de ese lugar.

Bajó al primer piso y salió por la puerta principal. Dos bestias negras que estaban sentadas en el suelo y mirando hacia la puerta principal se acercaron. A pesar de que se sintió frustrado por un momento, Jin se quedó quieto y esperó a que se acercaran. Los chicos que venían justo frente a él se balancearon sobre sus piernas.

Heukrang1 (黑 狼). La primera vez que vio a esos lobos negros, estaba tan asustado que sus piernas se doblaron…

Cuando se sentó con las rodillas dobladas y acarició sus cabezas, ni siquiera podía pensar en escuchar sus lloriqueos como cachorros.

«¡Dyuna! (дюна)! ¡Beck! (бек)!»

Natasha, que lo siguió, se sorprendió y llamó a los lobos por su nombre. Le preocupaba que pudieran morder a Jin, pero ellos solo se acercaron y ella agitó sus manos para espantarlos. Está bien si no te deshaces de ellos… Pensó que los lobos probablemente nunca lo morderían, pero era molesto explicarlo, así que dejó que Natasha hiciera lo que quiso sin decirle nada.

Pensó que estaba realmente iba a morí un día que salió solo y se encontró con los lobos. Ellos lo amenazaron revelando sus colmillos, y esa vez pensó que realmente lo iban a morder. Sin embargo, ellos nunca lo atacaron, solo evitaron que saliera del porche de la mansión.

Al parecer esos chicos, solo eran sus perros guardianes para evitar que se escapara, pero no buscaban acabar con su vida, lo supo en ese entonces. Revisó su bolsillo y sacó un trozo de bistec envuelto en un plástico. Cuando dejaba sobras del almuerzo, el jefe le dijo que hacer si no se comía todo lo que daban.

Mientras olían el olor a carne, los lobos no dejaban de estar alerta.

‘Vengan, sean buenos chicos.’

Se sentó con las rodillas dobladas, dejó el bistec en el suelo y les hizo una seña. Ni siquiera estaba seguro de si no podían entenderlo porque no era ruso, o si no seguían las palabras de nadie más que Ilya. Jin tomó el trozo de carne y lo sacudió.

‘¿No van a comer?’ De verdad. Entonces simplemente lo guardaré.’

Parecían inteligentes. Parecía que estaban comprendiendo todo lo que Jin les estaba tratando de decir y lo que quería que hicieran. Jin volvió a dejar el bistec en el suelo y retrocedió unos pasos. Fingiendo no estar interesados y mirando hacia otro lado, después de un tiempo, los lobos se acercaron con cuidado, rompieron el trozo de carne y se lo comieron.

Y durante más de un mes, cada vez que salía, tuvo que empacar algo y dárselo a los lobos, pero ya no le mostraban los dientes, ni le gruñían. Más bien, en algunos momentos, se acercaban y expresaban su cercanía hasta el punto en que sintió que no había ninguna diferencia con un perro.

Tuvo mucho cuidado de no revelarle eso a los subordinados. Si Ilya supiera cómo había domesticado a sus lobos, estaría muy disgustado. Anteriormente, había querido vivir cada día en la mansión en silencio y sin ningún problema, así que nadie podría imaginarse que se había familiarizado con esos lobos. Por eso Natasha también se sorprendió y pensó que ellos lo morderían.

Ella ahuyentó a los lobos. Y mientras los lobos se retiraban, seguían mirando hacia atrás.

− Ten cuidado de no acercarse a ellos. Si te muerden puedes morir.

Natasha lo escribió en su teléfono celular y se lo entregó. Estaba preocupada por él, pero Jin, se dio cuenta que los lobos estaban arrepentidos no porque no pudieran morderlo, sino porque no pudieron comer carne. Pero él solo le sonrió a Natasha, y le dijo que estaba agradecido por su preocupación.

Fuuu. El viento sopló y las hojas de los árboles que rodeaban la mansión temblaron. Pronto había llegado mayo y, a la mitad del día, el viento se volvía bastante cálido. Él dijo que no era muy diferente al clima primaveral en Corea, pero que la temperatura era un poco más baja.

−Necesito comprar ropa nueva.

Natasha miró arriba y abajo sus jeans y la camiseta gruesa de manga larga que vestía. Dicho esto, ella llevaba puesta una camiseta muy fina con un escote profundo. La temperatura no superaba los 10 grados por la mañana y por la noche, pero ella parecía que no podía sentir el frío. Su cuerpo temblaba al pensar que tal vez ella le dijera que se comprara ropa similar a la que llevaba puesta.

−¿No tienes camisas manga corta? ¿Quieres que vayamos a comprar ropa mañana?

¿Manga…corta? Jin dudó si sus ojos habían leído las letras correctamente. Aun así, Natasha le respondió, ¿todavía no es hora de usar mangas cortas?

−¿O quieres que lo compre por mi cuenta? ¿Puedes decirme la talla de tus vaqueros?

Jin negó con la cabeza tan pronto como le dijo que le compraría ropa de inmediato.

−Ve un poco despacio. Yo mismo iré y la elegiré.

Sin importar cuánto lo pensó, consideró que todavía no era el clima adecuado para usar mangas cortas. Aunque los lugareños no lo saben, Jin todavía sentía frío por la mañana y por la noche, por lo que incluso con mangas largas, él solía temblar.

− Sí, está bien. Se lo diré a Ilya, así que vayamos juntos.

¿Por qué con Ilya? Cuando le preguntó si el jefe de la mafia podía permitirse ser tan libre, Natasha se limitó a reír. Pensó que sabía más o menos lo que eso significaba. Era porque solía acostarse con Ilya. Y no era solo ella. Los demás miembros de la organización también trataban a Jin como el amante de Ilya, y decían que era la primera vez que lo veían dormir con una sola persona durante tanto tiempo.

Amante… hasta los perros se burlaban.

Vio a los lobos agachados bajo la sombra de un árbol. Ilya y los lobos, eran similares en varios términos a las bestias. Si les daba repetidamente lo que quieren, serían domesticados. ¿Pero Ilya? ¿Quién era la persona que estaba domesticada, Ilya o él mismo?

✤✤✤✤✤✤

Ilya, que no fue visto ni siquiera a la hora de la cena, llegó a la habitación de Jin después de las 9 pm. Jin miró hacia atrás ante el sonido de la puerta abriéndose, pero no le dio ningún saludo, en su lugar siguió mirando el monitor y se concentró en su trabajo. Ilya no se quejó particularmente por eso.

Como siempre, él se sienta en su cama y lo mira trabajando. Ni siquiera le decía nada. Jin no podía imaginar si lo estaba espiando, mirando, o si solo era su entretención.

—Ryu Jin.

En raras ocasiones, lo llamaba. Lo había escuchado, pero fingió que no lo había hecho. Mientras tocaba el teclado, Ilya cantó una y otra vez ‘Ryu Jin’, con una voz más fuerte y clara que antes. No podía fingir que no lo había escuchado esta vez, así que giró la silla y se quedó sentado mirándolo.

—Natasha dijo que querías ir de compras.

Nunca dijo eso. Era Natasha la que quería ir de compras.

—¿No te gusta lo que te han comprado?

La ropa y los zapatos que le habían proporcionado fueron comprados para él o donado por otros. Pensó en que quería conseguirlos en otro lugar. De hecho, realmente no le importaba si era nuevo o de segunda. Pero si fuera como antes, seguramente compraría lo mejor.

—Por casualidad, quisiera hacerte una pregunta.

Mientras preguntaba, pensó que era una pregunta estúpida. Como Natasha seguía enredándolo con Ilya, creyó que podría ser un poco inútil.

—Mi ropa, no fue elegida por el jefe, ¿Verdad?

Ilya frunció el ceño un poco aterrado. Ah, sí. Debes ser tímido. Soy un tonto por preguntar.

—¿Por qué preguntas con la premisa de que no sea así?

¿Eh? ¿Realmente eligió Ilya? ¿Entonces por qué pusiste esa cara cuando te pregunté si elegiste mi ropa? Sus ojos se abrieron ante la inesperada respuesta.

—Obviamente no soy lo suficientemente libre como para elegir tu ropa.

¡Este chico es real! Por eso le dije que no sería así. Por qué le gusta confundir a la gente… .

Jin, reprimiendo las palabras que quería decir, tragó saliva seca ante los ojos que lo miraban fijamente. ¿Por qué me mira así de nuevo? ¿Le molestó que le preguntara quién eligió la ropa? ¿Pero, por qué? O quizás le estaba mintiendo.

—Si no te gusta, elígela tú mismo. Ahora es difícil, pero puedes salir la semana que viene.

Entonces, al final, no pudo averiguar si él le había elegido la ropa o no. Al ver su fría expresión, no lo podía creer, pero realmente pensó que él lo había hecho.

—Nunca dije que no me gustara.

¿Por qué agregas excusas? No, bueno, si Ilya realmente eligió mi ropa, sería irritante para su orgullo y no ganaría nada bueno con eso. Trató de disculparse, pero pensó que eso sería más ridículo, así que solo lo dejó pasar.

—Ya veo.

Pudo ver que la expresión de Ilya se suavizó un poco. Parecía que realmente lo había entendido. Al mismo tiempo, en medio de su sorpresa tuvo el sentimiento complejo y sutil de que su obsesión se estaba dirigiendo al lugar equivocado. Decidió buscar en internet para recopilar más información cuando tuvo ese pensamiento inútil.

Ilya, que estaba mirando en silencio, volvió a llamar a ‘Ryu Jin’ por su nombre.

—Sí, Sí.

Jin respondió secamente, con la mirada en el monitor y moviendo el ratón con afán.

—Parece que no has tenido otra en estos días.

—¿Qué?

—Una pesadilla.

Los clics del mouse se detuvieron. Ilya observó con su mirada penetrante que la espalda de Jin se había endurecido ligeramente.

—Nunca he dicho que haya tenido una pesadilla.

Y de repente, mira hacia atrás y sonríe alegremente. Lo sabía. Ryujin solía sonreír de manera más informal cuando trataba de ocultar algo. Pensó que lo conocía un poco ahora. Su cara sonriente era como una máscara.

Aparentemente, un rato después de mudarse a esa habitación, se despertó después de tener una pesadilla que lo había hecho gritar con todas sus fuerzas como si estuviera atrapado en sí mismo. No le habría prestado mucha atención si hubiera admitido que era una pesadilla, pero ahora quería profundizar más en ello, ya que estaba tratando de ocultarlo.

—Ya veo.

Al fingir darse por vencido, Jin se encogió de hombros y se sentó frente a la computadora. Ilya se quedó en silencio durante mucho tiempo observando la espalda de Jin.

Después de ese día, pidió más información sobre Ryujin, pero no consiguió nada extraño. La universidad a la que asistía, la casa en la que vivía y sus múltiples acompañantes era todo lo que había averiguado. Y aunque él era un Omega no estaba registrado en ninguna parte. Todo estaba completamente oculto.

En ese punto, pensó que alguien estaba tratando de esconder a Jin intencionalmente. ¿Pero quién? ¿Por qué a este chico que no tiene ninguna singularidad además de ser un poco inteligente? ¿El mismo Ryu Jin? Eso no tiene sentido. No importa cuán inteligente y buen estafador sea, no tenía por qué esconderse tanto. Jugó con criptomonedas y arruinó a muchos inversores en todo el mundo, pero si hubiera intentado esconderse para escapar del caso, habría ocultado la dirección de su hogar de inmediato para que ni siquiera la organización de Ilya pudiera encontrarlo.

Sin embargo, la información de Ryu Jin solo estaba presente en la superficie. No había señales de su vida anterior. ¿Será que este niño tiene más registros de fraude no revelados? En ese momento, por ser menor de edad, ¿se convirtió en un adulto sin ser castigado? seguramente…

Tsk, mientras chasqueaba la lengua, Jin miró hacia atrás. Cuando Ilya se levanta de su asiento, le pregunta: —¿Ya te vas?

—¿Por qué? ¿Quieres que durmamos juntos?

Era una broma, pero Jin frunció el ceño. Tampoco le gustó esa reacción. Después de su celo, solía molestarlo diciéndole como le pedía que lo abrazara mientras abría las piernas durante su ciclo de calor. Cuando Jin le respondía así, se sentía incómodo porque era como si se estuviera aferrando a él a pesar de que el sintiera que nunca había estado allí. ¿Qué piensas hacer con lo que sientes?

Sin embargo, era inútil discutir al respecto. ¿Te atreves a rechazarme? Recuerda cómo su expresión es tan diferente cuando intenta atraerlo.

—Ya deja de trabajar.

—No tengo nada que hacer aparte de trabajar.

—Entonces levántate.

Jin miró hacia atrás y le preguntó por qué.

—Vas a dormir en mi habitación, así que báñate.

—¿Eh?

La descarada expresión de disgusto de Jin parecía profundizar las arrugas en su frente.

—No tienes elección.

No le importaba si a Ryu Jin le gustaba o no. Tenía que ser claro. Desde el principio, había tenido sexo con él porque quiso, por su propia voluntad.

—No te resistas.

‘¿Por qué?’ Casi le preguntó. Pero en su lugar, Ilya respiró hondo y le dijo.

—Yo no haré nada.

Jin hizo una expresión de desconcierto. No iban a tener sexo, pero en su cara pudo notar la pregunta de por qué entonces quería acostarse con él.

Eso era porque definitivamente tendría pesadillas.

Pero no intentó responderle. Si le respondía eso a un tipo que decía que nunca había tenido una pesadilla, era obvio que iba a seguir mintiéndole.

—Ya te dije que te lavaras y vinieras.

Ilya no habló más y regresó a su habitación. Más allá de la puerta, pudo escuchar a Jin susurrar. Sabía que no podía evitarlo incluso si decía que no quería, así que parecía que estaba obedeciendo las palabras de Ilya de bañarse.

Esos cuatro meses no fueron una pérdida de tiempo. Y aunque no había conseguido mucha información sobre Jin, aprendió algunas cosas mientras convivía a su lado. Una de ellas fue que Ryu Jin a menudo sufría de pesadillas justo después de su ciclo de calor.

Ni siquiera podía imaginarse mirándolo durante el celo. Sin embargo, después del ciclo de calor, cuando se quedaba solo, luchaba toda la noche lo suficiente como para enfermarse por uno o dos días. Cuando se despertaba al final de una pesadilla, respiraba profundamente y se quedaba a solas sin comprender, y solo después de cierta calma, se volvía a dormir.

Estaba seguro que Jin no lo sabía, pero Ilya siempre estuvo observando todo el proceso. Debido a que su habitación estaba al lado, podía escuchar los todos sus sonidos, y los días en que Jin parecía tener una pesadilla, miraba el CCTV instalado en su habitación.

Levántate. ¿Debería levantarme y sacar de esa pesadilla a ese tipo? Y no es que no se preocupara por eso. Sin embargo, sintió que Jin había trazado una pared invisible. Solía emitir una atmósfera de no importarle nada y dejar que todo pasara, pero Ryu Jin todavía dibujaba una pared entre ellos. No quería ser el primero en romper esa pared, así que por eso lo dejaba solo.

Solo una palabra, si le hubiera pedido ayuda…Si era así, ¿habría tomado su mano?

Cuando piensa en él, la respuesta era no. La historia personal de Ryu Jin era solo su problema y no tenía nada que ver con Ilya. Pero, ¿por qué me molesta? ¿Como no podía dejarlo solo, lo traje a mi habitación de nuevo hoy? Clic. Mirando hacia atrás, al escuchar el sonido de la puerta abriéndose, Ryujin se encontraba de pie, con el cabello mojado como si hubiera terminado de ducharse.

—Ni siquiera sabes cómo tocar la puerta.

—Tu nunca tocas para entrar al otro lado.

Ilya siempre le había dicho sarcásticamente que no entrara sin llamar. Por eso frunció el ceño, pensando que ya no le tenía tanto miedo.

—¿Crees que tú y yo somos iguales?

—De ninguna manera.

Jin, quien respondió fácilmente, se acercó a la cama de Ilya.

—Como dijiste que no ibas a hacer nada, ¿puedo dormir primero?

Sin esperar su respuesta, Jin se subió a la cama, le dio la espalda y se recostó sobre la manta. No se sentía incómodo allí, porque siempre usaba esa cama para pasar su ciclo de calor.

Ilya miró la espalda de Jin y se tragó un suspiro. Realmente no sabía lo que estaba haciendo. Aunque este niño sufra de pesadillas, deberías dejarlo en paz.

El colchón se agitó cuando Ilya se subió a la cama. Aun así, Jin obstinadamente no miró hacia atrás.

De vez en cuando, Ilya solía agitar su mente. Si solo lo hubiera tratado como un rehén al que extorsionaba perversamente para recuperar su dinero y para poseer su cuerpo, no habría tenido tal torbellino mental.

Entonces, por qué…No podía entender por qué le pedía que durmiera en su cama si no iban a tener relaciones sexuales. Pero de nuevo, como no podía entenderse ni siquiera a sí mismo, también se sentía increíblemente aliviado por su estupidez.

Notas:

1//NT://Heukrang (黑 狼): Significa lobo negro. La autora coloca el apodo proveniente del chino.//

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