Despertar

Despertar


Capítulo Dos

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Cuando estuvo libre de su ropa, se recostó en Lanthan. Él se quedó paralizado, su ropa en un puño, su otra mano automáticamente deslizándose a su delgada cintura para tirar en su contra. Más pequeño que Brevin, Lanthan era sólo un poco más alto que Eyrhaen, lo que permitía un ajuste perfecto cuando estaba cerca de ella. Sus ojos cerrados en éxtasis. La ropa se deslizó fuera de su control cuando ella se acurrucó en la curva de su cuerpo. Lanthan inclinó la cabeza, el cabello corto haciendo cosquillas en la punta de sus orejas. Mordisqueando su cuello, Lanthan llevó sus manos a los pechos apretando simplemente de la forma en que sabía que a ella le gustaba. Ella gimió recompensándolo.

Brevin se sacudió, se sentó para poder quitarse las botas. Sabía que su papel en esto no era sólo de voyeur. Las cosas funcionan mejor si lo anticipaba. Se quitó las botas y su pantalón, con cuidado de la tensa y dura polla que saltó libre de repente

golpeando contra su vientre. Descartó la idea de acariciársela. No le daría gran alivio. Ella no iba a permitir que él se corriera, al menos de momento.

Una vez desnudo, se metió en el calor burbujeante de la piscina. Una inmersión rápida bajo el agua mojó su piel y le dejó su pelo rebelde detrás de su rostro. Minerales naturales en el agua y las burbujas le acariciaban mientras el agua calentaba más su sangre.

Las luces de las piscinas públicas detrás de ellos iluminaron a Eyrhaen y Lanthan, el blanco pelo largo cubría sus pechos y los hombros. Ella había doblado el cuello para poder capturar la boca de Lanthan con la suya. Las lenguas negras entre los labios jugando, dientes blancos intermitentes en las sombras. Una de las manos de Lanthan todavía masajeaba uno de los senos, pellizcando el pezón, pero la otra mano se había deslizado hacia abajo, los dedos ahora ahuecando su sexo. ^

Tarareando alegremente ella separó sus labios de Lanthan y miró hacia abajo para comprobar a Brevin. Al verle en el agua, le sonrió y alegre se soltó del abrazo de Lanthan. Los dedos de este se deslizaron de ella cuando se dejó caer hacia atrás, hacia el agua.

Brevin la agarró, los latidos de su corazón acelerados cuando tuvo su cuerpo deliciosamente desnudo en sus brazos. Su largo cabello brilló como luz de luna | sobre la superficie del agua, mientras ella lo abrazaba con los brazos alrededor de su

cuello.

—Bésame —Exigió y él obedeció de inmediato. Sus labios se abrieron y un gemido brotó de su garganta a los suyos. Ella sabía plata fresca, tierra, y salsa dulce, | sabrosa, sobre las carnes frescas cocidas sólo para fundirse en su boca. Le soltó las piernas para que su brazo estuviera libre y así poder envolverlo alrededor de su espalda, sujetándola a él. Sus brazos alrededor de su cuello, ella movió las piernas hasta ponerlas alrededor de sus caderas. Su polla palpitaba entre ellos, presionaba en su vientre y el deslizó las manos hacia abajo para agarrar su culo, para presionarla aún más cerca de él.

Lanthan estaba allí, detrás de ella. Su olor se mezclaba con el de ella, haciendo a Brevin aspirar más profundamente en la boca de Eyrhaen. Sus manos se deslizaron sobre las de Brevin, animándole a separar las mejillas de su culo más. Lo hizo y compartió lo que sabía iba a ser una frustración para su amigo. Lanthan querría conducirse a casa, deslizar su polla en la expuesta apertura, pero no podía. Si lo intentara, la magia en Eyrhaen consumiría su erección dolorosa, tanto que no sería capaz de levantarse de nuevo por lo menos en una luna.

En cambio, apoyó las manos al lado de las Brevin y se arrodilló en el agua. Brevin la levantó más alta para su amigo y luego se tragó su grito de alegría cuando Lanthan empezó a lamerla. Era una buena cosa que ella no pesara mucho, por lo menos, porque si lo hiciera, no habría sido capaz de sostenerla. Ya era bastante difícil hacerlo mientras su malvado amigo lamía del ano al sexo de Eyrhaen y alcanzaba entre las piernas de Brevin para acariciarle los testículos. ^

Fue bueno para él cuando Eyrhaen arrancó la boca de él y dijo:

—Basta. Suéltame.

Lanthan se movió atrás de nuevo cuando su amigo la bajó. Brevin lo miró por encima de su cabeza, recibiendo sólo una sonrisa maliciosa a cambio, justo antes de Lanthan sumergiera la cabeza para mojar el cabello, hundiendo la cabeza y todo. | Eyrhaen distrajo a Brevin llenando su pecho con besos, sus dedos ágiles encontraron y pellizcaron las puntas de los pezones hasta hacerlos crecer al máximo. Lo empujó hacia atrás hasta que sus pantorrillas golpearon el banco natural por debajo del agua, luego lo dirigió con codazos y gestos para que se apoyara en el borde de piedra lisa de la piscina. Lo hizo, apretando el borde a cada lado de sus caderas mientras separó las piernas, sabiendo lo que venía y sabiendo que no podía prepararse para ella. Desde el momento en que ella se arrodillara y pusiera los dulces labios obsidiana en la punta de su polla su mundo giraría y el suelo se convertiría en el techo.

Dejó caer la cabeza, los ojos cerrados, incapaz de mirar el entusiasmo de ella, consumiendo tanto de él como pudo, mientras que envolvió las dos manos

delgadas con fuerza alrededor de su eje. Sus caderas bombearon en ella sin poderse detener mientras sus uñas se clavaban en el borde de piedra de la piscina. Luego otras manos, las manos de Lanthan, estaban en sus muslos, abrazándolo para ella. Brevin gimió, bajando su barbilla y abriendo los ojos para contemplar a los dos de rodillas delante de él. Ella felizmente agarraba y chupaba la polla con Lanthan moldeado a la espalda de ella, mordisqueando su cuello y hombros. Era demasiado. Con una velocidad humillante, las bolas de Brevin se apretaron, sus caderas se sacudieron y demasiada semilla de color blanco lechoso lleno la boca de Eyrhaen haciendo que alguna escapara de sus labios.

Riendo, ella lo dejó en libertad para girarse a los brazos de Lanthan. Mientras que Brevin se dejaba caer en el asiento de piedra sumergida, Eyrhaen abrió su boca a Lanthan para compartir con él su esencia. Resentimiento se desbordó en el pecho de Brevin. No por el beso, ni por el abrazo. No, le irritaba que ella lo hiciera correrse tan rápido. Con cualquier otro amante su resistencia y control era admirable. Pero con ella, estaba indefenso. Pero no estaba solo. Todos ellos eran impotentes. Si ella decidió que era hora de correrse había muy poco que su desgraciado amante pudiera hacer al respecto.

Ahora estaba empujando a Lanthan de espaldas, instándole fuera del agua. Mientras él se sentaba sobre la suave piedra caliente, se arrastró detrás de él, pidiéndole incluso que bajara más sobre la espalda. Ella dejaba besos por el cuello, sobre el pecho y el vientre, y finalmente envolvió sus ansiosas manos y labios alrededor de su polla. Sobre sus rodillas, ella se cernía sobre Lanthan, tratando de tragar más de lo podía. Apoyándose en los codos, Lanthan dejó caer la cabeza hacia atrás, su gemido apenas más fuerte que el agua burbujeante. Ella lo mantendría así por breves momentos o dilatando el tiempo, lo que conviniera para la fantasía de ella. Aquí era donde tener un segundo amante con ella era lo mejor. Él, Lanthan y Tykir habían aprendido a ayudarse unos a los otros, elevando el placer de ella, para que les permitiera los suyos, antes que las cosas se convirtieran en dolorosas. A veces la dejaban jugar, dejándola que torturara a otro, entonces esperaban vengarse más tarde después de que ella los dejara.

Pero hoy, Brevin no estaba de humor para dejar que su amigo se retorciera.

Se arrastró hacia adelante y se tumbó sobre el agua. Tendido de espaldas, se desplazó hacia arriba entre sus rodillas. Una vez situado, ahuecó su culo, guiando su rojo y empapado sexo a sus labios. Rojo, no rosa como las mujeres humanas convertidas con las que había tenido relaciones sexuales. No, el sexo de Eyrhaen era rojo como la pulpa de la fruta galpa y mucho más delicioso. Dejó que sus labios se encontraran con los de ella en un beso íntimo antes de abrir su boca más para poder arrastrar el dorso de su lengua desde el ano hasta que su punta negra tocara la cúspide de su sexo. Ella chilló, meciendo sus caderas para adaptarse a sí misma de forma más firme a la boca. La guió con sus manos a través de los globos de su culo, consumiendo la humedad terrosa que cubría sus suaves pliegues. Su lengua encontró su canal y la empujó lo máximo que podría llegar, pero el movimiento de sus caderas le dijo lo que ella quería. Inclinando la barbilla hacia arriba un poco, ^ fue capaz de succionar su pequeña dura protuberancia entre los dientes, cerrándolos suavemente para mantenerlo para su lengua. Ella se corrió para él, y una oleada

sensual de calor pulso de su cuerpo al de él. Podía sentir el placer de sus otros amantes, todos los raedjour podían, pero Eyrhaen activamente podía proyectarlo.

Cuando ella encontraba liberación, no había nada parecido.

Se perdió en el sabor de ella, chupando y mordisqueando su sexo caliente y palpitante. Sus dedos vagaron más cerca, hacia el interior, hasta que encontró el botón firme de su ano. Deslizó un dedo ya húmedo con sus aceites naturales. Esta penetración fue permitida, enorgulleciéndose por ello, de hecho. Ella se meneó animándolo a hundir un segundo y un tercer dedo en su interior caliente, empujando su clítoris que se hinchó en su boca.

Apenas oyó a Lanthan gritar, absorto en su tarea, pero ella amplificó la liberación de su amigo cuando ella se corrió otra vez. Apenas había pasado cuando ella se sentó, arrodillándose sobre la cara de Brevin, no habiendo terminado con él. Su

ti

cabello húmedo golpeó fuertemente en su vientre e ingle, haciéndolo consciente que estaba duro de nuevo. La nueva posición le permitió moverse sobre él, casi lo asfixia mientras se retorcía y gemía, cerca, muy cerca de otro orgasmo. Él la comió

frenéticamente, chupando, metiendo sus dedos en su culo, golpeando su dítoris con su lengua. Ella se entusiasmó, arrodillada, los músculos de sus muslos tensos a ambos lados de la cabeza. Bajó las caderas a él y su sexo le llenó la boca cuando ella sacó la última gota de su orgasmo.

Dedos tiraron de su pelo.

—Para —Levantó sus caderas lo suficientemente lejos de su boca para evitar el contacto.

La lengua de él se extendió por su propia cuenta, tratando de recuperar su sabor divino, pero la mano en su pelo lo sujetaba.

Ella negó con la cabeza, lo que le hizo mirarla. Sus pechos negros brillaban suavemente en la luz, mucho más suave que el brillo de placer en sus ojos rojos. Ella lanzó una mirada a donde Lanthan debía estar aún, y luego de vuelta a Brevin.

—Fóllalo.

El cerró los ojos por un momento que le llevó para recobrarse, tratando de recuperar parte de su control. Estaba indefenso, lo sabía, pero él tercamente lo intentó.

Cuando ella estuvo libre, después de hacerlo rodar a su lado. Lanthan estaba de pie, el agua llegándole hasta el muslo. Inclinado sobre el borde de piedra, se encontró con la mirada de Brevin, sus ojos entrecerrados, invitándolo a hacer lo que ella exigía. Brevin metió sus pies en el agua y dos pasos lo llevaron hasta detrás de su amigo. Las piernas de Lanthan extendidas, las manos apoyadas en el borde de la piscina. Con la facilidad de familiaridad, Brevin dobló las rodillas para ajustar su altura y encontrar su entrada, empujándose a casa. Lanthan gimió, su cabeza cayendo hacia adelante, Brevin apoyándose en él. Este puso su mano sobre la piedra a un lado de su amigo mientras empujaba duro, justo como a Lanthan le gustaba, al igual que Eyrhaen le gustaba ver.

Eyrhaen apareció ante ellos, moviéndose hacia abajo mientras Brevin siguió empujando, hasta que ella estaba sentada en el borde de la piscina justo en frente de Lanthan. Le acarició la suave curva de su mejilla y capturó sus labios con los suyos. Brevin estaba seguro de que su otra mano había bajado a la polla dura de su amigo. Bombeó más fuerte, deseando que estuviera satisfecha con eso. Si ella los pusiera a él o a Lanthan duros de nuevo después de esto, sería doloroso.

Los mantuvo allí, dispuesta a jugar con Lanthan mientras Brevin lo follaba. Este sentía la pasión crecer, reforzada por su magia, pero no sentía la liberación cerca.

—Eyrhaen —Se quejó Lanthan en sus labios.

— ¿Qué?

Brevin casi gimió, al oír el tono perverso y burlón de su voz.

Lanthan lo conocía también. Hoy fue el primero en tragarse su orgullo.

—Por favor.

— ¿Brevin?

Parecía que deseaba que ambos suplicaran.

—Diosa, por favor.

Riéndose bajo, ella se echó hacia atrás, apoyada en sus brazos para poder verlos. Brevin sentía una luz de fuego en la espalda, instándole a empujar más rápido. Lanthan se movió hacia atrás correspondiendo sus golpes, igualmente atrapado en la trampa de ella. Los miró por unos pocos segundos antes de decir.

—Os podéis correr.

Algo se rompió dentro de Brevin, gritó cuando el orgasmo que había estado trabajando se precipitó a través de él, hacia fuera, cegándolo. Cuando recobró la vista, estaba todavía detrás de Lanthan, su polla todavía metida en su culo. Frente a

ellos, Eyrhaen sonrió, la semilla de Lanthan cubriendo el vientre y los pechos de ella.

Con cuidado salió de él y se acomodó hacia abajo en uno de los bancos sumergidos. Lanthan se fundió en el agua, luego se acercó para sentarse a su lado. Eyrhaen tranquilamente se metió en el agua para enjuagar la piel, luego se sentó entre ellos. Brevin sintió su mano en su muslo y sospechaba que la otra estaba en el de Lanthan. Ella apoyó su cabeza sobre el brazo que Brevin había puesto a un lado de la piscina, y cerró los ojos con un suspiro de felicidad.

—Ahora, dime que le pasó a Tykir.

Intercambió una mirada con Lanthan sobe su cabeza. Por mucho que a cualquiera de ellos le gustara el sexo, sabía que su amigo compartió su deseo de que ella hubiera terminado con ellos hoy.

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