Cola

Cola


2. Los 80: La última cena (de fish and chips) » Carl Ewart

Página 20 de 73

C

A

R

L

E

W

A

R

T

EDUCACIÓN SEXUAL

«Son cosas que ocurren a su debido tiempo», me dijo mi viejo, evidentemente avergonzado, a través de una nube de humo de Regal azulada. Aquello no era lo suyo, pero mi madre había insistido en que se sentara y me hablara. Ella se había dado cuenta de que estaba «del todo ansioso y deprimido», como dijo ella. Pero aquello era el purgatorio para mi pobre padre. Rara vez le había visto falto de palabras, pero, desde luego, aquello lo conseguía.

Son cosas que ocurren a su debido tiempo. Justo lo que yo quería oír, papá. Gracias. No tuve que decir: «Sí, ya, ¿y eso cuándo es?», porque lo llevaba escrito en la cara. Él sabía que había dicho una chorrada y yo también. Las cosas

no ocurren, tienes que

hacer que ocurran. La pregunta era, y ambos lo sabíamos: «¿Cómo cojones haces que ocurran?»

«A ver», carraspeó, ahora con aspecto cada vez más alterado a medida que el humo desaparecía de mis ojos, «que todo eso te lo enseñan en la escuela. Quiero decir que cuando nosotros íbamos a la escuela no había nada por el estilo.»

Pero no valían una mierda las clases de educación sexual. Gallagher, el de ciencias, enseñándote todos aquellos diagramas de pollas y cojones cortados por la mitad y el interior de los coños de las tías; canales y tubos y críos nonatos y todo ese tipo de cosas. Cosas que te quitaban las ganas de echar un polvo. A mí me daban náuseas; el aspecto que tienen por dentro las tetas de una tía, como si estuvieran llenas de algas. Antes las tetas me gustaban. Me

gustan las tetas, y quiero que me sigan gustando. No quiero pensar en ellas como en algo lleno de algas.

Esta vez ha sido la peor.

Lo único que quiero saber es: CÓMO CONSIGO MOJAR EL CHURRO, ¡porque me está volviendo loco perdido!

Después de la proyección de diapositivas y el anuncio de condones te dicen: Acude a un profesor con el que tengas confianza si tienes algún problema. Yo tendría que acudir a Blackie. Después de todo, es con el que más trato tengo. Siempre me mandan a su despacho a que me dé correazos. Sería la hostia. Disculpe, señor, ¿qué tengo que hacer para mojar el churro? ¿Llegó a mojarlo Jesús o murió virgen como María? ¿Se folló Dios a María? Y en tal caso, ¿significa eso que quebrantó uno de los diez mandamientos «no desearás a la mujer del prójimo» o es que para él existe una regla distinta?

¿Guapo, que no? No creo.

Lo que interesa saber es:

¿

C

ó

m

o

m

e

l

i

g

o

a

u

n

a

t

í

a

?

¿

C

ó

m

o

l

a

p

o

n

g

o

c

a

c

h

o

n

d

a

a

e

l

l

a

,

q

u

é

m

e

d

i

d

a

s

t

e

n

g

o

q

u

e

t

o

m

a

r

?

¿

L

e

t

o

c

o

p

r

i

m

e

r

o

l

a

t

e

t

a

o

e

l

c

o

ñ

o

?

¿

L

e

m

e

t

o

e

l

d

e

d

o

y

l

e

r

e

v

i

e

n

t

o

e

l

h

i

m

e

n

,

c

o

m

o

m

e

d

i

c

e

n

l

o

s

c

a

p

u

l

l

o

s

q

u

e

v

a

n

u

n

c

u

r

s

o

p

o

r

e

n

c

i

m

a

d

e

m

í

y

q

u

e

e

v

i

d

e

n

t

e

m

e

n

t

e

n

o

h

a

n

e

c

h

a

d

o

u

n

p

o

l

v

o

e

n

l

a

v

i

d

a

,

o

l

a

s

c

o

s

a

s

s

e

h

a

c

e

n

d

e

o

t

r

a

m

a

n

e

r

a

?

¿

C

u

a

n

d

o

t

e

n

g

o

l

a

p

o

l

l

a

m

e

t

i

d

a

e

n

e

l

c

o

ñ

o

d

e

u

n

a

t

í

a

m

e

m

e

o

o

s

ó

l

o

b

o

m

b

e

o

l

e

f

a

c

o

m

o

c

u

a

n

d

o

m

e

h

a

g

o

u

n

a

p

a

j

a

?

E

s

p

e

r

o

q

u

e

l

o

s

e

g

u

n

d

o

,

p

o

r

q

u

e

c

u

e

s

t

a

m

e

a

r

c

u

a

n

d

o

v

a

s

e

m

p

a

l

m

a

d

o

.

¿

Q

u

é

h

a

c

e

l

a

t

í

a

d

u

r

a

n

t

e

t

o

d

o

e

s

t

e

t

i

e

m

p

o

?

L

o

d

i

g

o

p

a

r

a

s

a

b

e

r

a

q

u

é

a

t

e

n

e

r

m

e

.

¿

M

e

p

o

n

g

o

u

n

c

o

n

d

ó

n

?

(

S

i

e

s

a

s

í

,

n

o

h

a

y

p

r

o

b

l

e

m

a

,

h

e

e

m

p

e

z

a

d

o

a

p

r

o

b

á

r

m

e

l

o

s

p

a

r

a

s

a

b

e

r

p

o

n

é

r

m

e

l

o

s

.

)

¿

Q

u

é

p

a

s

a

c

o

n

l

a

s

e

n

f

e

r

m

e

d

a

d

e

s

v

e

n

é

r

e

a

s

?

N

o

s

e

p

i

l

l

a

n

t

o

c

á

n

d

o

l

e

l

a

s

t

e

t

a

s

a

u

n

a

t

í

a

,

p

o

r

s

u

p

u

e

s

t

o

.

V

a

l

e

,

l

a

s

c

l

a

s

e

s

d

e

e

d

u

c

a

c

i

ó

n

s

e

x

u

a

l

d

e

G

a

l

l

a

g

h

e

r

s

i

r

v

i

e

r

o

n

d

e

a

l

g

o

:

e

s

o

q

u

e

d

ó

a

c

l

a

r

a

d

o

.

F

u

i

m

á

s

e

s

t

ú

p

i

d

o

q

u

e

e

l

c

a

r

a

j

o

p

o

r

r

e

p

e

t

i

r

e

n

e

l

C

l

o

u

d

s

e

s

a

c

h

o

r

r

a

d

a

q

u

e

D

o

n

n

y

s

o

l

t

ó

e

n

T

y

n

e

c

a

s

t

l

e

l

a

s

e

m

a

n

a

p

a

s

a

d

a

.

P

o

r

s

u

p

u

e

s

t

o

,

B

i

r

r

e

l

l

y

G

a

l

l

y

n

o

m

e

d

i

e

r

o

n

n

i

n

g

ú

n

c

u

a

r

t

e

l

.

Y Blackie dirá: Bien, señor Ewart, me alegra que haya acudido a mí para discutir estos asuntos. Creo que la mejor forma de solucionar este problema cuanto antes es que venga conmigo a casa, donde mi esposa, una antigua pin-up y mucho más joven que yo, le enseñará cuanto necesite saber.

Y yo diría: No puedo hacer eso, señor Black…, señor.

Bueno, podría hacer usted una buena acción, señor Ewart. Una vez que mi esposa le haya enseñado lo que tiene que hacer, ¿sería tan amable de devolverme el favor y enseñar a mi hija? Tiene la misma edad que usted y es virgen. Y

no se parece absolutamente en nada a mí. A decir verdad, dicen que tiene un parecido extraordinario con Debbie Harry, la de Blondie…, claro que yo no presto atención a cosas tan bobas como la música pop. Le ruego que considere mi propuesta, señor Ewart, ya que también estoy dispuesto a hacerme cargo de los gastos que pueda ocasionarle.

Está bien, señor, por mí estupendo.

¡Bravo, Carl! Y dejémonos ya de bobadas y de señor por aquí y señor por allá. Llámeme Caraculo. Después de todo, los dos somos hombres de mundo.

Vale, Caraculo.

No, no parece en absoluto probable. De modo que le pregunté a mi padre, que seguía estando inquieto y que murmuró algo acerca de si no tendría que estar trepando por los árboles y cosas así. Después recobró la compostura y me dio una charla acerca del peligro de los embarazos y de las enfermedades venéreas. Finalmente, y como gran colofón, dijo: «Cuando encuentres a una chica agradable que te guste, sabrás que ha llegado el momento.»

El consejo de mi viejo: Encuentra a una chica agradable y trátala bien.

Como todos los consejos de mi viejo, como sus diez mandamientos, la verdad es que no me ha servido de mucho. No dice nada acerca de cómo enrollarse a una tía, sólo acerca de no pegarles. Ya sé que no hay que pegarles a las tías. Lo que quiero saber es cómo follármelas. Las inútiles reglas de mi viejo. Lo único que han conseguido sus consejos es que en el colegio me meta en líos con tipejos como Blackie por dar la cara y tratar de apoyar a otros capullos que no te lo agradecen. Y el viejo está tenso porque uno de los consejos más importantes que me dio no encaja con las demás cosas que dice.

Ir a la siguiente página

Report Page