Carmina Burana

Carmina Burana


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<El deseo de la amada>

Poema muy sentido sobre la íntima unión entre el deseo amoroso y el amor. Estrofas rítmicas, algunos de cuyos versos parecen medidos métricamente (cfr. Schumann,

op. cit., p. 191). Algunos manuscritos incorporan una tercera estrofa, rechazada por Schumann. Los editores suelen aceptar la teoría de W. Lipphardt, «Unbekante Weisen zu den

Carmina Burana», Archiv für Musikwissenschaft 12 (1955), pp. 122-142, de que los poemas 116-121 deben situarse bajo el influjo de Hilario de Orleans en el París de mediados del siglo XII[342].

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De mi destino me consuelo cantando,

como, ante la muerte cercana, hace el cisne cantor[343].

Se me aferra al corazón un dulce dolor

y huye de mi rostro el rosado color.

Aumentando mis cuitas,

cobrando fuerza mis fatigas,

agotándose mi vigor,

mísero de mí, muero;

tan duramente maltrata mi pecho el amor.

¡Ay, que muero,

ay, que muero,

ay, que muero,

pues forzado soy a amor sin recibir amor!

2

En felicidad a Júpiter superaría

si no me desdeñase mi amada,

si al menos una vez sus labios probara.

Si con ella alguna vez me acostara,

soportar la muerte,

morir gustoso

y terminar mi vida

sin dilación podría

si tan gran placer hasta el final gozara.

Sí que podría,

Sí que podría,

Sí que podría,

aunque sólo los primeros goces alcanzara[344].

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