Blockchain

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Introducción

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La evolución desde la Internet social centralizada y comercial a una Red descentralizada y mutualista, en la cual cada usuario cobre por el uso (permitido) de sus datos, muestra su forma incipiente con servicios como Mastodon, un programa de mensajería descentralizado erigido sobre una estructura blockchain y con cualidades similares a Twitter.

Su creador, el joven programador alemán Eugen Rochko, entra en la saga mítica de la Internet 3.0 con el porte bienintencionado y quijotesco que, en el legendarium de J.R.R. Tolkien, asume Saruman el Blanco. También conocido como Curunír, Saruman comandaba a los magos Istari que, en tiempos inmemoriales, habían acudido a la Tierra Media para proteger a su población del manto dantesco de Sauron. Las contradicciones internas conducen a Saruman a cometer errores muy humanos que recuerdan las aristas existencialistas que todos compartimos, así como una cierta tendencia a dejarse llevar por la técnica. Con Mastodon, Rochko parece dispuesto a no caer en los errores de Saruman y acabar asumiendo un rol más próximo al de Gandalf: Gandalf el Blanco no es más que el devenir ideal de Saruman.

Figura 14.4. El servicio de mensajería social P2P Mastodon, con arquitectura basada en blockchain, surgió como el proyecto personal de un joven usuario alemán frustrado con la toxicidad de Twitter.

Como muchos de nosotros, Eugen Rochko estaba descontento con Twitter321 e inquieto tanto con la política restrictiva de la compañía con desarrolladores que querían erigir aplicaciones sobre la plataforma, como con la deriva radical y comercial de la red social. Mastodon no es solo una alternativa de código abierto a Twitter, sino un servicio más completo en muchos sentidos: los mensajes tienen una extensión de 500 caracteres y pueden ser marcados por el usuario como públicos o privados de manera individual, lo cual evita la necesidad de tener que habilitar la funcionalidad para todos los mensajes de la cuenta. Para crear el servicio, Rochko no recurrió a una ICO, sino que se limitó a abrir una cuenta en Patreon322, el servicio de micromecenazgo que permite a sus usuarios apoyar la labor de creadores de diversos ámbitos, incluida la programación web.

El principal obstáculo con que se encuentra Mastodon no es la financiación, ni acaso la viabilidad técnica de un proyecto descentralizado a gran escala —que, además, está demostrando su robustez y potencial—, sino la dificultad del concepto para los recién llegados: Mastodon no es un único «sitio», sino una combinación de servidores (nodos de usuarios o, en la jerga de Mastodon, «instancias», un concepto que resultará familiar a los usuarios de servicios de computación en la nube como AWS323) que se sirven del software que aparece en la destinación (dominio) principal del ecosistema: el servicio ha sido definido como red social federada y libre, y los usuarios de los distintos dominios federados pueden intercambiar mensajes entre sí, si bien emplean redes con reglas específicas. Mastodon.social, moderado por el propio Eugen Rochko, es el conjunto de nodos de la red o «servidor» más popular, donde aparece una aplicación genérica similar a Twitter, aunque de código abierto. En Mastodon, los tuits son toots, los me gusta son favoritos y los retuits son boost (promocionar o impulsar).

Dada la popularidad de Mastodon.social, su creador decidió cerrar las inscripciones para animar a los interesados a dar de alta nuevos «servidores» y dominios de la federación. Pese a la relativa dificultad de inscripción, uso cotidiano y valor relativo del efecto de red (determinado por el número de usuarios afines, relevantes y motivados para elevar la calidad de los hilos), la red social distribuida ha afianzado su comunidad de usuarios pioneros y sigue creciendo a buen ritmo, de momento lejos de la escala de sus alternativas centralizadas para las masas. Mastodon apareció en octubre de 2016 y empezó a expandirse a inicios de abril de 2017, superando a inicios de ese mismo verano los 700000 usuarios, que ascendieron a más de un millón en diciembre de 2017. Los escándalos alrededor de la instrumentalización de Facebook con fines propagandísticos y la campaña viral #deletefacebook (popularizada en Twitter durante la primavera de 2018), favorecieron nuevas inscripciones al servicio.

MORTALIDAD DE LOS PROYECTOS FINANCIADOS CON ICO

Mastodon demuestra la viabilidad de los proyectos descentralizados con aplicaciones sociales para usuarios que mantienen su espíritu de código abierto y de soberanía de datos de los participantes; sin embargo, durante el ascenso de Mastodon, el foco mediático en torno a blockchain permaneció más dispuesto a amplificar los malos actores, los fraudes y los esquemas especulativos que florecieron, aprovechando el empuje de blockchain como término tecnológico de moda, entre finales de 2017 e inicios de 2018. Durante este período, llegó el anuncio indiscriminado de proyectos que, financiados a través de preofertas y ofertas iniciales de monedas, pre-ICO e ICO, con la venta de criptomonedas o tokens «preminados» en cada futuro proyecto, prometían una nueva generación de aplicaciones que acabarían con intermediarios financieros y en sectores como seguros, logística de manufacturas, comercio y seguimiento de materias primas, seguridad jurídica descentralizada en contabilidad e intercambios de bienes y servicios en entornos con instituciones débiles y ausencia de confianza, etc.

En medio de esta excitación, se sucedieron las estafas e incumplimientos. Un estudio de Hugo Benedetti y Leonard Kostovetsky324, investigadores del Boston College, realizó un seguimiento sobre 4003 ICO planeadas en 2017, observando un uso especulativo de las inversiones, con interesados participando una media de 16 días entre el día de la inversión y la jornada de venta de los tokens adquiridos por otra criptomoneda o valor aceptado, con retornos de la inversión en torno al 179 % en situaciones sin fraude. Los investigadores confirmaron el uso generalizado de ICO opacas como vehículo especulativo, al constatar que más de la mitad de empresas que habían emprendido este lanzamiento con financiación colectiva había desaparecido cuatro meses después de la ICO.

Los fabulosos retornos observados entre finales de 2017 y la primera mitad de 2018 han desaparecido. En paralelo, ha aumentado el escrutinio público sobre el sector, con una consecuencia para los proyectos serios como Ethereum. La presión adicional de ser acusados de incitadores a una especulación evocó a muchos protagonistas del frenesí especulativo el fenómeno de la burbuja puntocom, ocurrida entre la mayoría de valores que entraban en el índice bursátil tecnológico de Nueva York, NASDAQ, de finales de los años 90. Eso sí, con una salvedad en el paralelismo entre ambos fenómenos: la propia estructura de las ICO favoreció el fraude de fundadores con objetivos fraudulentos que convirtieron fondos ajenos depositados en sus proyectos en transferencias a cuentas propias de criptomoneda en otros servicios. El fraude pudo ocultarse bajo identidades protegidas tras la seguridad criptográfica de Bitcoin, Ethereum y alternativas. El mundo cripto favorecía nuevos esquemas fraudulentos.

En paralelo, los inversores y desarrolladores de proyectos legítimos, con potencial y voluntad de continuidad, como Ethereum y muchas de las empresas que erigen sus herramientas sobre la plataforma, aumentaron su mutua desconfianza: ¿para cuándo las aplicaciones que transformarán el mundo?, decían los primeros, mientras los segundos trataban de combinar su contribución al protocolo con proyectos personales de distinto tipo: servicios de carácter técnico para acelerar procesos entre la cadena de bloques, los contratos inteligentes y las aplicaciones distribuidas; contratos inteligentes precisos y útiles; y aplicaciones para el usuario final.

UN LUGAR EN EL MUNDO (NI SILICON VALLEY, NI CHINA): EL CANTÓN SUIZO DE ZUG

Como ocurre a menudo, las primeras aplicaciones populares en llegar a una plataforma tienen poco que ver con las predicciones y expectativas de analistas e inversores: a finales de 2017 surgían CryptoKitties («criptogatos»), el primer videojuego popular sobre blockchain. Sus desarrolladores usaron Ethereum para permitir a los usuarios de la plataforma coleccionar caricaturas de gatos que constituyen avatares únicos, tanto en el aspecto como en el comportamiento; el carácter único de cada una de estas criaturas digitales es verificado en la cadena de bloques de Ethereum, mediante el uso de un token diseñado específicamente para comprar, vender o «criar» gatos, cuyo futuro y evolución dependerá, en última instancia, del ether empleado en ellos por su propietario.

La expectación en torno a estos bienes, cuya utilidad superficial remonta sus orígenes al mundo de la primera electrónica y al furor causado —primero en Japón, luego en el resto del mundo— por los Tamagotchis, mascotas virtuales creadas por la firma Bandai en 1996, alcanzó en 2018 una escala especulativa equiparable a la primera tulipomanía (la crisis especulativa de los tulipanes en los Países Bajos durante el siglo XVII) del entorno blockchain.

Los CryptoKitties más populares alcanzaron un valor en ether estimado en 170000 dólares al cambio325, y la eclosión de su demanda colapsó momentáneamente la red de la plataforma, y puso de relieve la debilidad de la infraestructura para mantener las cargas de trabajo masivas que llegarían con el uso de DApp populares. Los CryptoKitties se convertían, de este modo, en la primera prueba de fuego de la nueva plataforma distribuida, y su popularidad permitió detectar diversos cuellos de botella: en el seguimiento de las transacciones por el registro compartido (cadena de bloques de Ethereum); en la ejecución de los smart contract en la máquina virtual compartida, EVM; y en las acciones de los usuarios a través de las aplicaciones distribuidas, DApp.

Jamie Pitts es un administrador de sistemas en la Ethereum Foundation, organización responsable de Ethereum con sede en Zug, localidad y capital del pequeño cantón germanohablante homónimo media hora al sur de Zurich, en Suiza; Pitts considera que estamos en el inicio de un cambio substancial en Internet y confía en el futuro de Ethereum, aunque compara326 el estado de desarrollo de la plataforma con la utilidad de «un tosco ordenador de los 70».

La metáfora a la que recurre el propio Vitalik Butarin para describir el estadio de desarrollo de la plataforma se acerca más en el tiempo, si bien nos suena a una época pretérita, a galaxias de distancia en desarrollo tecnológico: Ethereum estaría a punto de superar esa fase, dice Buterin, equiparable a «un teléfono inteligente de 1999 capaz de ofrecer el juego de Snake». Snake sobre un Nokia y CryptoKitties sobre Ethereum 1.0; los paralelismos ayudan a establecer un contexto y a diseñar tanto pequeños retos como grandes etapas; para lograrlo, en Ethereum Foundation deberán asegurarse de acordar al menos hacia dónde apuntan, si bien las circunstancias del terreno y las características de los acompañantes en la travesía influirán sobre la configuración esencial de la plataforma a medio plazo.

En Zug tienen su sede varios de los proyectos más prometedores en la plataforma Ethereum, entre ellos Aragon Project, la plataforma para crear y gestionar DAO (organizaciones autónomas descentralizadas) fundada por un joven español, el asturiano Luis Cuende327, cuya opinión es respetada entre los pesos pesados del mundo blockchain. Cuende es uno de los actores llamados a realizar la transición de blockchain desde el juego Snake hasta la Internet descentralizada y con conexión instantánea 5G.

EL EJERCICIO DE MIRAR HACIA ATRÁS DENTRO DE 10 AÑOS

Inversores de capital riesgo como el neoyorquino Fred Wilson apuestan por servicios DApp sobre Ethereum, si bien pretenden asegurar una tercera vía de desarrollo, ajena tanto a la infraestructura abierta, altruista y dependiente de una fundación con sede en Europa (Ethereum), como a la agresividad con que Tron, la mencionada plataforma de smart contract y sin gas (pago por operaciones en EVM) con epicentro en Asia, sacrifica su carácter mutualista y descentralizado en favor de un crecimiento a toda costa.

Entre el «modelo Wikipedia» que parece perseguir Ethereum y el modelo muévete-rápido-y-rompe-cosas que Justin Sun, fundador de Tron, parece emular de Mark Zuckerberg, existen proyectos con smart contract que pretenden crear una plataforma orientada a un uso particular, o albergar una aplicación principal. Fred Wilson apunta, en su tradicional artículo de apertura anual para predecir lo que llega328, la irrupción de dos de estas plataformas: Filecoin, que pretende integrar su propia red de pago con criptomoneda en un sistema de almacenamiento descentralizado; y Algorand, que pretende aliviar los cuellos de botella que surgen de una infraestructura P2P y, por tanto, con recursos compartidos.

Figura 14.5. Los servicios que popularizan una tecnología no tienen a menudo el aspecto esperado. En la imagen, un surtido de CryptoKitties, las mascotas que protagonizan el primer juego popular que tiene lugar en la cadena de bloques (concretamente, en la plataforma Ethereum). Su reventa ha alcanzado en ocasiones cifras astronómicas.

Filecoin usa un protocolo de almacenamiento y transacción de ficheros denominado Sistema de Ficheros Interplanetario (IPFS en sus siglas en inglés), y la firma creada para hacer viable el nuevo servicio, que pretende transformar servicios de almacenaje remoto y computación en la nube con un nuevo paradigma, ha recibido una inversión suficiente para trabajar con tranquilidad en algo sólido: 52 millones de dólares en una inversión pre-ICO y 200 millones de dólares adicionales en la posterior oferta inicial de monedas, ICO. Algorand, el otro proyecto que destaca Fred Wilson para 2019, se presenta como una plataforma «que pretende resolver el trilema de blockchain»: hacer compatibles las ventajas de la arquitectura (descentralización y seguridad) con la capacidad técnica para crecer rápidamente sin constricciones técnicas sistémicas («escalabilidad»).

Mientras Tron, Filecoin y Algorand se esfuerzan por lograr una adopción masiva antes de que Ethereum pueda lograrlo, Vitalik Buterin prefiere colaborar con la plataforma que fundó y destacar el progreso que empieza a llegar en forma de servicios criptográficamente seguros y potencialmente útiles para usuarios de todo el mundo: en enero de 2019, el equipo de Ethereum Foundation decidía retrasar su sexta y última actualización no compatible con versiones pretéritas (hard fork) planeada, Constantinoble, para pulir así su estabilidad. Vitalik compartía con sus seguidores en Twitter avances en proyectos como el denominado «teléfono blockchain», HTC Exodus, que se presenta como «el primer teléfono nativo en blockchain dedicado a aplicaciones descentralizadas y seguridad», un proyecto de HTC, fabricante taiwanés de dispositivos informáticos y electrónicos. Nos encontramos en los prolegómenos y mucho más está por llegar, si bien los usuarios y participantes de las principales plataformas acabarán decidiendo el éxito y orientación definitiva de la tecnología, sus algoritmos de intermediación (contratos inteligentes) y sus aplicaciones descentralizadas.

Pronto, el juego Snake preinstalado en los teléfonos Nokia de los 90 será sustituido por el equivalente a entornos de realidad virtual, aunque habrá que medir a qué coste energético y con qué utilidad para blockchain, así como determinar el componente ético: ¿pueden las plataformas que quieren adelantar a Ethereum apostar todo a la mejoría técnica, o deben ser fieles al carácter no intrusivo y descentralizado de la arquitectura? Los usuarios pioneros de la cadena de bloques estarán atentos al componente ético de cada proyecto, si bien esta ventaja competitiva inicial podría diluirse cuando llegara la adopción masiva.

Wikipedia va camino de cumplir su segunda década de existencia con una «delicada salud de hierro», capaz de mantener tanto su carácter colaborativo como su estatuto de fundación sin ánimo de lucro, así como de financiarse con la aportación altruista de sus usuarios.

No deberíamos olvidarlo.

297. Boyer, A.M.: Étude sur l'origine de la doctrine du samsara. Journal Asiatique, volumen 9 (1901), número 18, páginas 451-453, 459-468.

298. El aforismo griego presocrático «conócete a ti mismo» (

gnóthi seautón), que presidía el umbral del templo de Apolo en Delfos, fue reivindicado por Heráclito y los pitagóricos, y retomado por Sócrates como base de su filosofía: conocer más y de un modo más profundo implica caminar hacia la bondad y la iluminación del conocimiento, mientras la ignorancia conduce a la superstición, el oscurantismo y, en última instancia, la mezquindad y la maldad.

299. Aristóteles definirá al ser humano como «animal político» (zoon politikón,

, o ser «de la polis»: un animal social que vive en comunidad.

300. Zuboff, Soshana: The Age of Surveillance Capitalism: The Fight for a Human Future at the New Frontier of Power. Nueva York, PublicAffairs, 2019.

301. Wachowski, Lana y Lilly (alias «The Wachowskis»): The Matrix. Warner Bros, 1999.

302. Corbyn, Zoë: Decentralisation: the next big step for the world wide web. The Guardian, 8 de septiembre de 2018. www.theguardian.com/technology/2018/sep/08/decentralisation-next-big-step-for-the-world-wide-web-dweb-data-internet-censorship-brewster-kahle.

303. Croman, Kyle, Eyal, Ittay et al.: On Scaling Decentralized Blockchains. Springer Link, 2016. link.springer.com/chapter/10.1007%2F978-3-662-53357-4_8.

304. Orcutt, Mike: Ethereum thinks it can change the world. It’s running out of time to prove it. Technology Review, 13 de diciembre de 2018.

305. Zweig, Stefan: El mundo de ayer (Die Welt von Gestern). Barcelona, Acantilado, 2002. Primera edición en alemán de 1942 (prohibida en la Alemania de la época y publicada en Londres —Hamish-Hamilton— y Estocolmo —Bermann-Fischer Verlag AB—).

306. Antonopoulos, Andreas M. y Wood, Gavin: Mastering Ethereum: Building Smart Contracts and DApps. O'Reilly Media, Sebastopol (California), 2018.

307. Wong, Joon Ian; Kar, Ian: Everything you need to know about the Ethereum «hard fork». Quartz, 18 de julio de 2016. qz.com/730004/everything-you-need-to-know-about-the-ethereum-hard-fork/.

308. Huang, Zheping: China, home to the world’s biggest cryptocurrency mining farms, now wants to ban them completely. South China Morning Post, 9 de abril de 2019. www.scmp.com/tech/policy/article/3005334/china-home-worlds-biggest-cryptocurrency-mining-farms-now-wants-ban.

309. Orcutt, Mike: Ethereum thinks it can change the world. It’s running out of time to prove it. Technology Review, 13 de diciembre de 2018.

310. Chong, Nick: Where’s Ethereum 2.0 At? Vitalik Buterin Gives A Much-Needed Update. NewsBTC, 20 de marzo de 2019. www.newsbtc.com/2019/03/20/wheres-ethereum-2-0-at-vitalik-buterin-gives-a-much-needed-update/.

311. Young, Joseph: China Rates Tron as the 2nd-Best Cryptocurrency: What’s Behind the Optimism? CNN, 28 de febrero de 2019. www.ccn.com/china-tron-second-best-crypto-why-optimism.

312. Emem, Mark: Tron Founder Justin Sun Mocks Vitalik Buterin in Ethereum Death Jab. CNN, 27 de marzo de 2019. www.ccn.com/tron-founder-justin-sun-vitalik-buterin-ethereum.

313. Según datos de Power Compare, el minado de criptomonedas consume más electricidad que el gasto energético agregado de 159 países (entre ellos, la mayoría de países africanos e Irlanda). Fuente: Bitcoin Mining Now Consuming More Electricity Than 159 Countries Including Ireland & Most Countries In Africa. powercompare.co.uk/bitcoin/.

314. Dent, Steve: China wants to ban Bitcoin mining because it 'seriously wasted resources'. Engadget, 10 de abril de 2019. www.engadget.com/2019/04/10/china-ban-bitcoin-mining-wasted-resources/.

315. Fuente: Flaws in Bitcoin make a lasting revival unlikely. The Economist, 28 de marzo de 2019. www.economist.com/finance-and-economics/2019/03/28/flaws-in-bitcoin-make-a-lasting-revival-unlikely.

316. McNamee, Roger: I Mentored Mark Zuckerberg. I Loved Facebook. But I Can't Stay Silent About What's Happening. Time, 17 de enero de 2019. time.com/5505441/mark-zuckerberg-mentor-facebook-downfall/.

317. Dodd, Darren: Social networking and the increasing burden on mental health. Financial Times, 17 de enero de 2019. www.ft.com/content/c03211c0-e97b-11e8-885c-e64da4c0f981.

318. Dash, Anil: How do we reform tech? Humane Tech, Medium, 6 de octubre de 2016. medium.com/humane-tech/how-do-we-reform-tech-581d58ee11fd.

319. Dash, Anil: The Missing Building Blocks of the Web. Medium, 22 de marzo de 2018. medium.com/@anildash/the-missing-building-blocks-of-the-web-3fa490ae5cbc.

320. will.i.am: We need to own our data as a human right—and be compensated for it. Open Future, The Economist, 21 de enero de 2019. www.economist.com/open-future/2019/01/21/we-need-to-own-our-data-as-a-human-right-and-be-compensated-for-it.

321. Eudes, Yves: Mastodon, la riposte à Twitter. Le Monde, 17 de junio de 2018. www.lemonde.fr/m-perso/article/2018/06/17/mastodon-la-riposte-a-twitter_5316651_4497916.html.

322. Cuenta del programador alemán de Mastodon, Eugen Rochko, en Patreon: Gargron is creating Mastodon. www.patreon.com/mastodon.

323. Amazon Web Services, servicio de computación en la nube bajo demanda gestionado por Amazon, el mayor del mundo.

324. Benedetti, Hugo E. y Kostovetsky, Leonard: Digital Tulips? Returns to Investors in Initial Coin Offerings. SSRN, 20 de mayo de 2018. ssrn.com/abstract=3182169.

325. Varshney, Neer: Someone paid $170,000 for the most expensive CryptoKitty ever. The Next Web, 9 de mayo de 2018. thenextweb.com/hardfork/2018/09/05/most-expensive-cryptokitty/.

326. Orcutt, Mike: Ethereum thinks it can change the world. It’s running out of time to prove it. Technology Review, 13 de diciembre de 2018. www.technologyreview.com/s/612507/ethereum-thinks-it-can-change-the-world-its-running-out-of-time-to-prove-it/.

327. Aitken, Roger: Forbes 'Under 30' Tech Prodigy In Cryptosale For Ethereum-Built Management Platform. Forbes, 20 de abril de 2017. www.forbes.com/sites/rogeraitken/2017/04/20/forbes-under-30-tech-prodigy-in-cryptosale-for-decentralized-jurisdiction-platform/#7463000a6a12.

328. Wilson, Fred: What Is Going To Happen In 2019. AVC, 1 de enero de 2019. avc.com/2019/01/what-is-going-to-happen-in-2019/.

 

ANALIZANDO LA «INTELIGENCIA» DE LOS CONTRATOS EN BLOCKCHAIN

EL INVIERNO SE ACERCA: DESCENTRALIZACIÓN NO EQUIVALE A DISGREGACIÓN

En la hipótesis cosmológica de la «muerte térmica del universo», la deriva del cosmos está dictada por un proceso de expansión y disgregación que, según la segunda ley de la termodinámica, causará un equilibrio térmico que imposibilitará todos los procesos físicos. Una deriva remota y especulativa que, sin embargo, influye sobre nuestro contexto, aunque no lo percibamos. Además de alumbrar una nueva toma de conciencia sobre la excepcionalidad y fragilidad de la canica azul suspendida en un océano inerte que habitamos, las primeras imágenes de la tierra tomadas desde el espacio inspiraron la propia cultura tecnófila y hacker que, a través de publicaciones como el fanzine contracultural californiano Whole Earth Catalog329 (que incluyó esa fotografía de nuestro astro en su portada), contribuiría a los primeros hitos de la informática personal.

Las primeras fotografías de la tierra vista desde el espacio lo cambiaron todo. Nuestro astro, esa excepcional Nave Espacial Tierra330, bautizada así por el futurólogo e inventor interdisciplinar Buckminster Fuller, era apenas una mota de polvo en el universo inmediato. Pero la Carrera Espacial y los chicos de la era cibernética constituían la última prueba de que las criaturas surgidas en aquel rincón estaban dispuestas a formularse grandes cuestiones y a abandonar la seguridad de su propio hogar, aunque fuera momentáneamente, para tomar la foto imposible, la imagen del demiurgo: nuestro mundo desde el espacio. El retrato en perspectiva que constata que la entropía todavía no ha finalizado su curso y que la «muerte térmica» está muy alejada del contexto a escala humana, o incluso a una escala limitada a la vida de nuestro planeta y a la de nuestro sol.

En abstracción y utilidad percibida, blockchain permanece muy alejada de las preocupaciones de la mayor parte de nuestra especie: una posibilidad a medio comprender y a medio ensamblar, que aguarda a un gran servicio que la haga visible antes de que el invierno se acerque (en nuestra saga, no podía faltar una mención a Juego de Tronos, historia que se nutre de la tradición nórdica con la que abrimos el libro).

El universo blockchain podría enfrentarse a su propia «era oscura», a su «muerte térmica», si el talento en torno a su surgimiento continúa disgregándose a medida que ese universo se expande. La tendencia a la disgregación dificultaría las necesarias reacciones nucleares que solo las colisiones permiten. Necesitamos más estrellas enanas, cometas, supernovas y fenómenos análogos, pues la concentración energética hará irresistible una tecnología cuyo potencial solo emociona de momento a quien se ha tomado la molestia de comprenderlo y de decantarse por «escenarios ideales» que —intuimos— difícilmente llegarán del modo deseado.

La concentración de talento en torno a Ethereum puede evitar que se cumpla la hipótesis de los periodistas y analistas gandules, atentos únicamente a la información negativa relacionada con blockchain: auténticos impulsores de la hipótesis de la «muerte térmica de blockchain»331 antes de que esta haya siquiera empezado a organizarse en organismos ricos y complejos, emulando organizaciones presentes en la naturaleza, desde la escala del universo hasta la combinación de moléculas que almacenan la información de la vida en nuestro planeta.

Figura 15.1. El fanzine Whole Earth Catalog, editado por Stewart Brand, trataba de superar las viejas taxonomías ofreciendo conocimientos variopintos que ayudaran a los lectores a interpretar la realidad como un complejo sistema con múltiples interacciones. Stewart Brand insistió en usar la imagen de la tierra vista desde el espacio, un nuevo punto de vista sobre la humanidad posible a partir de la era espacial.

Cualquier éxito generalizado de la tecnología pasa por su uso versátil en distintos supuestos y aplicaciones, si bien existe un atractivo que va más allá de la merca ejecución práctica: la relación entre esta nueva estructura de software y un tipo de gobernabilidad entre personas y recursos que no requeriría intermediación ni la existencia previa de confianza mutua entre usuarios. No obstante, blockchain y sus protocolos superpuestos describen circunstancias ideales: ¿se pueden trasladar estas circunstancias al mundo real, o el margen de subjetividad entre personas llevará a una interpretación distinta de los algoritmos? Y, ¿qué ocurre cuando se presentan errores que pueden ser explotados por malos actores?

SOBRE PROBLEMAS HUMANOS, DESORDEN Y SERENDIPIA

Analizando la relación entre necesidades humanas, a menudo imprecisas o contradictorias, y su aplicación en sistemas informáticos, el experto en legislación digital en Wharton, Kevin Werbach, opina que es un error creer que podemos escribir programas capaces de resolver por completo los problemas humanos: «Incluso cuando las entrañas de un sistema comprenden computadoras rigurosamente lógicas que actúan recíprocamente a través de transacciones mecánicas, las personas no son irrelevantes. Las cadenas de bloques existen para solventar problemas humanos y potenciar actividades humanas. [Estas] No podrán jamás escapar por completo al desorden humano. Ni deberían tratar de hacerlo»332.

La idea de emplear la cadena de bloques mucho más allá de su uso como transacción de criptomoneda, surgió para reducir al máximo los fallos humanos e institucionales que dependen de una confianza débil en viejas estructuras; sin embargo, los expertos avisan: la primera experimentación con los nuevos modelos podría exacerbar muchos de los viejos problemas. Es como si —en palabras de Kevin Werback— nos esforzáramos por decorar las plantas superiores de un edificio mientras su primera planta cuenta con apenas el marco estructural. Un marco, que, creemos, cuenta con cimientos sólidos basados en una comprensión de la inherente subjetividad de los sistemas humanos. Incluso los mecanismos humanos diseñados para lograr la mayor objetividad posible parten de un punto de vista particular, si bien aspiran a actuar como una especie de «universal subjetivo» similar al que poseen los integrantes de una comunidad. La intersubjetividad333 es la técnica humana para sacar partido de estos «universales subjetivos» científicamente reproducibles y compartidos por todos.

El núcleo de programadores de Ethereum responde a la difícil cuestión del punto de vista humano y al carácter abstracto de conceptos como el de «objetividad» apuntando a algo tan subjetivo, «etéreo» (nunca mejor dicho) e impreciso como la «cultura en el desarrollo de software». Y esta cultura de desarrollo se define, según los desarrolladores de Ethereum, por oposición a la «cultura» existente en la otra gran cadena de bloques, Bitcoin. Según el antiguo director técnico de Ethereum y creador del lenguaje Solidity, Gavin Wood, el desarrollo y mantenimiento del entorno en Bitcoin se guiaría por el principio de la cautela: todos los cambios en la cadena de bloques se estudian con detenimiento y únicamente se integran en la red de la mayor criptomoneda si son compatibles de manera retroactiva y no conducen a una bifurcación radical de la cadena de bloques (lo que obligaría a la actualización forzosa del software por los nodos que pretendan seguir usando el servicio sin problemas de incompatibilidad); en Ethereum, explica Gavin Wood, la cultura en torno al desarrollo y mantenimiento de la plataforma «se centra más en el futuro que en el pasado».

Esta filosofía permite a la plataforma integrar mejoras con rapidez y parchear problemas detectados con mayor flexibilidad que Bitcoin, pero el mantra del «muévete rápido y rompe cosas» implica asumir los costes asociados de errores humanos o de precipitación estratégica: las actualizaciones de Ethereum no son compatibles con versiones anteriores de la plataforma, lo que obliga a todos los nodos a compartir una misma versión y ha generado incompatibilidades durante validaciones de bloques entre nodos con la última versión y nodos con versiones pretéritas. Asimismo, el escándalo sobre el trasvase de fondos no deseado por los propietarios del ether extraído en el robo The DAO surgió del error de programación del contrato inteligente que debería haber previsto la participación en el experimento de usuarios con mala fe, dedicados exclusivamente a estudiar errores de diseño para explotar una arquitectura de smart contract defectuosa.

El caso de The DAO constituye un hito en la institucionalización de un comportamiento «permitido» por un sistema de regulaciones informales (un smart contract), pero de dudosa ética334: quienes explotaron el funcionamiento de esta organización autónoma descentralizada antepusieron su interés económico inmediato a la corresponsabilidad de actuar con buena fe en un sistema interdependiente en el cual las actuaciones abusivas de unos repercuten sobre los intereses del resto.

Poco después del hackeo de The DAO, alguien publicó un mensaje anónimo, con un discurso tan controvertido y éticamente deleznable como el propio «desplazamiento» de fondos asociados a participantes de la organización: «He examinado cuidadosamente el código de The DAO y he decidido participar tras hallar la característica en la que dividir [la organización] es premiado con ether adicional... me decepcionan quienes están argumentando que el uso de esta funcionalidad intencional es "robo". He usado esta característica explícitamente programada en tanto que parte de los términos del contrato inteligente y mi asesor legal me ha indicado que mi acción cumple estrictamente con la ley criminal y de daños y perjuicios de Estados Unidos... Me reservo todo el derecho de emprender acciones legales contra cualquier cómplice de robo ilegítimo, congelación o confiscación de mi ether legítimo, y estoy trabajando activamente con mi despacho de abogados».

La comunidad de Ethereum consideró la entrada335 como una parodia, pero la postura expuesta expone los riesgos de confiar un estatuto de infalibilidad a un sistema matemática y conceptualmente falible.

LA NECESIDAD DE SISTEMAS BLOCKCHAIN A PRUEBA DE ERRORES Y MALA FE

Ethereum se enfrenta a una contradicción inherente a un diseño «cerrado» y «previsible» en tanto que blockchain: mantener la inmutabilidad del comportamiento esencial del sistema y, a la vez, fomentar la mejora permanente y alentar un ritmo de innovación frenético, pues, como ocurre en cualquier proyecto de software a gran escala, cualquier pequeño cambio implica una serie de reacciones en cadena que pueden convertir lo que inicialmente se creía una mejora en un inconveniente o involución en otras partes del sistema complejo. El efecto de red también puede jugar en contra del desarrollo de software descentralizado cuando el proyecto carece de consenso entre quienes contribuyen con confirmaciones de datos en los principales repositorios, o commits.

Tal y como subraya Kevin Werback, experto en derecho aplicado a tecnologías de la información, los errores y vulnerabilidades de seguridad en contratos inteligentes son especialmente peligrosos, pues la capacidad de este software para ejecutar órdenes precisas de cuyo desarrollo dependen los fondos custodiados en un fichero protegido, puede causar el trasvase de valor no deseado. Lo que puede ser visto en estas pequeñas aplicaciones o contratos —que conectan la base de datos descentralizada y las DApp a uno y otro extremo de este «ordenador mundial»—, es también una de sus limitaciones prácticas: los smart contract no pueden modificarse una vez las partes han accedido a usarlo. El uso de estos pequeños «contratos sociales» (si recurrimos a la tradición jurídica que se remonta al mismo Jean-Jackes Rousseau que inspiró las democracias liberales durante la Ilustración336), depende de una norma transaccional: el contrato se formaliza cuando se depositan fondos en un fichero seguro a la espera de que se ejecuten las condiciones de manera automática. Pero la sencillez de esta «ley criptográfica» emergente se convierte en inconveniente sistémico cuando el código de uno de estos programas es defectuoso o existen usuarios que encuentran la manera de explotar alguna vulnerabilidad.

Un caso de estudio en el riesgo de diseños frágiles entre estos programas de intermediación es el de la compañía canadiense QuadrigaCX. Esta firma publicó un smart contract con un único error de código, el cual provocó que un depósito de 14 millones de dólares en ether desapareciera en el... éter337. Una prueba entrópica que evoca la hipótesis cosmológica de la muerte térmica del universo desde otro punto de vista, el de la disipación de la información en sistemas como el código informático defectuoso ejecutado en una red P2P. En este caso, la pérdida de datos (información) equivale al calor disipado en cualquier fenómeno entrópico.

QuadrigaCX, el mayor mercado de intercambio de criptomonedas en Canadá, asumió este error de código en mayo de 2017, coincidiendo con la popularidad de las inversiones en criptomoneda. Entonces, muchos inversores pioneros veían en el sector una alternativa especialmente interesante al saturado y legalmente más comprometedor ámbito de la especulación en el cambio de divisas (o comercio Forex).

El error no involucró, a priori, la mala fe de ningún participante, ni tampoco se produjo un trasvase de fondos como el experimentado el 20 de julio de 2016 en The DAO: los registros con la criptomoneda asociada seguían apareciendo según lo previsto en el registro compartido de Ethereum; simplemente, un código mal programado impedía el acceso al fichero compartido con el dinero depositado por los participantes según las condiciones de un contrato inteligente. Los fondos se encontraban encerrados criptográficamente... sin que QuadrigaCX atesorara la llave criptográfica privada relacionada con la cuenta de ese contrato. Este fenómeno, asociado a la inmutabilidad y a la ausencia de intermediarios o autoridades monetarias en el entorno, muestra las consecuencias potenciales de cualquier error técnico en una arquitectura sobre la cual cualquiera puede dar de alta una cuenta para desarrolladores (cuenta contrato), que atraerá fondos de dos o más usuarios, «custodiados» criptográficamente hasta que la ejecución del programa distribuya los fondos según las órdenes preprogramadas.

Figura 15.2. Cartel del documental de HBO sobre el escándalo de Theranos y los límites de la cultura del pensamiento desiderativo. El «campo de distorsión de la realidad» o pensamiento ilusorio de Steve Jobs, imitado hasta el extremo, deriva en un comportamiento similar al mostrado por Elizabeth Holmes al mando de una empresa que quería transformar para siempre la medicina con un laboratorio de análisis doméstico. Bastó un reportaje de investigación para destapar el fraude en Theranos.

CONSTANTINOPLE: LA CARRERA POR ELIMINAR CUELLOS DE BOTELLA

Los fallos humanos (y aquellos derivados de la imposibilidad de traducir sistemas imprecisos a aplicaciones informáticas que aspiran a la infalibilidad), suscitan tanta presión como expectativas en el núcleo de desarrolladores de Ethereum. De momento, Ethereum Foundation ha optado por mantener su proyección pública en un contexto realista y de expectativas moderadas en un contexto de escrutinio público al secretismo empresarial de Silicon Valley, tras escándalos como el fraude de la empresa de tecnologías de la salud Theranos.

Theranos representa la deformación de un modelo poco transparente y orientado a las expectativas que ha dominado el sector tecnológico en los últimos años y empieza a mostrar signos de agotamiento en su epicentro geográfico, el valle de Santa Clara, en California. La joven dirigente de Theranos, Elizabeth Holmes, imitó las prácticas delusorias de Steve Jobs (el famoso «campo de distorsión de la realidad»338 que permitía al cofundador de Apple sacar el máximo partido de sus colaboradores), si bien olvidó respaldar sus promesas con un avance realista de sus productos. El optimismo postizo de Holmes la llevó a prometer una técnica revolucionaria de análisis de sangre: indolora, sencilla y muy económica, al requerir apenas unas gotas de sangre de un dedo del usuario, que se comercializaría a corto plazo en forma de «laboratorio médico portátil».

Bastó un artículo339 de investigación de un periodista de The Wall Street Journal, John Carreyrou, para iniciar el proceso de escrutinio público y legal que destapó el fraude. Theranos había estado usando equipos de pruebas de sangre de la competencia, Edison, en laboratorios cerrados a socios, inversores y a la mayoría de sus empleados340.

Los participantes de Ethereum han mantenido una cultura de colaboración presente en proyectos de código abierto, en los que las comunicaciones entre participantes se mantienen abiertas al escrutinio de todos, con excepción de decisiones que podrían ser explotadas por actores maliciosos. Conscientes de los nuevos riesgos, muchos desarrolladores de Ethereum han optado por una postura de «buena fe» y difundido públicamente sus dudas sobre el trabajo que llevaban a cabo, sabiendo que esta transparencia sería malinterpretada desde el momento de su publicación por quienes apuestan por el fracaso de blockchain.

El 4 de marzo de 2017, por ejemplo, uno de los desarrolladores esenciales de Ethereum, Vlad Zamfir, publicaba un polémico tuit: «Ethereum no es seguro ni escalable. Es tecnología experimental inmadura. ¡Trata de no depender de esta en aplicaciones de nivel estratégico si no es absolutamente necesario!». Al día siguiente, el mismo Zamfir publicaba una entrada en su bitácora en la plataforma Medium donde aportaba el contexto aclaratorio de su mensaje que miembros de la comunidad demandaban: «Las cadenas de bloques no son juguetes341, ni esquemas para hacerse rico al instante. Tampoco son una herramienta reluciente para automatizar tus procesos de negocio. Se trata de una potente tecnología que tiene el potencial de causar un daño indescriptible. Pero también pueden proporcionar la base para soluciones a severos problemas globales». Zamfir no pretendía edulcorar su mensaje, pues Ethereum se debe económicamente a su comunidad de usuarios, en particular a aquellos que participaron en su ICO, y no a inversores de capital riesgo con departamentos de relaciones públicas capaces de dictar el ritmo y la naturaleza del mensaje a los medios.

Figura 15.3. El castillo de Zafra, en Guadalajara, recibe visitantes de todo el mundo que quieren inmortalizarse ante uno de los escenarios más espectaculares mostrados por la serie Juego de Tronos.

Zamfir dedicaba unas reflexiones para justificar sus dudas sobre la seguridad de Ethereum en ese momento, sobre todo relacionadas con la posibilidad matemática de que se produjeran ataques del 51 % en la infraestructura, o con el hecho de que la plataforma no asegure que un contrato se comporte según lo estipulado en su explicación. Asimismo, el desarrollador denunciaba públicamente la dificultad —al menos, en ese momento— para ampliar la infraestructura y posibilitar su uso a gran escala, ya que los nodos participantes en la máquina virtual de la plataforma ejecutan un único registro de operaciones de todos los contratos inteligentes, una prueba para él incontestable de futuros cuellos de botella.

Ethereum Constantinople trata de afrontar ambos retos con soluciones precisas342: agrupar contratos inteligentes en grupos para acelerar su operativa (Sharding); agrupar transacciones individuales entre dos o más usuarios en «sesiones» equivalentes a una sola transacción con varias transacciones en su interior (Plasma); y una actualización más sencilla y rápida en la cadena de bloques a través de la prueba de participación, PoS, diseñada por el propio Vlad Zamfir.

A diferencia de la cultura secretista y delusoria de Silicon Valley, Ethereum opta por comunicar sus dudas de manera realista y, a la vez, aportar soluciones desde ese mismo espíritu crítico, un síntoma de la salud de la organización, más que de su debilidad... y quizá una prueba de su viabilidad y resiliencia.

¿QUÉ CABE EN UNA «COMPUTADORA UNIVERSAL» DISTRIBUIDA?

La cadena de bloques posee características contradictorias que fomentarán, a la vez, tanto experimentos altruistas y autogestionados a la altura de las mejores instituciones... como sistemas criminales capaces de automatizar actividades al margen de jurisdicciones locales o internacionales: en función de sus participantes, una cadena de bloques ayudaría a prevenir la corrupción o, por el contrario, la amplificaría, al ocultar a sus perpetradores detrás de cuentas protegidas con criptografía asimétrica.

Entre las ventajas de la cadena de bloques, la tecnología facilita nuevos servicios que se mantienen a sí mismos, capaces de operar en todo el mundo y a un coste marginal que atraerá al mundo de las finanzas, la gestión empresarial y pública, el entretenimiento digital o la logística. La infraestructura contará con todas las ventajas de Napster o BitTorrent, aunque multiplica su versatilidad y elimina los principales inconvenientes de arquitecturas P2P previas.

Varios proyectos diseñan y ponen a prueba su propia cadena de bloques para transferir valor de manera segura, anónima y global; otros proyectos tienen un ánimo registral y gestionan títulos de propiedad, bienes muebles e inmobiliarios, y ejercen un rol institucional en entornos de ausencia o negligencia institucionales; y un tercer grupo de proyectos opta por crear contratos inteligentes y aplicaciones descentralizadas para facilitar nuevos tipos de servicio o incluso organizaciones autónomas descentralizadas, DAO, con ánimo mutualista y una autogestión supervisada, a la vez, por todos sus participantes y por ninguno de ellos: al pertenecer a una de estas redes y guiarse por su funcionamiento, los participantes contribuyen a un régimen de intermediación automatizada, anónima y no discriminatoria.

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