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Libro I

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LIBRO I

TEOGONÍA

Descendencia de Urano y Gea

Urano fue el primero que dominó todo 1 el universo[1]. Uniéndose con Gea engendró en primer lugar a los Hecatonquires llamados Briáreo, Gíes y Coto, quienes llegaron a ser insuperables en tamaño y fuerza, pues cada uno tenía cien manos y cincuenta cabezas[2]. Después de éstos, Gea le parió a 2 los Cíclopes, Arges, Estéropes y Brontes, provistos de un solo ojo en la frente[3]. Pero Urano los ató y los arrojó al Tártaro[4] (lugar tenebroso en el Hades[5] tan 3 distante de la tierra como la tierra del cielo), y engendró de nuevo hijos en Gea, los denominados Titanes[6]: Océano, Ceo, Hiperión, Crío, Jápeto y, el más joven de todos, Crono; e hijas, las llamadas Titánides: Tetis, Rea, Temis, Mnemósine, Febe, Dione, Tea[7].

Mutilación y destronamiento de Urano

4 Entonces Gea, afligida por la pérdida de los hijos confinados en el Tártaro, convence a los Titanes para que ataquen al padre y proporciona a Crono una hoz de acero. Ellos, todos excepto Océano, lo atacaron; Crono cortó a su padre los genitales y los echó al mar: de las gotas de la sangre vertida nacieron las Erinias, Alecto, Tisífone y Megera[8]. Y después de destronar a Urano hicieron volver del Tártaro a sus hermanos y entregaron el mando a Crono.

Hijos de Crono y Rea

Éste, sin embargo, los ató y encerró 5 de nuevo en el Tártaro, y se desposó con su hermana Rea. Como Gea y Urano le habían vaticinado que sería depuesto por un hijo suyo, devoraba su prole al nacer. Devoró a Hestia, la primogénita, luego a Deméter y a Hera, y tras ellas a Plutón y Posidón. Irritada 6 por ello Rea se dirige a Creta, estando encinta de Zeus, lo da a luz en una cueva de Dicte y se lo entrega a los Curetes y a las ninfas Adrastea e Ida, hijas de Meliseo, para que lo críen[9]. Éstas alimentaban al niño con la 7 leche de Amaltea; los Curetes, armados, custodiaban al niño en la cueva y golpeaban los escudos con las lanzas para que Crono no oyera su voz[10]. Rea dio a Crono una piedra envuelta en pañales para que la tragase como si fuera el recién nacido.

Titanomaquia. Reparto del mundo

Cuando Zeus se hizo adulto, pidió 2 ayuda a Metis, hija de Océano, la cual con un bebedizo obligó a Crono a vomitar primero la piedra y luego los hijos que había devorado[11]; Zeus, auxiliado por ellos, hizo la guerra contra Crono y los Titanes[12]. Después de combatir diez años, Gea vaticinó a Zeus la victoria si se aliaba con los arrojados al Tártaro[13]. Él, tras matar a Campe, la guardiana, desató sus ligaduras. Entonces los Cíclopes entregaron a Zeus el trueno, el relámpago y el rayo, a Plutón el yelmo y a Posidón el tridente. Así armados vencieron a los Titanes y los encerraron en el Tártaro dejando como guardianes a los Hecatonquires. Echaron a suertes el poder y Zeus obtuvo el dominio del cielo, Posidón el del mar y Plutón el del Hades[14].

Descendencia de los Titanes

2 Los descendientes de los Titanes fueron: de Océano y Tetis las Oceánides, Asia, Éstige, Electra, Doris, Eurínome, Anfítrite y Metis[15]; de Ceo y Febe, Asteria y Leto[16]; de Hiperión y Tea, Eos, Helios y Selene[17]; de Crío y Euribia, hija de Ponto, Astreo, 3 Palante y Perses[18]; de Jápeto y Asia[19], Atlante, el que sostiene el cielo sobre los hombros, Prometeo, Epimeteo y Menecio —a quien Zeus fulminó en un combate 4 con los Titanes y lo arrojó al Tártaro; de Crono y Fílira, Quirón, centauro biforme[20]. De Eos y Astreo, los vientos y los astros[21]; de Perses y Asteria, Hécate[22]; de Palante y Éstige, Nike, Cratos, Zelo y Bía[23]. Al agua 5 de Éstige, que brota de una roca en el Hades, Zeus la hizo testigo de juramentos, concediéndole este don por haber combatido ella y sus hijos junto a él contra los Titanes[24].

Prole de Ponto y Gea

De Ponto y Gea nacieron Forco, Taumante, 6 Nereo, Euribia y Ceto[25]. De Taumante y Electra, Iris y las Harpías, Aelo y Ocípete; de Forco y Ceto las Fórcides y las Górgonas —de quienes hablaremos al tratar de Perseo[26]; de Nereo y Doris las Nereidas, cuyos nombres son: Cimótoe, Espeo, Glaucónome, Nausítoe, Halía, Erato, Sao, Anfítrite, Eunice, Tetis, Eulímene, Ágave, Eudora, Doto, Ferusa, Galatea, Actea, Pontomedusa, Hipótoe, Lisiánasa, Cimo, Eyone, Halimede, Plexaura, Eucranta, Proto, Calipso, Pánope, Cranto, Neómeris, Hipónoe, Yanira, Polínome, Autónoe, Melita, Dione, Nesea, Dero, Evágora, Psámate, Eumolpe, Yone, Dinámene, Ceto y Limnoria[27].

Hijos de Zeus

3 Zeus se desposa con Hera[28] y engendra a Hebe, Ilitía y Ares, pero se une con otras muchas mortales e inmortales; con Temis, hija de Urano, engendra hijas: las Horas, Eirene, Eunomía y Dike[29], y las Moiras, Cloto, Láquesis y Átropo; con Dione, Afrodita[30]; con Eurínome, hija de Océano, las Gracias, Aglaya, Eufrósine y Talía; con Éstige, Perséfone[31]; con Mnemósine, las Musas, primero Calíope, luego Clío, Melpómene, Euterpe, Erato, Terpsícore, Urania, Talía y Polimnia[32].

Hijos de las Musas

De Calíope y Eagro, o supuestamente 2 de Apolo, nacen Lino[33], a quien mató Heracles, y Orfeo, el citaredo, que con su canto conmovía a las piedras y los árboles[34]; al morir su esposa Eurídice mordida por una serpiente, Orfeo descendió al Hades ansioso de rescatarla y persuadió a Plutón para que la enviara arriba[35]. Éste accedió a condición de que Orfeo no volviera el rostro hasta llegar a su casa; pero él, desobedeciendo, se volvió y contempló a su mujer, que hubo de retornar abajo. Orfeo instauró los Misterios de Dioniso[36] y, despedazado por las Ménades[37], fue enterrado cerca de Pieria. Clío, por la ira de Afrodita, 3 a quien ella había reprochado su pasión por Adonis, se enamoró de Píero, hijo de Magnes; de esta unión nació Jacinto, del que se prendó Támiris, hijo de Filamón y de la ninfa Argíope, y fue así el primero en enamorarse de varones. Más tarde Apolo, que también amaba a Jacinto, lo mató involuntariamente al lanzar el disco[38]. Támiris, notable por su hermosura y por su destreza con la cítara, rivalizó con las Musas en un certamen lírico, conviniendo que si triunfaba podría yacer con todas, pero si era vencido le quitarían lo que ellas quisieran[39]; al resultar ganadoras las Musas, lo privaron de 4 la vista y del arte musical. De Euterpe y del río Estrimón nació Reso, a quien Diomedes mató en Troya[40]; otros dicen que su madre era Calíope. De Talía y Apolo nacieron los Coribantes[41]; de Melpóneme y Aqueloo, las Sirenas, de las que hablaremos al tratar de Odiseo[42].

Hefesto

5 Hera engendró a Hefesto sin concurso de varón, aunque según Homero lo concibió de Zeus[43]. Éste arrojó a Hefesto del cielo por acudir en auxilio de Hera, que estaba atada (Zeus la había colgado del Olimpo por enviar una tormenta contra Heracles cuando éste, después de conquistar Troya, se hizo a la mar). Hefesto cayó en Lemnos y se rompió las piernas, pero Tetis lo curó[44].

Nacimiento de Atenea

Zeus se une a Metis, quien había 6 adoptado diversas formas para zafarse, y al dejarla encinta se apresura a devorarla, pues Gea había predicho que después, de la hija que llevaba en su vientre, nacería un hijo destinado a ser dueño del cielo: por miedo a esto se la tragó[45]. Cuando llegó el momento del parto, Prometeo, o según otros Hefesto, con un hacha le abrió la cabeza a Zeus y de ella saltó Atenea ya armada junto al río Tritón[46].

Hijos de Zeus y Leto: Ártemis y Apolo. Muerte de Pitón y Ticio

De las hijas de Ceo, Asteria, para 4 evitar el asedio amoroso de Zeus, se arrojó al mar en forma de codorniz, y por ella una ciudad fue llamada primero Asteria, luego Delos. Leto, que se había unido a Zeus, sufrió la persecución de Hera por toda la tierra hasta que, al llegar a Delos, dio a luz primero a Ártemis y después, asistida por ésta, a Apolo[47].

Ártemis permanecía virgen dedicada a la caza; en cambio Apolo, que había aprendido de Pan, hijo de Zeus y de Hibris[48], el arte adivinatoria, llegó a Delfos (entonces era Temis quien profetizaba), y como la serpiente Pitón que guardaba el lugar le impedía acercarse a la sima, la mató y se adueñó del oráculo[49]. Poco después dio también muerte a Ticio, hijo de Zeus y de Élara, hija de Orcómeno[50]; a ésta la había poseído Zeus y, por miedo a Hera, la ocultó bajo tierra tras sacar a la luz al hijo que llevaba en su vientre, Ticio, de enorme tamaño. Cuando Leto llegó a Pito, Ticio la contempló y, movido por el deseo, la atrajo a sí; pero ella pidió ayuda a sus hijos, quienes lo atravesaron con sus flechas. Es castigado incluso después de muerto: unos buitres devoran su corazón en el Hades.

Apolo y Marsias

Apolo mató también al hijo de Olimpo, 2 Marsias. Éste encontró la flauta que Atenea había rechazado porque le afeaba el rostro, e intentó emular a Apolo en el arte musical. Habiendo convenido que el vencedor dispondría del vencido a su antojo, llegada la prueba, Apolo compitió con la cítara invertida e invitó a Marsias a hacer lo mismo. Como no pudo, Apolo fue considerado ganador, por lo que colgó a Marsias de un alto pino y lo hizo perecer desollándolo[51].

Orión

Ártemis mató a Orión en Delos[52]; se 3 dice que éste, de gigantesca estatura, había nacido de la tierra, pero Ferecides opina que era hijo de Posidón y Euríale. Posidón le otorgó el poder de atravesar el mar a zancadas[53]. Orión se unió primero con Side, a la que Hera arrojó al Hades por rivalizar con ella en belleza. Más tarde fue a Quíos y pretendió a Mérope, hija de Enopión. Éste, habiéndolo embriagado, lo cegó mientras dormía y lo abandonó en la playa. Orion se dirigió a la fragua de Hefesto, y cogiendo a un niño lo puso sobre sus hombros y le ordenó que lo guiara hacia Oriente. Al llegar allí, recobró la vista curado por los rayos del sol, e inmediatamente salió en 4 busca de Enopión. Pero a éste le había proporcionado Posidón una casa subterránea, obra de Hefesto. Eos, enamorada de Orión, lo arrebató y lo transportó a Delos; pues Afrodita la había hecho enamorarse a perpetuidad 5 por haber tenido relación sexual con Ares. Orión, según algunos, fue muerto porque desafió a Ártemis a lanzar el disco, mientras que según otros la diosa lo asaeteó por haber violado a Opis, una de las doncellas venida de los Hiperbóreos[54].

Hijos de Posidón y Anfítrite

Posidón se unió a Anfítrite, hija de Océano, y nacieron Tritón[55] y Rode[56] —a la que desposó Helios.

Plutón y Perséfone. Deméter en Eleusis: Triptólemo

5 Plutón, enamorado de Perséfone, la raptó en secreto con la ayuda de Zeus. Deméter recorrió la tierra buscándola con antorchas de noche y de día; informada por los hermionenses de que Plutón la había raptado, se irritó contra los dioses, abandonó el cielo y, bajo la apariencia de una mujer, llegó a Eleusis[57]. Se sentó primero en una roca llamada por ella Agélasto, cerca del pozo Calícoro[58], y luego fue a casa de Céleo, entonces rey de los eleusinos[59]; dentro, unas mujeres la invitaron a sentarse entre ellas, y una anciana, Yambe, con bromas, hizo sonreír a la diosa[60]. Dicen que por eso las mujeres bromean en las Tesmoforias.

Metanira, esposa de Céleo, tenía un hijo y Deméter se encargó de criarlo: queriendo hacerlo inmortal, por la noche lo ponía en el fuego para despojarlo de sus carnes mortales. Como Demofonte —pues éste era el nombre del niño— durante el día crecía extraordinariamente, Praxítea estuvo al acecho y, al descubrirlo sumergido en el fuego, gritó: por eso la criatura se abrasó y la diosa hubo de darse a conocer[61]. Para Triptólemo[62], 2 el mayor de los hijos de Metanira, dispuso un carro de dragones alados y le dio trigo con el que, cruzando el cielo, sembró toda la tierra habitada. Paniasis dice que Triptólemo era hijo de Eleusis, pues afirma que fue a él a quien se dirigió Deméter; en cambio según Ferecides era hijo de Océano y Gea.

Ascálafo

3 Cuando Zeus ordenó a Plutón que enviara arriba a Core, Plutón le ofreció semilla de granada, para que no se quedara mucho tiempo junto a su madre[63]. Ella, sin prever las consecuencias, la comió. Habiéndola delatado Ascálafo, hijo de Aqueronte y Gorgira[64] (por lo que Deméter puso sobre él una pesada roca en el Hades), Perséfone fue obligada a permanecer la tercera parte del año con Plutón y el resto junto a los otros dioses.

Gigantomaquia

6 Eso se dice sobre Deméter.

Gea, irritada a causa de los Titanes, procrea con Urano a los Gigantes[65]: insuperables por su tamaño e invencibles por su fuerza, mostraban temible aspecto, con espesa pelambre pendiente de la cabeza y el mentón, y escamas de dragón como pies. Habían nacido según unos en Flegra[66], según otros en Palene. Arrojaban al cielo encinas encendidas y piedras. Aventajaban a todos Porfirio y Alcioneo —que era inmortal mientras combatiera en su tierra nativa; éste expulsó de Eritía las vacas de Helios. A los dioses se les había vaticinado que no podrían aniquilar a ningún gigante a menos que un mortal combatiera a su lado[67]. Conociendo esto Gea busca una droga para que no pudieran ser vencidos ni por un mortal. Pero Zeus prohibió aparecer a Eos. Selene y Helios y, adelantándose, él mismo destruyó la sustancia y por medio de Atenea llamó a Heracles en su ayuda. Éste primero disparó su arco contra Alcioneo, quien al caer en tierra se reanimó. Por consejo de Atenea, Heracles lo arrastró fuera de Palene y de este modo acabó con él. En la batalla 2 Porfirio atacó a Heracles y a Hera. Zeus le inspiró deseo por Hera, y cuando Porfirio le desgarró los vestidos queriendo forzarla y ella pidió ayuda, fue fulminado por Zeus y asaeteado por Heracles. En cuanto a los demás gigantes, Apolo flechó a Efialtes en el ojo izquierdo y Heracles en el derecho. Dioniso mató a Éurito con el tirso, Hécate a Clitio con teas, y Hefesto a Mimante lanzándole hierros candentes[68]. Atenea arrojó sobre Encélado fugitivo la isla de Sicilia[69], y habiendo arrancado la piel a Palante, con ella protegió su propio cuerpo en el combate[70]. Polibotes llegó a Cos perseguido a través del mar por Posidón; éste desgajó la parte de la isla llamada Nísiro y se la echó encima. Hermes, cubierto con el casco de Hades durante la lucha[71], mató a Hipólito, Ártemis a Gratión, las Moiras, armadas con mazas de bronce, a Agrio y Toante, y a los demás los destruyó Zeus alcanzándolos con sus rayos. Heracles remató con sus flechas a todos los moribundos.

Tifón

3 Cuando los dioses hubieron vencido a los Gigantes, Gea, aún más encolerizada, se une a Tártaro y da a luz en Cilicia a Tifón, que tenía naturaleza mixta de hombre y fiera[72]. En talla y fuerza aventajaba a todos cuantos había parido Gea; con forma humana hasta los muslos y descomunal tamaño que sobrepasaba todos los montes, su cabeza, a veces, tocaba las estrellas; en cuanto a sus manos, una alcanzaba el occidente y la otra el oriente; de ellas salían cien cabezas de dragones. De los muslos, enormes anillos de víboras que, al proyectarse, llegaban hasta la cabeza emitiendo un fuerte silbido; su cuerpo estaba todo cubierto de alas; desde la cabeza y el mentón sucios cabellos ondeaban; lanzaba fuego con los ojos. Tal y tan poderoso era Tifón, que arrojando piedras ardientes alcanzaba al mismo cielo entre silbidos y gritos; de su boca brotaba un gran chorro de fuego. Cuando los dioses lo vieron abalanzarse al cielo huyeron a Egipto y, perseguidos, adoptaron forma animal[73]. Sin embargo Zeus fulminó a Tifón desde lejos y cuando lo tuvo cerca lo derribó con una hoz de acero; al huir, éste lo persiguió hasta el monte Casio, que se eleva sobre Siria, y allí viéndolo herido se enzarzó con él. Tifón, enlazando a Zeus con sus anillos, lo sujetó, le quitó la hoz y le cortó los tendones de manos y pies; luego lo transportó sobre sus hombros a través del mar hasta Cilicia y al llegar lo abandonó en la cueva Coricia. Asimismo dejó allí los tendones ocultos en la piel de un oso y puso como guardián a la dragona Delfine, medio animal, medio mujer. Pero Hermes y Egipán sin ser vistos robaron los tendones y se los aplicaron a Zeus. Éste recobró su fuerza, e inmediatamente, transportado desde el cielo en un carro de caballos alados, persiguió con sus rayos a Tifón hasta el monte llamado Nisa, donde las Moiras engañaron al fugitivo, que, persuadido de que así se fortalecería, comió los frutos efímeros. De nuevo acosado llegó a Tracia y combatiendo cerca del Hemo arrojó montes enteros, que al rebotar sobre él a causa del rayo le hicieron derramar abundante sangre en la montaña: por ello dicen que la montaña se llama Hemo[74]. Cuando intentaba huir a través del mar Sículo, Zeus le echó encima el monte Etna, en Sicilia[75], que es enorme; se cree que aún hoy exhala fuego a causa de los rayos entonces arrojados. Pero de esto nada más os diré.

DESCENDENCIA DE DEUCALIÓN

Prometeo

7 Prometeo modeló a los hombres con agua y tierra[76] y les dio además el fuego, oculto en una férula[77], sin conocimiento de Zeus. Pero cuando éste lo supo, ordenó a Hefesto que sujetara su cuerpo con clavos en el Cáucaso; éste es un monte de Escitia. Prometeo estuvo allí encadenado muchos años; cada día un águila abatiéndose sobre él devoraba los lóbulos de su hígado, que se rehacía durante la noche. Prometeo sufrió este castigo por robar el fuego, hasta que más tarde Heracles lo liberó, como mostraremos al tratar de él[78].

Deucalión y Pirra: el diluvio

Hijo de Prometeo fue Deucalión. Éste, 2 que reinaba en la región cercana a Ftía, se casó con Pirra, hija de Epimeteo y Pandora, la primera mujer modelada por los dioses[79]. Cuando Zeus decidió destruir la raza de bronce[80], Deucalión, por consejo de Prometeo, construyó un arca y poniendo dentro todo lo necesario se embarcó en ella con Pirra. Zeus, con abundante lluvia derramada desde el cielo[81], inundó la mayor parte de la Hélade, de modo que perecieron todos los hombres excepto unos pocos que huyeron a las elevadas montañas de las cercanías[82]. Entonces se separaron las montañas de Tesalia, y todo lo que rodeaba el Istmo y el Peloponeso quedó sumergido. Deucalión, llevado en el arca a través del mar núeve días y otras tantas noches, arribó al Parnaso[83], y allí, cuando cesaron las lluvias, desembarcó y ofreció un sacrificio a Zeus Fixio[84]. Por mediación de Hermes, Zeus le concedió lo que quisiera y él eligió que hubiera hombres. Ante el asentimiento de Zeus, cogió piedras y las arrojó por encima de su cabeza, y las que arrojó Deucalión se hicieron varones y las que arrojó Pirra, mujeres. Por eso la gente se llama metafóricamente así: laos, de laas, piedra.

Descendencia de Deucalión y Pirra. Hijos de Helén. Hijos de Eolo

3 De Deucalión y Pirra nace primero Helén, hijo de Zeus según algunos, luego Anfictión, que reinó en el Ática después de Cránao, y una hija, Protogenia, que tuvo con Zeus a Aetlio. De Helén y la ninfa Orseide nacieron Doro, Juto y Eolo[85]. A los llamados griegos los denominó helenos a partir de su propio nombre[86] y repartió el país entre sus hijos. Juto, que recibió el Peloponeso, en Creúsa, hija de Erecteo, engendró a Aqueo y a Ión, por quienes son llamados así los aqueos y los jonios. Doro, que recibió la región colindante con el Peloponeso, llamó dorios a sus habitantes, y Eolo, que reinó en la región cercana a Tesalia, denominó eolios a los suyos; y casado con Enárete, hija de Deímaco, tuvo siete hijos: Creteo, Sísifo, Atamante, Salmoneo, Deyón, Magnes y Perieres, y cinco hijas: Cánace, Alcíone, Pisídice, Cálice y Perimede.

Perimede con Aqueloo tuvo a Hipodamante y Orestes; 4 Pisídice con Mirmidón a Ántifo y Áctor; Alcíone se casó con Ceix, hijo de Eósforo. Éstos perecieron por su arrogancia, pues él decía que su mujer era la diosa Hera y ella que su marido era Zeus; Zeus los convirtió en pájaros, a ella en alción, y a él en gaviota[87].

Cánace. Los Alóadas

Cánace tuvo de Posidón a Hopleo, Nireo, Epopeo, Aloeo y Tríope. Aloeo se casó con Ifimedea, hija de Tríope, pero ella se enamoró de Posidón, e iba frecuentemente al mar, cogía las olas con las manos y las vertía en su regazo. Habiéndose unido a ella Posidón, tuvo dos hijos, Oto y Efialtes, llamados los Alóadas. Éstos crecían cada año un codo de anchura y una braza de altura. Cuando cumplieron los nueve años, con una anchura de nueve codos y una talla de nueve brazas, decidieron luchar contra los dioses; habiendo puesto el monte Osa sobre el Olimpo y el Pelión sobre el Osa, amenazaban con subir por estas montañas hasta el cielo, y decían que colmando el mar con los montes lo convertirían en tierra firme, y a la tierra en mar. Efialtes pretendió a Hera, Oto a Ártemis; además ataron a Ares, pero Hermes lo rescató furtivamente[88]. Ártemis mató a los Alóadas en Naxos con una treta: transformada en cierva saltó entre ellos y al querer alcanzarla se atravesaron con sus flechas[89].

Endimión

De Cálice y Aetlio nació un hijo, Endimión, 5 quien con eolios sacados de Tesalia fundó Élide; algunos dicen que era hijo de Zeus. Por su extraordinaria belleza, Selene se enamoró de él, y Zeus le concedió lo que quisiera. Él eligió dormir por siempre, joven e inmortal[90].

Etolo

6 De Endimión y una ninfa náyade, o, según otros, de Ifianasa, nació Etolo, quien dio muerte a Apis, hijo de Foroneo, y huyó al país de los Curetes; allí mató a sus huéspedes Doro, Laódoco y Polipetes, hijos de Ftía y Apolo, y por su nombre llamó Etolia a la región.

Pleurón y Calidón

7 De Etolo y Prónoe, hija de Forbo, nacieron Pleurón y Calidón, que dieron su nombre a ciudades de Etolia. Pleurón, casado con Jantipa, hija de Doro, engendró un hijo, Agénor, e hijas: Estérope, Estratonice y Laofonte. De Calidón y Eolia, hija de Amitaón, nacieron Epicasta y Protogenia; de ésta y de Ares nació Óxilo. Agénor, hijo de Pleurón, casado con Epicasta, hija de Calidón, engendró a Portaón y a Demonice, la cual con Ares tuvo a Eveno, Molo, Pilo y Testio.

Marpesa

8 Eveno engendró a Marpesa, a la que pretendió Apolo, pero Idas, hijo de Afareo, la arrebató en un carro alado regalo de Posidón. Eveno, persiguiéndolo en su carro, llegó al río Licormas y, al no poder alcanzarlo, degolló a sus propios caballos y se arrojó al río, llamado Eveno por él.

9 Idas llega a Mesenia, donde se encuentra con Apolo, que intenta quitarle la muchacha. Cuando peleaban por ella, Zeus puso fin a la reyerta y permitió que la misma doncella eligiera con quién quería casarse; Marpesa, temiendo que, al envejecer, Apolo la abandonara, eligió a Idas como marido[91].

De Testio y Euritémide, hija de Cleobea, nacieron 10 hijas, Altea, Leda e Hipermestra, y varones, Ificlo, Evipo, Plexipo y Eurípilo.

Portaón y Éurite, hija de Hipodamante, tuvieron hijos, Eneo, Agrio, Alcátoo, Melas, Leucopeo, y una hija, Estérope, que concibió de Aqueloo, según dicen, a las Sirenas.

Eneo, padre de Deyanira y Meleagro

Eneo, rey de Calidón, fue el primero 8 que cultivó la vid, recibida de Dioniso[92]. Casado con Altea, hija de Testio, engendró a Toxeo, a quien él mismo mató por haber saltado sobre el foso[93]; además de éste, a Tireo y Clímeno, y una hija, Gorge, a la que desposó Andremón, y otra hija, Deyanira, a quien, según dicen, tuvo Altea de Dioniso. Deyanira conducía un carro practicando el arte de la guerra, y Heracles luchó contra Aqueloo por conseguir su mano[94]. Altea tuvo otro hijo de Eneo, Meleagro, que algunos 2 creen engendrado por Ares.

Caza del jabalí de Calidón. Muerte de Meleagro

Cuentan que al cumplir siete días se presentaron las Moiras y declararon que Meleagro moriría cuando el tizón que ardía en el hogar se consumiese[95].

Altea, al oír esto, retiró el tizón y lo guardó en un arca. Meleagro, que creció invulnerable y valeroso, murió por la siguiente causa: habiendo ofrendado Eneo las primicias de los frutos anuales de la región a todos los dioses, se olvidó únicamente de Ártemis, y ella, irritada, envió un jabalí de fuerza y tamaño extraordinarios que arrasaba los sembrados y destruía los rebaños y las gentes que se encontraba. Para atacarlo, Eneo convocó a los más valerosos de la Hélade y prometió la piel como premio a quien le diera muerte. Los que acudieron a cazar el jabalí fueron éstos[96]: Meleagro, hijo de Eneo, y Driante, hijo de Ares, ambos de Calidón; Idas y Linceo, hijos de Afareo, de Mesenia; Cástor y Polux, hijos de Zeus y Leda, de Lacedemonia; Teseo, hijo de Egeo, de Atenas; Admeto, hijo de Feres, de Feras; Anceo y Cefeo, hijos de Licurgo, de Arcadia; Jasón, hijo de Esón, de Yolco; Ificles, hijo de Anfitrión, de Tebas; Pirítoo, hijo de Ixión, de Larisa; Peleo, hijo de Éaco, de Ftía; Telamón, hijo de Éaco, de Salamina; Euritión, hijo de Áctor, de Ftía; Atalanta, hija de Esqueneo, de Arcadia; Anfiarao, hijo de Oícles, de Argos; con éstos llegaron también los hijos de Testio. Cuando estuvieron reunidos, Eneo los agasajó durante nueve días; al décimo, Cefeo y Anceo y algunos otros desdeñaron salir con una mujer en busca del animal, pero Meleagro, que, a pesar de estar casado con Cleopatra, hija de Idas y Marpesa, quería tener hijos de Atalanta, los obligó a ir con ella. Cuando tuvieron rodeado al jabalí, éste mató a Hileo y a Anceo, mientras que Peleo involuntariamente atravesó con un venablo a Euritión. Atalanta fue la primera en flechar al jabalí en el lomo, luego Anfiarao en un ojo; Meleagro alcanzándolo en el flanco lo remató, y entregó la piel a Atalanta. Los hijos de Testio no aceptaron que habiendo varones recibiera el premio una mujer, y se lo arrebataron con el pretexto de que les pertenecía por parentesco si Meleagro determinaba no cogerlo. Meleagro, encolerizado, mató a 3 los hijos de Testio y devolvió la piel a Atalanta. Altea, entristecida por la pérdida de sus hermanos, encendió el tizón y Meleagro inmediatamente murió[97].

Otros dicen que Meleagro no murió de esta manera, sino que cuando los hijos de Testio se disputaban la piel porque Ificlo había sido el primero en herir al jabalí, estalló una guerra entre los Curetes y los calidonios; al salir Meleagro y dar muerte a algunos hijos de Testio, Altea lo maldijo y aquél, despechado, se quedó en casa; pero como los enemigos se acercaban ya a los muros y los ciudadanos imploraban su ayuda, Meleagro, convencido a duras penas por su esposa, salió y, después de matar al resto de los hijos de Testio, pereció en el combate; tras la muerte de Meleagro Altea y Cleopatra se ahorcaron y las mujeres que lloraban el cadáver fueron convertidas en aves[98].

Tideo, hijo de Eneo. Muerte de Eneo

Muerta Altea, Eneo se casó con Peribea, 4 hija de Hipónoo. El autor de la Tebaida dice que, cuando fue saqueada Óleno, Eneo recibió a Peribea como premio; en cambio Hesíodo afirma que seducida por Hipóstrato, hijo de Amarinceo, su padre Hipónoo la envió fuera de Óleno en Acaya a Eneo, que vivía lejos de la Hélade, con el encargo de que la matara. 5 Otros opinan que Hipónoo, al descubrir que su hija había sido seducida por Eneo, se la envió estando encinta[99]; Eneo engendró en ella a Tideo; pero Pisandro dice que éste nació de Gorge, pues Eneo se había enamorado de su propia hija por designio de Zeus.

Cuando Tideo se hizo hombre vigoroso sufrió destierro por matar, según algunos, a Alcátoo, hermano de Eneo, aunque el autor de la Alcmeónida dice que sus víctimas fueron los hijos de Melas, que habían conspirado contra Eneo; sus nombres eran Feneo, Euríalo, Hiperlao, Antíoco, Eumedes, Estérnope, Jantipo y Estenelao; según Ferecides, en cambio, a quien mató fue a su hermano Olenias. Acusado por Agrio, huyó a Argos, llegó ante Adrasto, y desposado con su hija Deípile engendró a Diomedes.

Tideo peleó con Adrasto contra Tebas[100] y, herido 6 por Melanipo, murió. Los hijos de Agrio, Tersites, Onquesto, Prótoo, Celéutor, Licopeo y Melanipo, arrebataron el reino a Eneo y se lo entregaron a su padre, y encerrando a Eneo aún vivo lo ultrajaron.

Más tarde Diomedes llegó en secreto desde Argos en compañía de Alcmeón y mató a los hijos de Agrio, excepto a Onquesto y Tersites (pues éstos habían huido al Peloponeso), y entregó el reino a Andremón, yerno de Eneo, mientras que a éste, ya viejo, lo llevó consigo al Peloponeso. Los hijos de Agrio que habían huido, emboscados cerca del hogar de Télefo en Arcadia, mataron al anciano. Diomedes llevó el cadáver a Argos y lo enterró donde ahora hay una ciudad llamada Énoe en su honor[101]; y casado con Egialea, hija de Adrasto, o según algunos de Egialeo, participó en las guerras de Tebas y Troya.

Descendencia de Eolo. El vellocino de oro

De los hijos de Eolo, Atamante, que 9 dominaba Beocia, engendró en Néfele un hijo, Frixo, y una hija, Hele. Y se casó más tarde con Ino[102], de la que nacieron Learco y Melicertes. Ino, que urdía intrigas contra los hijos de Néfele, persuadió a las mujeres para que tostasen el trigo. Ellas, cogiéndolo sin conocimiento de los hombres, así lo hicieron. Y la tierra sembrada con los granos tostados no dio la cosecha anual; por ello Atamante envió mensajeros a Delfos para preguntar el modo de librarse de la esterilidad. Ino los convenció para que dijesen como respuesta del oráculo que cesaría la esterilidad si Frixo era sacrificado a Zeus[103]. Al oír esto Atamante, obligado por los habitantes de la región, puso a Frixo en el altar. Pero Néfele con su hija lo arrebató y entregó a ambos un carnero con vellón de oro, obsequio de Hermes, y llevados por él a través del cielo cruzaron tierra y mar. Cuando pasaban sobre el mar que separa Sigeo del Quersoneso, Hele cayó al abismo y allí murió: el estrecho se llamó Helesponto por ella[104]. Frixio llegó a la Cólquide, donde reinaba Eetes, hijo de Helios y Perseide, y hermano de Circe y Pasífae —con quien se desposó Minos.

Eetes lo recibe y le da una de sus hijas, Calcíope. Frixo sacrificó el carnero a Zeus Fixio, y entregó el vellocino a Eetes, quien lo clavó a una encina en el bosque sagrado de Ares. Los hijos de Frixo y Calcíope fueron: Argos, Melas, Frontis y Citisoro.

Ino y Atamante

2 Más tarde Atamante fue privado de los hijos de Ino por la cólera de Hera[105]; pues él, enloquecido, disparó sus flechas contra Learco, y entonces Ino se arrojó al mar con Melicertes. Atamante, expulsado de Beocia, preguntó al dios dónde debía establecerse y se le respondió que habitara cualquier lugar donde fuese acogido por animales salvajes; después de atravesar gran parte de la región, encontró unos lobos que estaban devorando pedazos de oveja y que al verlo abandonaron su presa y huyeron. Atamante se asentó en el lugar, que denominó Atamantia, y tomando por esposa a Temisto, hija de Hipseo, engendró a Leucón, Eritio, Esqueneo y Ptoo.

Sísifo

3 Sísifo, hijo de Eolo, fundó Éfira, ahora llamada Corinto[106], y se casó con Mérope, hija de Atlante. De ellos nació Glauco, quien engendró en Eurímede a Belerofontes, el cual mató a la ignífera Quimera[107]. Sísifo, en el Hades, fue condenado a voltear con manos y cabeza una piedra queriendo elevarla, pero ésta, aunque impulsada por él, retrocede[108]. Sufre este castigo a causa de Egina, hija de Asopo, pues se dice que cuando Zeus la raptó, Sísifo se lo reveló a su padre, que la andaba buscando.

Deyón

Deyón, que reinaba en Fócide, se casó 4 con Diomede, hija de Juto, y tuvo una hija, Asterodía, e hijos, Éneto, Áctor, Fílaco y Céfalo —quien desposó a Procris, hija de Erecteo[109]; pero más tarde Eos, enamorada de él, lo raptó[110].

Perieres

Perieres ocupó Mesenia y se casó con 5 Gorgófone, hija de Perseo, que le dio hijos, Leucipo, Tindáreo e Icario. Pero muchos dicen que Perieres no era hijo de Eolo sino de Cinortas, hijo de Amiclas[111]; por tanto de los descendientes de Perieres hablaremos al tratar del linaje de Atlante.

Magnes

Magnes se unió a una ninfa náyade 6 y nacieron sus hijos Polidectes y Dictis; éstos colonizaron Sérifos.

Salmoneo

Salmoneo primero se estableció en 7 Tesalia, después fue a Élide y allí fundó una ciudad[112]. Mostró su arrogancia queriendo igualar a Zeus y fue castigado por su impiedad: decía que él era Zeus, a quien despojó de las ofrendas al ordenar que los sacrificios se hicieran en su propio honor, y arrastrando de su carro odres secos y calderas de bronce, decía que tronaba, y arrojando al cielo antorchas encendidas, decía que relampagueaba. Pero Zeus lo fulminó y destruyó la ciudad fundada por él, así como a todos sus habitantes[113].

Los hijos de Tiro y Posidón: Neleo y Pelias

8 Tiro, hija de Salmoneo y Alcídice, que fue criada por Creteo, hermano de aquél, se enamoró del río Enipeo, y a menudo se acercaba a su corriente para lamentarse. Pero Posidón, tomando la figura de Enipeo, se unió a ella, que en secreto dio a luz hijos gemelos y los abandonó[114]. Expuestas las criaturas, una yegua de unos yegüeros que pasaban golpeó con el casco a uno de los niños y le hizo una señal morada en la frente. El yegüero recogió a ambos y los crió, y al de la marca morada (pelion) lo llamó Pelias, y al otro Neleo. Cuando fueron adultos, reconocieron a su madre y dieron muerte a Sidero, madrastra de Tiro. Pues, al saber que Sidero había maltratado a su madre, la atacaron, ella se refugió apresuradamente en el santuario de Hera y sin embargo Pelias la degolló junto al mismo altar, y en lo sucesivo continuó afrentando a la diosa[115].

9 Más tarde los dos hermanos se pelearon y Neleo, desterrado, llegó a Mesenia y fundó Pilos[116]; casado con Cloris, hija de Anfión, tuvo de ella una hija, Pero, e hijos, Tauro, Asterio, Pilaón, Deímaco, Euribio, Epilao, Frasio, Eurímenes, Evágoras, Alástor, Néstor y Periclímeno —a quien Posidón concedió el poder de cambiar de forma; cuando Heracles arrasó Pilos, mató a Periclímeno, que había combatido unas veces como león, otras como serpiente y otras como abeja, y a los restantes hijos de Neleo[117]. Sólo se salvó Néstor, porque se criaba entre los gerenios; éste se casó con Anaxibia[118], hija de Cratieo, y tuvo hijas, Pisídice y Policasta, e hijos, Perseo, Estrático, Áreto, Equefrón, Pisístrato, Antíloco y Trasimedes.

Pelias habitó en Tesalia y se casó con Anaxibia, hija 10 de Biante, pero según algunos con Filómaca, hija de Anfión, y engendró un hijo, Acasto, e hijas, Pisídice, Pelopia, Hipótoe y Alcestis.

Descendencia de Tiro y Creteo. Sus nietos Biante y Melampo

Creteo fundó Yolco y se casó con 11 Tiro, hija de Salmoneo, de la cual tuvo hijos, Esón, Amitaón y Feres[119]. Amitaón se estableció en Pilos y se desposó con Idómene, hija de Feres, y nacieron sus hijos Biante y Melampo. Éste vivía en el campo; como en la encina que se alzaba frente a su casa hicieran nido unas serpientes, los criados las mataron, y él, recogiendo leña, quemó a los reptiles, pero alimentó a sus crías. Cuando crecieron, situadas sobre sus hombros mientras dormía, le lamieron los oídos[120]. Melampo despertó sobresaltado y se dio cuenta de que comprendía las voces de las aves que revoloteaban, e informado por ellas predijo a los hombres el porvenir. Adquirió además el arte de interpretar los auspicios y, tras encontrarse con Apolo cerca del Alfeo, en lo sucesivo fue un excelente adivino.

El ganado de Fílaco

12 Biante pretendió a Pero, hija de Neleo. Éste, como eran muchos los aspirantes, dijo que la entregaría a quien le llevara las vacas de Fílaco —guardadas en Fílace por un perro al que no podía acercarse ni hombre ni fiera. Biante, incapaz de robar las vacas, llamó a su hermano para que le ayudara. Melampo le prometió hacerlo y predijo que sería descubierto durante el robo, pero que después de estar prisionero un año, conseguiría las vacas. Hecha esta promesa, Melampo se dirigió a Fílace y, tal como había vaticinado, fue sorprendido y encerrado bajo vigilancia en una habitación. Poco antes de cumplirse el año, escucha a unos gusanos en lo oculto de un tejado; uno pregunta qué parte de la viga estaba ya carcomida, y otros contestan que faltaba ya poco. Inmediatamente pidió que lo cambiaran de celda y poco después se derrumbó la otra. Fílaco, admirado, reconociéndolo buen adivino, lo desató y le rogó que le dijese cómo podría lograr descendencia su hijo Ificlo. Melampo accedió a condición de obtener las vacas. Habiendo sacrificado y troceado dos toros, llamó a las aves. Al llegar un buitre, por él supo que en una ocasión Fílaco, mientras castraba carneros, había dejado el cuchillo aún ensangrentado cerca de Ificlo; el niño huyó asustado y él clavó el cuchillo en la encina sagrada, cuya corteza, creciendo en torno, acabó por ocultarlo. Melampo dijo que si se encontraba, y raspado el orín se le daba a beber a Ificlo durante diez días, conseguiría un hijo. Enterado de esto por el buitre, Melampo encontró el cuchillo y durante diez días dio el orín raspado a Ificlo, quien luego engendró a Podarces[121]. Después condujo las vacas a Pilos y tomando a la hija de Neleo se la entregó a su hermano. Por un tiempo vivió en Mesenia, pero cuando Dioniso enloqueció a las mujeres de Argos, las curó a cambio de una parte del reino y se estableció allí con Biante[122]

De Biante y Pero nació Tálao, y de éste y Lisímaca, 13 hija de Abante, hijo de Melampio, nacieron Adrasto, Partenopeo, Prónax, Mecisteo, Aristómaco y Erifile —a la que desposó Anfiarao. De Partenopeo nació Prómaco, que con los epígonos luchó contra Tebas[123]; de Mecisteo, Euríalo, que fue a Troya[124]. De Prónax nació Licurgo; de Adrasto y Anfítea, hija de Prónax, nacieron hijas, Argía, Deípile y Egialea, e hijos, Egialeo y Cianipo.

Admeto, hijo de Feres y marido de Alcestis

Feres, hijo de Creteo, fundó Feras en 14 Tesalia y engendró a Admeto y Licurgo. Licurgo vivió en Nemea, y casado con Eurídice, o, según algunos, con Anfítea, engendró a Ofeltes, llamado más tarde Arquémoro[125].

Cuando Admeto reinaba en Feras y pretendía a Alcestis, 15 hija de Pelias, Apolo estuvo a su servicio[126]. Pelias había prometido entregar su hija al que fuera capaz de uncir al mismo carro un león y un jabalí; Apolo lo hizo y se los entregó a Admeto, quien los llevó a Pelias y obtuvo a Alcestis[127]. Pero en sus bodas al ofrecer sacrificios se olvidó de Ártemis, por eso al abrir el tálamo lo encontró lleno de serpientes enroscadas; Apolo le dijo que aplacara a la diosa, y consiguió de las Moiras que, cuando Admeto estuviera a punto de morir, pudiera librarse si alguien aceptaba voluntariamente ocupar su lugar. Cuando llegó el día de su muerte ni su padre ni su madre consintieron en morir por él, pero sí Alcestis[128]. Core la envió de nuevo arriba, o, según otros, la rescató Heracles luchando con Hades[129].

Jasón, hijo de Esón, y el vellocino de oro. Los Argonautas

16 De Esón, hijo de Creteo, y Polimede, hija de Autólico, nació Jasón, que habitó en Yolco, donde reinaba el sucesor de Creteo, Pelias[130]. A éste, cuando consultó el oráculo respecto al reino, el dios le advirtió que se cuidara del hombre con una sola sandalia[131]. Al principio no comprendió el oráculo, pero sí más tarde. Pues, al ofrecer junto al mar un sacrificio a Posidón, hizo ir allí a Jasón entre otros muchos. Éste, que inclinado a la agricultura vivía en el campo, se apresuró a asistir, y al cruzar el río Anauro, salió con una sola sandalia, perdida la otra en la corriente. Pelias, al verlo, recordó el oráculo y acercándose le preguntó qué haría él si estuviese en el poder y le hubieran vaticinado que sería muerto por alguno de los ciudadanos. Jasón, o por azar, o por la cólera de Hera a fin de que Medea se convirtiera en un mal para Pelias (pues no honraba a Hera), dijo: «Le encargaría traer el vellocino de oro». Cuando Pelias oyó esto, le ordenó inmediatamente marchar en busca del vellocino. Éste se encontraba en la Cólquide, en el bosque de Ares, colgado de una encina y guardado por un dragón insomne[132].

Enviado a buscarlo, Jasón requirió la ayuda de Argos, hijo de Frixo, quien, adiestrado por Atenea, construyó una nave de cincuenta remos llamada Argo como él. Atenea puso en la proa un madero dotado de voz, procedente de la encina de Dodona. Cuando estuvo construida la nave, Jasón consultó el oráculo y el dios le permitió convocar a los nobles de la Hélade y hacerse a la mar. Los reunidos fueron los siguientes[133]: Tifis, hijo de Hagnias, que era el piloto de la nave; Orfeo, hijo de Eagro; Zetes y Calais, hijos de Bóreas; Cástor y Pólux, hijos de Zeus; Telamón y Peleo, hijos de Éaco; Heracles, hijo de Zeus; Teseo, hijo de Egeo; Idas y Linceo, hijos de Afareo; Anfiarao, hijo de Oícles; Ceneo, hijo de Corono, Palemón, hijo de Hefesto o de Etolo; Cefeo, hijo de Áleo; Laertes, hijo de Arcisio; Autólico, hijo de Hermes; Atalanta, hija de Esqueneo; Menecio, hijo de Áctor; Áctor, hijo de Hípaso; Admeto, hijo de Feres; Acasto, hijo de Pelias; Éurito, hijo de Hermes; Meleagro, hijo de Eneo; Anceo, hijo de Licurgo; Eufemo, hijo de Posidón; Peante, hijo de Taúmaco; Butes, hijo de Teleonte; Fano y Estáfilo, hijos de Dioniso; Ergino, hijo de Posidón; Periclímeno, hijo de Neleo; Augías, hijo de Helios; Ificlo, hijo de Testio; Argos, hijo de Frixo; Euríalo, hijo de Mecisteo; Penéleo, hijo de Hipalmo; Leito, hijo de Aléctor; Ífito, hijo de Náubolo; Ascálafo y Yálmeno, hijos de Ares; Asterio, hijo de Cometes; Polifemo, hijo de Élato.

Los Argonautas llegan a la isla de Lemnos

Éstos, con Jasón como navarca, se hicieron 17 a la mar y arribaron a Lemnos. Entonces Lemnos no tenía hombres y su reina era Hipsípila, hija de Toante, por lo siguiente: las lemnias no honraban a Afrodita y ella les infligió una fetidez que impulsó a sus maridos a tomar cautivas de la cercana Tracia para yacer con ellas. Las lemnias desdeñadas mataron a sus padres y maridos; sólo Hipsípila salvó a su padre Toante escondiéndolo. Cuando los Argonautas llegaron a Lemnos, entonces en poder de las mujeres, se unieron con ellas. Hipsípila yació con Jasón y tuvo hijos, Euneo y Nebrófono[134].

Llegada a la región de los dolíones y muerte del rey Cízico

18 Desde Lemnos llegaron a la región de los dolíones donde reinaba Cízico. Éste los recibió amablemente. Partieron de allí de noche, e impelidos por vientos desfavorables, sin darse cuenta regresaron a los dolíones. Éstos, creyéndolos un ejército de pelasgos (de quienes sufrían frecuentes ataques), trabaron combate durante la noche, sin reconocerse. Los Argonautas mataron a muchos, entre ellos a Cízico, y cuando al amanecer se dieron cuenta, entristecidos, cortaron sus cabelleras y sepultaron a Cízico suntuosamente[135]. Después del sepelio se hicieron a la mar y llegaron a Misia.

Los Argonautas dejan a Heracles y Polifemo en Misia. Hilas

19 Allí dejaron a Heracles y Polifemo. Pues Hilas, hijo de Teodamante, favorito de Heracles, enviado a buscar agua, fue raptado por las ninfas a causa de su belleza[136]. Polifemo, al oírlo gritar, pensando que unos ladrones lo llevaban, fue en pos de él con la espada desenvainada. Encontrando a Heracles se lo dijo; y mientras ambos buscaban a Hilas la nave zarpó. Polifemo fundó en Misia la ciudad de Cío[137] y allí reinó, en tanto que Heracles volvió a Argos. Herodoro dice que Heracles no se embarcó entonces sino que fue esclavo de Ónfale; pero según Ferecides fue abandonado en Áfetas, en Tesalia, porque la nave Argo dijo que no podía soportar su peso. En cambio Demarato refiere que navegó hasta la Cólquide, y Dionisio que fue jefe de los Argonautas[138].

Pólux vence a Ámico, rey de los bébrices

Desde Misia se dirigieron a la tierra 20 de los bébrices, donde reinaba Ámico, hijo de Posidón y de una ninfa bitinia. Ámico, que era muy fuerte, a los extranjeros que arribaban los forzaba a un pugilato, y de esta manera les daba muerte. Al llegar la Argo, desafió al mejor de los tripulantes. Pólux, elegido para luchar, lo mató de un golpe en el codo; los bébrices se lanzaron contra él, pero los más intrépidos, cogiendo las armas, los pusieron en fuga matando a muchos[139].

Fineo y las Harpías

Desde allí se hicieron a la mar y llegaron 21 a Salmideso, en Tracia, donde vivía Fineo, un adivino privado de la vista. Unos dicen que era hijo de Agénor, otros que de Posidón; hay quienes refieren que lo habían cegado los dioses por revelar a los hombres el porvenir; según otros, Bóreas y los Argonautas, porque él había cegado a sus propios hijos, instigado por la madrastra de ellos; o bien Posidón, por haber mostrado a los hijos de Frixo el camino desde la Cólquide a la Hélade[140]. Además los dioses le enviaron a las Harpías[141]; éstas eran aladas, y cuando la mesa estaba dispuesta para Fineo, abatiéndose desde el cielo, arrebataban la mayor parte de la comida, y el resto lo dejaban lleno de tal hedor que era imposible acercarse. Cuando los Argonautas le consultaron acerca del viaje, dijo que los aconsejaría si lo libraban de las Harpías. Ellos colocaron una mesa con alimentos cerca de él, y las Harpías de repente descendieron ululando y se apoderaron de la comida. Los hijos de Bóreas, Zetes y Calais, que eran alados[142], al ver esto, se lanzaron tras ellas por el aire con las espadas desnudas. Estaba predicho que las Harpías pereciesen a manos de los hijos de Bóreas, mientras que éstos morirían si en la persecución no lograran alcanzarlas. Hostigadas las Harpías, una cayó en el Peloponeso al río Tigres, ahora nombrado Harpis por ella, a la que algunos llamaban Nicótoe, otros Aélopo. La denominada Ocípete, o según otros Ocítoe (para Hesíodo es Ocípode)[143], huyendo por la Propóntide, alcanzó las islas Equínades, ahora designadas como Estrófades por ella, pues al llegar allí se volvió (estráphe) y rendida por la fatiga cayó en la costa con su perseguidor. Apolonio en cambio dice en El viaje de los argonautas que fueron perseguidas hasta las islas Estrófades[144] pero no recibieron daño alguno porque juraron no perjudicar más a Fineo.

El paso de las Simplégades

Liberado de las Harpías, Fineo mos 22 tró la ruta a los Argonautas y los previno acerca de las Simplégades[145], unas rocas del mar. Éstas eran enormes y al chocar una contra otra por la fuerza del viento obstruían el paso. Las envolvía una niebla espesa en medio de gran estruendo: ni las aves podían pasar entre ellas. Fineo les dijo que soltaran una paloma entre las rocas y que si la veían cruzar incólume navegaran sin miedo, pero que si perecía, no intentasen pasar. Oído esto se hicieron a la mar y, al acercarse a las rocas, soltaron una paloma desde proa, y durante el vuelo el choque de las rocas cortó la punta de su cola. Esperando atentos, pues, que las rocas se separaran, con vigorosos golpes de remos y ayudados por Hera lograron pasar, rompiéndose los adornos de popa de la nave. Desde entonces las Simplégades se fijaron, pues estaba predestinado que si una nave conseguía pasar entre ellas, quedarían inmóviles.

Los Argonautas entre los mariandinos. Llegada a la Cólquide. Jasón y Medea

Los Argonautas llegaron a la región 23 de los mariandinos, donde los recibió cordialmente el rey Lico[146]. Allí murieron Idmón el adivino, herido por un jabalí, y también Tifis; entonces Anceo se encargó de pilotar la nave[147].

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