BAC

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Capítulo 9

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– Bueno, me voy a dar un baño. – dijo Diego levantándose con su pene aún un poco morcillón y haciendo un esfuerzo por no mirárselo. – ¿Te vienes?

– No. – contestó Eva, mirando con descaro el pene de Diego. – Prefiero tumbarme a tomar el sol un rato, ya he tenido suficiente, quizás más tarde.

Adelantó su toalla unos metros y se tumbó boca arriba, cerrando los ojos para tomar el sol relajada.

Diego se fue hacia el agua pensando si Eva habría notado que su pene aún no estaba fláccido del todo, entró corriendo y se tiró al agua, nadando junto a la orilla.

Eva se había dado la vuelta para ver como Diego volvía del agua. Quería verlo venir de frente, desnudo. Dio un repaso de arriba abajo por toda su anatomía, para acabar centrándose en una zona específica, que oscilaba de lado a lado a cada paso que daba. Había menguado un poco, pero su tamaño seguía pareciéndole bastante aceptable. Se mordió el labio inferior.

Le gustaba, aquel aire despistado, descuidado, con el pelo ni corto ni largo, sus ojos verdes profundos. Aquel torso fuerte, su piel bronceada y aquel culo prieto. Estaba dudando si ser directa o esperar a ver si Diego captaba las indirectas. Deseaba llevarlo a la habitación del hotel y follárselo, varias veces. Quería sentir aquel pene dentro de su cuerpo. Creía haber mandado las señales correctas y estaba convencida que Diego las había recibido, pero no veía reacción alguna por su parte. Cerró los ojos un instante y se imaginó en la ducha del hotel, besando a Diego, que la abrazaba fuertemente...

Algo le hizo abrir los ojos de nuevo. Era Diego, que había llegado a la toalla y sacudiendo la cabeza le había salpicado, a propósito. Le sonrió y se tumbó en la toalla boca arriba.

– El agua esta buenísima. – dijo Diego girando la cabeza y mirándola.

Ella seguía tumbada boca abajo con su labio inferior mordido. Diego estuvo tentado de añadir “como tú”.

Eva estiró su brazo. Buscó algo dentro de su bolso, sobresaltada. La melodía seguía subiendo el volumen. Cogió su móvil y contestó.

– Hola, dime. Sí, claro. ¿Qué? ¡No me jodas…!  ¿Cuándo ha ocurrido? ¿Dónde? ¡Hostia puta! ¡Joder…!  – Eva miró hacia Diego con gesto serio, mientras continuaba escuchando. – Sí, está aquí. Ahora mismo se lo digo. Te llamo lo antes posible.

Colgó y dejó el teléfono de nuevo en su bolso, algo alterada. Sacó los tejanos y se los puso a toda prisa, sin ropa interior.

– Diego, era Gracia. Parece que los BAC han vuelto a actuar, esta vez en Jaén. Vístete, nos tenemos que ir hacia allí. – dijo Eva mientras se ponía la camiseta.

Diego consultó su móvil, no tenía batería…

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