Arena
20
Página 22 de 85
20
Cogí la bici y me puse a pedalear por el paseo marítimo en dirección a la Farola. Respiraba dentro de una caldera. De tanto en tanto un mosquito me atacaba un brazo o una pierna y me obligaba a rascarme. Hacía un par de años que habían construido la prolongación del paseo de la Malagueta. Plantaron palmeras y colocaron duchas y bancos. Solo había un par de chiringuitos cutres salpicados por ahí. Cada invierno los temporales de levante se tragaban la playa. Y cada primavera regresaban excavadoras que volvían a echar tierra para que la ciudad tuviese kilómetros de playa.
Pedaleé.
Las farolas iluminaban el paseo y la arena. Un grupo de jóvenes jugaba un partido de fútbol. Las carreras de los chicos formaban nubes de polvo. Una polvareda espesa que quedaba suspendida en el aire. Un poblado fantasma. La caballería al galope. Un western crepuscular. Tiros. Flato.
Pedaleé.
En invierno, cuando el sol se ponía, íbamos a correr por ahí. Salíamos desde la Arena Blanca y llegábamos hasta el puerto, y al regresar nos deteníamos en el tranvía a estirar y hacer flexiones y abdominales. Después caminábamos mientras hablábamos de nuestras vidas como si fueran una comedia romántica o una aventura emocionante.
Pedaleé.
Para no pensar. Para no meterme en Bobby Logan. Para combatir el picor, las ganas, el dolor, la culpa, los momentos que arrugaban la vida y me doblegaban.
Pedaleé.
Sin ruedas de apoyo. Las rodillas y los codos con heridas por las caídas. La sangre, el escozor de la mercromina. No las necesitas, decía mi padre. Súbete. Para mi padre las ruedas de seguridad eran un engaño. Sin ruedas de seguridad aprendías a montar en una tarde, por el miedo a caer, aseguraba. El miedo te hacía pedalear. Sorteaba los trompazos. Pero yo me caí. Muchas veces. Más de una tarde. Al mes, cuando ya logré mantener el equilibrio sin caerme, se lo dije: Mira, papá, ya no me caigo. Pero él se limitó a seguir con lo que estaba haciendo.
Pedaleé.
No quería pedalear. Tampoco estar en otro lugar. No había sitio en el que quisiera estar.