Algo

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La mujer

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LA MUJER

Para poder comprender

el misterio que calculan,

los que la odian ó la adulan,

que se encierra en la mujer,

basta saber el real

y profundísimo enlace

en que confundido yace

lo físico y lo moral.

Mujer y hombre se parecen

al ser niños; con la edad

surge entre ellos variedad

que crece cuanto ellos crecen.

Toma de aquél la figura

masculinos caracteres

y conservan las mujeres

de los niños la tersura.

De la inocencia y la calma

pronto los hombres se alejan,

y las mujeres semejan

siempre al niño en cuerpo y alma.

Si hacer trizas se las ve

el corazón de algún hombre,

lo hacen sólo, y no os asombre,

con la mejor buena fe.

También el niño, tan presto

como tiene de ello antojos,

arranca á una ave los ojos,

y no es criminal por esto.

Toda cariño y amor,

amor la mujer desea;

sino al que la llama fea,

a nadie guarda rencor.

Que al fin ella ha de querer,

como el ave ha de cantar,

como el río ha de ir al mar,

como el mañana al ayer.

Nunca del amor el rayo

en su pecho infantil muere,

y si al marido no quiere

querrá á cualquiera…, al lacayo.

Ignorando este misterio

deja á su esposa en olvido

el marido, y el marido

justifica el adulterio.

Yo no envidio al que comparte

el exclusivo cariño

que debe á su mujer-niño,

con la ciencia ó con el arte.

De ningún hombre de ciencia

el talento hereda el hijo…,

y no se deja, de fijo,

de cumplir la ley de herencia.

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