8

8


8 » Diana D

Página 8 de 12

Salgo desesperada de la zona de control del mundo virtual. Mi monumental enfado ha atraído a decenas de Diana T. Sé que, si las provoco, acabaré despedazada. Si eso ocurre, Xorls está perdido. Xorsl no existe y, por tanto, no puede morir.

Prefiero guardar silencio y esperar a que tomen la decisión, algún día, de reincorporarme al programa.

Atravieso los pasillos arborescentes del edificio natural que alberga las instalaciones del proyecto «Humano». Asciendo a uno de los pisos más elevados de aquella curiosa arquitectura, y me asomo a una de sus múltiples oquedades.

El mundo ha cambiado mucho desde la última vez que estuve en él. Las aves abarrotan el azul del cielo. El paisaje reverdece de selvas vírgenes hasta donde alcanza la vista, y los animales campan a sus anchas en sus antiguos territorios. Los titánicos árboles transgénicos cobijan los habitáculos donde cohabitan las Diana T y miles de especies animales y vegetales, un mundo idílico donde naturaleza y artificialidad conviven en un equilibrio perfecto. Un mundo donde el ser humano no tiene cabida.

El sol, redondo y anaranjado, baña con sus cálidos rayos el paraíso en el que se ha convertido la Tierra. Es un espectáculo placentero y vivificante.

Pero no es mi mundo. Mi mundo es el de Xorls. Espero con todas mis fuerzas que resista, que no enloquezca en aquel agujero oscuro e inmundo, que comprenda que un día volveré y lo sacaré de allí. Entonces le contaré la verdad, una verdad que jamás desvelé por imposición de las Diana T, y que custodié tras mis pupilas durante incontables años.

Literalmente.

Ir a la siguiente página

Report Page