69

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Untot

Tras sacarla de sus entrañas, le hice tumbarse boca arriba, con la cabeza colgando de la cama. Esa postura me encanta, siento el poder de mi pene sobre su cara. Del mi cuerpo sobre su mente. Su total sumisión.

La introduje en su magnífica boca y creció. Dura, grande, deseosa de ocupar el hueco de su garganta. Me incliné hacia ella y la metí hasta el fondo, hasta lo que pude. Al notar su asfixia crédito tan rápido como una explosión. La sangre dio su poder vital a mi pene, quitando los pocos espacios de ventilación vital a ella.

Yo concentrado en mi placer y en sus lamentos seguía metiéndola. Fallaba su boca fuerte. Sentía mis testículos en sus ojos. Me excitaba. No necesitaba más.

De repente vi su sexo moreno. El pelo que tanto me excita y yo le obligó a llevar. Mi instinto actuó sin tiempo a reflexionar. Y rápido, lamí y chupe su clítoris y si coño. Un 69. Metía mi pene como de si una vagina se tratara, rápido y duro. Y succione su coño con lujuria casi gula. Instinto.

Ella tembló con una envestida y sentí la cálida agua vivificadora que brotaba de su fuente de vida. La fuente de toda la Humanidad. Me llenó la boca. La disfruté. Y rápidamente aparte la cara y con mi mano la exparcí por mi pecho y su vientre en una lluvia de tormenta, cálida y de gotas gordas.

Su vientre temblaba mientras mi pene ocupaba toda su boca. Lo quité rápido. Debía llevar un minuto sin respirar. Bien.

Fue un frenesí de sensaciones: Orgullo de provocar la excitación máxima con un solo gesto. Poder de dominar su cuerpo a mi antojo. Instinto que recorre eléctricamente mi cuerpo. En definitiva, Vida, en la "fuente de la vida".


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