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Contar

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CONTAR

Conté mil veces lo que no tiene mucha explicación: por qué Pagina/12 se llamó así: doce páginas tenían los números “cero”, aunque el diario, el 26 de mayo de 1987, ya salió a la calle con dieciséis páginas. Decidimos entonces poner, en la página doce, un reportaje a toda página para que quedara como característica. Todo esto sucedió en la Argentina, claro, donde finalmente luego volvió a cambiar y nadie nunca entendió nada. El destino inmobiliario quiso luego que, en sus primeros meses en la calle, la redacción se mudara a un piso número 12, el de Perú 362, el mismo piso donde cuatro años antes había estado la campaña electoral de Alfonsín. Cien personas en cien metros: éramos una foto móvil de la rush hour en Tokio. Hubo todo tipo de teorías conspirativas: 12 de septiembre es mi cumpleaños, doce fueron los apóstoles y doce también los Caballeros de la Mesa Redonda.

Números y letras: Hora 25 fue un programa de radio en Rock & Pop que salió al aire, azarosamente, entre las cero horas y la una de la madrugada. Era, también, un homenaje a una novela de mi adolescencia: La hora 25, de Virgil Gheorghiu. Día D fue, años más tarde, nuestro programa de televisión en América que desveló la última época del gobierno de Menem. Salió al aire los domingos y por eso fue día D, aunque Día D fue también el día del desembarco de las tropas aliadas en Normandía y se utiliza, desde entonces, para denominar un día clave por algún motivo. XXI —léase Veintiuno— fue también un número en el colmo del capricho matemático; cambió la marca cada año. Fue también Veintidós y Veintitrés y tenía que ver, claro, con el siglo que empezaba. Data 54 fue un manotazo en el peor momento de la burbuja de la web: 54 es el código de área de la Argentina.

Letras y números. 26 personas para salvar al mundo fue una miniserie que hicimos en Turner para toda América Latina. El “26” tiene una explicación completamente mercantil: eran dos ciclos de trece capítulos cada uno. Pero el destino siempre mete la cola: en etapa de preproducción, meses antes de salir al aire, me llamó una productora de MTV: enterado del ciclo, un importante rabino de Nueva York quería encontrarse conmigo. Nos vimos en un bar naturista de Manhattan, de esos sitios en los que ni siquiera el café es normal. “El 26 —me cuenta— es un número sagrado.” Sumando las seis filas de la Estrella de David el resultado siempre es 26 (recuérdese que los números son también letras): 4 + 7 + 9 + 6 = 26; 1 + 11 + 12 + 2 = 26, y así. La suma de los números colocados en las puntas de la estrella también da 26 (13 para los dos extremos del eje vertical y 13 para los 4 restantes). Es, en la Cábala, la suma del Supremo Nombre Sagrado YHVH en el que Y = 10 h = 5 V = 6 y H = 5. Total = 26. Y tres veces 26 da 78: el número motor que mueve al Universo.

Y ahí estábamos, en un bar de Manhattan, MTV, Dios y yo. Y yo solo estaba cada vez más nervioso, queriendo salir a fumar a la vereda, donde los números decían lo mismo: aplicando a cada letra un número del alfabeto (A = 1, B = 2, etc.), el nombre de Dios en inglés da el mismo número: GOD: G = 7, O = 15, D = 4. Total: 26.

También fue número y letra mi repaso sobre la década robada: 10K, y lo es ahora este libro, 56, más de cuarenta años de periodismo y un poco de vida personal. Este número —que en la quiniela significa “la caída”— tiene interpretaciones muy distintas en el Tarot y en el I Ching, y ambas son coincidentes: el arcano 56 es El Peregrinaje y el hexagrama 56 es Lu, el Andariego. Ambos coinciden en que es el momento de empezar una nueva vida: “Hay autoconfianza, hemos vivido unos cuantos desafíos y hemos salido ilesos. No son los objetivos del yo personal los únicos que están en juego, lo que sucede es algo que nos excede. Nuestra acción es un catalizador, cuando estamos presentes allí, la acción de todos se hace vertiginosa, se producen cambios y tenemos que tomar conciencia de ellos”.

Si los números tienen razón, el próximo libro va a valer la pena.

Noviembre de 1986. A tres años del fin de la dictadura, la izquierda aún “no ha sabido replantearse su pasado, ni su inserción en la nueva realidad”: El Porteño en su esplendor, un año antes del nacimiento de Página/12.

Agosto de 1986. Sexo, Iglesia y represión: “El poder ideológico de la Iglesia en nuestra vida cotidiana que alimenta culpas y erige barreras contra el deseo”.

Octubre de 1986. La “sensación” de inseguridad, desde siempre: “Hablan los chorros. Los arreglos de la cana.

El verso de los medios”.

Enero de 1987. Se promulga la Ley de Punto Final. Escriben Miguel Bonasso y Osvaldo Soriano

Febrero de 1987. El gobierno encara un año electoral con “las privatizaciones, la reforma del Estado, el traslado de la Capital, etc.” en cartera. La crítica más fuerte: soslayar “los conflictos sociales”.

Domingo 6 de septiembre de 1987. Luego de 25 años los argentinos renovamos gobernadores y diputados. La primera elección de Página/12.

Miércoles 14 de octubre de 1987. Una hermosa frase de Borges para describir el encuentro de Alfonsín, Cafiero y la CGT.

23 de octubre de 1987. Lorenzo Miguel y Ubaldini llegan a acuerdos sindicales y fijan un paro de 12 horas.

Martes 19 de abril de 1988. Educación, paros y energía hace treinta años: una tapa oscura que rescataba el inicio de clases en medio de los apagones.

Martes 29 de diciembre de 1988.

El dólar toca los cinco australes.

Sábado 12 de agosto de 1989. Dos versiones contrapuestas sobre el encuentro de Menem y Alfonsín, dos tapas posibles.

Domingo 8 de octubre de 1989. El indulto y la famosa tapa del día después: una metáfora de la memoria y en contra del olvido. “Nada puede quedar totalmente en blanco. Ni siquiera esta hoja de papel destinada a la tapa de Página/12, ahora seguramente surcada por pliegues, imperfecciones, pequeñas manchas, sombras. La historia de un país tampoco puede quedar en blanco”, escribía Lanata en el editorial.

Sábado 22 de julio de 1989. Menem y la futbolización de la Argentina. Página/12 cambia su nombre, una jugada con pocos precedentes en la historia de los medios gráficos.

Martes 15 de mayo de 1990. Menem da un discurso frente a empresarios y sindicalistas. Una de sus frases es el mejor título. Y en la foto de tapa, los miembros de la Sociedad Rural se matan de risa.

Viernes 8 de junio de 1990. Empieza el Mundial de Italia, Argentina juega el partido inaugural contra Camerún y la tapa se publica en italiano con la intención de captar la atención de un país copado por el fútbol.

Jueves 9 de agosto de 1990. Argentina apoya el bloqueo a Irak y ofrece tropas.

Martes 19 de marzo de 1990. Menem calificó de “enemiga” a la “prensa amarilla a la que no le gustó el tema de los indultos, ni el envío de las naves al Golfo Pérsico, ni el caso Ginebra, ni otras cosas que estamos haciendo”. Esta fue la respuesta de Página/12.

Domingo 20 de marzo de 1994. El último número de Página/12 dirigido por Lanata, con su editorial de despedida y una foto de Menem cita la vieja publicidad de analgésicos Geniol para ilustrar la visita de Al Gore y la presión norteamericana por las patentes de los medicamentos.

Jueves 1 de octubre de 1998. La pregunta era: ¿En qué se va la plata del Presupuesto Nacional? La respuesta: un agujero en medio de la revista que representaba el enigma, el misterio, la falta de respuesta.

Jueves 16 de julio de 1998.

El regreso de Lanata a la prensa escrita, el primer número de la revista Veintiuno: ¿Tendremos alguna vez la llave para saber qué está pasando?

Jueves 21 de enero de 1999.

El caso Cabezas y las maniobras de Duhalde para desviar la investigación.

Jueves 28 de diciembre de 2000. Las presiones políticas que dejaron a Lanata sin pantalla en la televisión abierta.

Jueves 11 de enero de 2001. El fenómeno cultural de la temporada.

6 de abril de 2008. La relación entre Clarín y el kirchnerismo hace casi una década.

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