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El cartero llama dos veces

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3. Si un funcionario propusiera una “Ley de amor obligatorio”, terminaría en el Borda. Sin embargo, creen que puede decretarse el perdón aunque, como cualquiera sabe, el alma no acata las obligaciones. El perdón es una actitud individual y, como tal, no creo ser nadie para aconsejarle a otro que perdone. Personalmente creo que el perdón social es posterior a la ley; puedo perdonar al que cumplió su condena, pero no al impune ya que nada me indica que no pueda volver a cometer el delito que fuera.

Gris, burocrática, a veces parcial, en el fondo humana, la ley no es una solución milagrosa pero creo que es lo mejor dentro de lo que tenemos al alcance.

4. Si la Policía o el Ejército utilizaran su coraza corporativa para la introspección, quizá pudieran descubrir que en su historia como institución han sido más perjudicados por la tortura que por el periodismo. Si el símbolo del uniforme es Astiz, ¿cómo hacer para que vuelva a ser San Martín? ¿Belgrano se hubiera acogido a la obediencia debida? ¿Rosas hubiera nombrado a Martínez de Hoz? ¿Mitre hubiera tenido un grupo de tareas? ¿Güemes hubiera robado en un allanamiento? ¿El Ejército de los Andes se hubiera quedado con chicos secuestrados? Para decirlo de otro modo, creo que es la corrupción y no la denuncia la que demuele las instituciones.

5. Te agradezco tu reconocimiento hacia la revista como periodismo independiente, porque es eso lo que hacemos y lo que muchas veces nos lleva a que todo nos cueste el doble: escasa publicidad, boicot informativo, salida de la tele, etc. Pero también creo que nos falta mucho, y es desgraciadamente cierto que muchas veces somos parciales, y otras tantas corporativos o injustos. Podría decirte a nuestro favor que lo hacemos sin darnos cuenta, o que tenemos buenas intenciones, pero eso no sirve para nada. A veces nos dejamos ganar por lo trágico, y nos cuesta mucho equilibrar los contenidos; nos sentimos culpables otras veces por dar algo liviano cuando, en realidad, nadie escucha Wagner todo el día y el hecho de desenchufarse es por demás humano. También nos dejamos influenciar demasiado por el microclima y, a veces, eso nos aleja un poco de la gente. Confiamos profesionalmente en poder descubrir los hechos y, cuando lo logramos, el poder nos descalifica argumentando que no son hechos, sino opiniones, o críticas, o lo que sea pero con un gran contenido de “depende”. Eso lleva a que, por nuestro lado, polaricemos la opinión, y es injusto hacerlo. Quizá sea comprensible, pero no es justo para con el otro. Mi autocrítica no se refiere a las denuncias (ustedes saben que, en eso, trabajamos con la mayor equidad y seriedad posible) sino a nuestras opiniones: nos cuesta decir que el gobierno que sea ha hecho algo bien. No nos sale hacerlo. Y ningún gobierno, ni el más corrupto ni el más incompetente, hace todo el tiempo todo mal. También es cierto que no hablamos de las víctimas de la guerrilla, o de los policías que ahora mueren baleándose con delincuentes comunes. Es miserable que no lo hagamos. Si pensamos que un pibe de uniforme y sueldo de cuatrocientos mangos que muere de un tiro está bien muerto, somos nosotros los que estamos locos. No sé cómo se arregla este quilombo y lo único que se me ocurre es que hace falta tiempo y respeto mutuo. Nosotros tenemos que aprender a escuchar, y ellos también. Y todos por igual debemos someternos a la ley.

CRIMEN Y CASTIGO

Sr. Director: Espero que no tome esto como un abuso del más que generoso espacio que me ha concedido, pero ciertos puntos de su respuesta hacen indispensables algunas aclaraciones:

1. Ni yo ni mi familia nos sentimos identificados o contenidos por el gobierno de Videla y cía., y puedo asegurarle que si a mi abuelo, que era civil, no lo hubieran asesinado, habría sido perseguido y probablemente encarcelado por el Proceso. El hecho de que Massera este libre no me compensa el que Galimberti no sólo siga impune, sino que sigue currando a cuatro manos.

2. No creo que la palabra “perdón” incluya o implique el concepto de impunidad pero, para no entrar en una discusión de semántica, le aclaro que el perdón al que me refiero no necesita de indultos ni de impunidad, el castigo es absolutamente necesario, y el que más lo necesita es el propio castigado. Dostoievsky, en su genial Crimen y castigo, nos muestra un personaje enfermo de culpa que sólo encuentra paz y redención en el castigo de su crimen.

3. Muy probablemente usted tenga razón en cuanto a la broma de Guinzburg. Pero cuando vi esa imagen no pude evitar asociarla a los “Escraches” que le joden la vida al pobre tipo que tiene la mala suerte de vivir en la misma cuadra donde supuestamente vive un “Monstruo asesino”, o a la imagen de un hombre mayor que, por decir que la guerrilla también mató gente, es golpeado por una horda que espera en la puerta de tribunales la salida de Videla, o por etc., etc., etc., un interminable etc.

Hernán Pablo Caponnetto

P. D.: Le pido por favor la publicación de estas aclaraciones.

MONTONEROS S. A.

Sr. Jorge Lanata: El día 19 de septiembre de 1974, los hermanos Juan Born y Jorge Born fueron emboscados por los terroristas que ensangrentaron el país, quienes practicamente ajusticiaron a un hombre de su gran amistad y confianza, el doctor Alberto Bosch, y su chofer, Juan C. Pérez. Producido el secuestro y posterior cautiverio que duró varios meses, la ciudadanía se enteró de que para liberarlos se había pagado un rescate de 60.000.000 de dólares (aún hoy récord mundial en este tipo de delitos). Hoy asistimos estupefactos a la integración de una sociedad entre el tristemente célebre montonero Galimberti y el Sr. Jorge Born, no he encontrado a nadie que pueda entender esta asociación habida cuenta de lo antes relatado y quisiera saber si la familia Bosch mantiene alguna relación con el Sr. Born.

Por otra parte, si se recuperó el rescate o parte de él es algo que la sociedad necesita conocer. En cuanto a la señora Susana Giménez, indiscutiblemente la reina del rating en nuestro país y tal vez en otros, no entiendo cómo el Comfer no la sanciona permanentemente por el tramo de su programa donde, entre las 20 y 21 horas, se cuentan chistes “verdes” sin ahorrar ningún tipo de grosería y por supuesto escuchados por todos. Ella y el Canal 11 saben que el horario de protección al menor comienza a las 22 horas, pero ninguno de los aludidos se da por enterado.

Agradeciendo la publicidad de la presente saludo usted muy atentamente.

Edgardo Duprat

Olivos

LOS SETENTA

Jorge: No recibas lo que quiero decirte como grandes sentencias o juicios pretenciosos. Te escribo desde la bronca y la confusión, desde (“de alguna manera”) la ilusión de que alguien empieza a trazar un camino nuevo. No tengo mucho que decir, pero sí quisiera que le hagas llegar a Martín Caparrós un abrazo mío, tan lleno de malentendido como de esperanza, porque no hizo otra cosa que decir lo que yo querría haber expresado. En su artículo “Olvidemos los setenta”, así como en aquel maravillosamente sincero cruce de cartas con Zlotogwiazda, él me hizo pensar en que hay quienes olvidaron, en que hay quienes duran y jamás entenderán, en que hay quienes ya no tienen lugar más que dentro de la manta del poder (y se van pudriendo), y de que hay algunos, “hay algunos”, que ni olvidan ni se estancan, que ven que hay cambios de rumbos y que soplan otros vientos y que el Che murió y ven que la única forma de crecer es comenzar a escuchar el presente que aúlla, de bronca y de hambre, de los que están vivos. Tengo 21 años y una herencia que no entiendo.

Alguien me puede explicar por qué me hacen sentir culpa cuando creo que está bien que no quiera tirarle un piedrazo a un cana. Está bien que crea que por callar las “identidades” en alguna forma me cagaron. No quiero que me inviten al seminario de un banco extranjero, pero tampoco quiero romper un cajero. Sé que son dos extremos, y no estoy hilando tan fino, sino expresando un sentimiento que no entiendo del todo. Y no me digan que porque soy un pendejo y no lo viví no sé nada, y no me digan que eso ya pasó y que hay mirar para adelante (o para el norte) como si nada, y no me digas concheto, y no me digas zurdo de mierda, y no soy burgués y no tengo ninguna remera del Che. Y no soy culpable de que no entienda nuestra historia, porque todos, todos, habrán pasado el codo por la tinta de lo quedó escrito en los setenta. El resto son las palabras de Caparrós. Y lo que haga yo ante el reclamo de los “vivos”.

Nicolás Ezequiel Fonsecazas

21 años

UNA NINFÓMANA

Hola, XXI: Quería felicitarlos por la revista, me gusta la onda, en general de todo lo que tenga que ver con Lanata y Zloto. Pero desde el pri… segundo número había siempre seis hojas que me sobraban y eran las de hermosas chicas mostrando sus atributos a los lectores hombres (quizás a ellos no les sobraban), bueno, ok, espero hasta el numero 18 (¡dieciocho!), por fin HOMBRES mostrando sus atributos… (pero me faltó el pelo en pecho!).

María Laura Tilkin

P. D.: ¿Tendremos que esperar otros 18 números?… Si mal no recuerdo la población es 51% mujeres y 49% varones, así que un poco de equidad y un número de bombachas, otro de zolcilloncas, un número de bombachas, otro de zolcilloncas, etc., etc.

P. D. 2: ¿Para cuándo una página en internet?

N. del D.: Y lo mosquita muerta que parecías…

EL ENIGMA DEL CORREO

Ya que algunas cartas plantearon dudas sobre el punto, y para que no se transforme en un enigma como el de la Momia de Titanes en el Ring, aclaramos que “N. del D.” es una convención viejísima que significa “Nota del Director”, lo que significa que el correo, su edición y las respuestas a las cartas está a cargo de Jorge Lanata. Ya sabemos que habría sido mejor que las respondiera Leonardo DiCaprio, pero esto es el Tercer Mundo y es lo que hay.

HOMBRES NECIOS QUE ACUSÁIS

Jorge: Gracias por la contestación a mi carta, ante todo. Este fax es muy simple, es para decirte que yo te banco con los $4 básicamente porque me encanta leer tus notas, y que la revista es muy completa y porque me parecen gente hiperinteligente. Admito que $3 es una cosa y $4 es otra (con toda la profundidad que este comentario merece), pero querés que te diga algo: ¡lo vale! Ojalá algún día te pueda conocer personalmente.

Jimena Passalacqua

P. D.: Por ahí me dijeron que vos ni en pe… eras el que contestaba las cartas, yo creo que sí. Pregunto: ¿me merezco el DNI del Boludo? Besos.

N. del D.: Jime, me descubrieron. Es cierto: yo a duras penas sé leer y escribir y, en verdad, quien contesta por mi las cartas, escribe mis notas e hizo todos mis libros es mi tía Nélida. Una cosa más: dice mi tía que si lo ves al que te dijo eso le digas que es un forro.

A CADA “GE” LE LLEGA SU “JOTA”

Querido Jorge: Antes que nada, quería felicitarte por tu revista, no por su tirada sino porque me parece admirable que una revista del carácter de XXI pueda mantenerse independiente y fiel a su estilo.

Con respecto al tema del momento, el aumento de precio de la revista, quería decirte que guardo como colección cada número de la revista (y su regalo), y que esto no va a cambiar por eso. A mí no me molesta el peso en sí (no por cuestiones económicas, sino porque la paga mi papá), sino que creo que es un mensaje jodido (bah, tal vez un reflejo de la realidad que nos toca vivir) que una revista con las características anteriormente mencionadas tenga que aumentar su precio, tal vez por problemas financieros, tal vez por la falta de publicidad (lo que me da vergüenza ajena por las empresas que se fijan en quién hace la revista y no en quién la lee).

Ahora, el verdadero objetivo de esta carta era proporcionarle una respuesta al lector Alberto Berbeglia, quien la semana pasada pidió una información sobre la cortina musical de Día D. Esta es el principio de la canción “Runaway Train”, de Elton John (canción n.º 4 del CD The One). Se le respondió algo sobre un tema de la banda de sonido de la película Arma mortal, esta cortina fue utilizada en realidad como cortina del programa radial Rompecabezas.

J. Y.

P. D.: El nombre firmante no es ficticio, y cualquier similitud con el nombre del firmante de la sección “El chiste” de la revista se debe a que muchos de los chistes publicados son, en realidad, de mi propiedad. Analizando la posibilidad de iniciar acciones judiciales por esto, me despido y saludo muy atte.

N. del D.: Vamos por partes:

1. En el caso de Rompecabezas, yo solo elegí la cortina, le puse título al programa y lo conduje durante tres años.

2. En el caso de Día D lo mismo, pero durante dos años.

3. Tenés razón vos.

4. ¿No te acordás de qué hice en la mañana del 5 de abril de 1964?

5. Si le hacés juicio a GY este es el momento, porque me comentaron que debido al frenético éxito de su sección “El chiste” está estudiando la posibilidad de lanzar una revista aparte con ese título y doscientas páginas de chistes por semana, a tres pesos con noventa y nueve, para cagarnos.

XXI, REVISTA PORNO (I)

Sr. Director Jorge Lanata: Lamentable, señor Lanata, realmente lamentable; ¿cómo una revista que se precia de seria va a publicar una porquería como “La Máquina de Coger”? Usted sabe que su Revista la leen los mayores, pero también llega a las manos de los menores de edad; más de una vez usted ha publicado cartas que le han dirigido los niños y que me han emocionado como aquella en la que le enviaron el dibujo de una hormiga y usted contestó que casi lo había picado. Hace una pila de años, en tiempo de Caras y Caretas, circulaba Caricaturas, una revista pornográfica, cuyos relatos resultarían hoy cuentos de hadas, comparados con las barbaridades que se leen en “La Máquina de Coger”. Permítame aconsejarle, Sr. Lanata, que no continúe con esas publicaciones, que tanto mal hacen al prestigio que su Revista se ha sabido ganar. Conste que tengo 71 años y que ya nada me asusta; pero realmente considero que los cuentos eróticos del calibre del que comento no merecen aparecer en las páginas de “nuestra revista” XXI.

Lo saludo muy atte.

José M. Lage

La Plata

N. del D.: Estimado José, no sé si tuvo oportunidad de leer el correo pasado, porque allí yo hice referencia al tema y comenté que, quizá, estuvo desacertada la publicación de ese cuento. Fíjese que hablo del cuento y no del título, porque haber respetado la traducción española “La máquina de follar” hubiera sido más lamentable, por lo idiota. Le escribo esta respuesta a la una de la mañana del sábado, y después de haber leído varias cartas que insisten en el argumento del mal ejemplo a los chicos. Nada personal, pero le tocó a usted: estoy harto de escuchar esa pavada del mal ejemplo a los niños. Es patético que todos los que se golpean el pecho con eso se callen la boca, diariamente, con verdaderos malos ejemplos para nuestros hijos. ¿Usted notó cómo los grandes tratamos a los chicos? ¿Cuántas veces al día escucha a personas mayores insultando o denigrando a sus hijos? ¿No recuerda, en el colegio, a ningún maestro humillando ante la clase a alguno de sus compañeros o a usted mismo? ¿Nunca vio cómo los grandes abusan de su fuerza con los chicos? ¿Usted no cree que mentirles a los chicos es violento y no perecedero? ¿Usted cree que respetan a los chicos los padres que los obligan a vivir su propia vida y no la de ellos? ¿Piensa que es respetar a los chicos obligarlos a una religión, a un tipo de valores, a determinada vida, sin darles tiempo para elegir? ¿Qué hace usted con los chicos cuando le preguntan por la AMIA o por la deuda externa? ¿Les pega? ¿Los enchufa en el Cartoon Network? ¿Nunca vio a los grandes inventándoles miedos a los chicos? ¿Usted mismo no les inventó algunos? ¿O no le inventaron, hace años, algunos a usted? ¿Su “idea correcta” de la defensa de los chicos sostiene la virginidad? ¿Cree que es mejor que se hagan la paja a que entre chicos de la misma edad se sientan y se conozcan? ¿Respetan a los chicos los padres que los llevan a debutar con putas? ¿No cree que la abstinencia es más perversa que el sexo? ¿Cuál de las dos está contra la Naturaleza? Usted nos dice en su carta: “a mi edad ya nada me asusta”. ¿Se acuerda de una tapa de esta revista que decía que “de cada 10 causas por delitos económicos, sólo una llega a tener condena”? ¿Eso no lo asusta? ¿Coger le asusta? ¿O sólo que alguien diga “coger” pero no el hecho en sí? Los chicos a los que se refiere ¿salen vendados a la calle? ¿Toman clases particulares? ¿Nunca se encuentran con otros chicos? Lamento decírselo, pero en cuanto se escapen de su control y se vean con otros chicos, el poder de control de los grandes sobre su cabeza se va a convertir en arena. A veces no parece, pero hay vida allá afuera.

ME VAS A SACAR CANAS VERDES

Carta de una hija

Queridos Mamá y Papá: Ya han pasado tres meses desde que dejé la universidad. Dude mucho en escribirles esta carta y me arrepiento de haber dejado pasar tanto tiempo sin escribirles. Los pondré al día, pero antes de leer esta carta deben tomar asiento. NO LEAN NADA MÁS SI NO ESTÁN SENTADOS. Bueno, estoy bastante bien. La fractura de cráneo y clavícula que me hice al saltar por la ventana cuando se incendió mi dormitorio, al poco tiempo de llegar, ya están casi curadas. Sólo algún que otro dolor de cabeza, pero no más de una o dos veces al día. Afortunadamente, el incendio y mi salto fueron observados por un empleado de una estación de servicio y fue él quien llamó al Departamento de Bomberos y a la ambulancia. También me visitó en el hospital, y como no tenía lugar donde vivir (las llamas destrozaron el departamento) me ofreció muy amablemente compartir su casa. Es una casita muy humilde, pero es agradable. Él es un buen muchacho y al poco tiempo nos enamoramos, estamos planeando casarnos. Todavía no fijamos una fecha, pero será antes de que comience a notarse mi embarazo. Así es, Mamá y Papá, estoy embarazada. Sé cuánto desean convertirse en abuelos y pronto habrá un nietito esperando recibir todo el amor, el cariño y el cuidado que ustedes le puedan brindar. La razón del retraso del matrimonio es porque mi novio tiene un infección menor que evita que podamos pasar el análisis de sangre prematrimonial. Pero me tiene sin cuidado, pronto estará solucionado con las inyecciones de penicilina que nos aplicamos diariamente. Sé que le darán la bienvenida y lo aceptarán en la familia con los brazos abiertos. No es un muchacho muy educado, pero es amable y ambicioso. Pertenece a otra raza y religión un poco diferente de la nuestra, pero sé que eso no será un problema, como tampoco el hecho de que el color de su piel sea un poco más oscuro que el nuestro. Estoy segura de que lo amarán tanto como yo. No conozco mucho a su familia pero sé que son buena gente, por ejemplo, sé que su padre es un importante comerciante, en un pueblito en África, que es de donde viene. Bueno, ya están al tanto de mi situación. Quiero decirles que no ha habido ningún incendio, no he sufrido ninguna fractura de cráneo o clavícula, no estuve en ningún hospital, no estoy embarazada, tampoco estoy comprometida, no tengo sífilis ni nada parecido y no hay ningún hombre en mi vida. Sucede que me saqué un 2 en Historia y un 1 en Matemática y quería que vieran esos resultados desde una perspectiva positiva. Su hija, que los quiere.

Enviada por el lector Mariano J. Fernández

UNA DAMA

Querido y muy admirado Jorge: Hola, ídolo!!!! Si supieras cómo te amo, si no fuera que fumás como un enajenado y despedís humo hasta por el culo, serías el hombre de mi vida: sos Tan inteligente, Tan brillante, Tan inobjetable… por esto y todo lo demás me atreví a escribirte brevemente para proponerte algo… Ahí va: ¿qué tal si junto con Zloto, Martín y otros con el pensamiento paralelo al de ustedes, conforman un partido político…? NO TE RÍAS, PARÁ DE REÍRTE, JORGE! Es en serio lo que te digo. Yo, con mis 18 años, estoy desorientada como Adán en el Día de la Madre y tantísimos amigos, parientes, compañeros de facu y de laburo, conocidos lectores de XXI (por lo que deduzco de las cartas que te llegan), estamos asqueados de estos políticos corruptos de mierda que sólo aspiran a llegar para llenarse los bolsillos, ni en pedo se calientan por el prójimo, salvo que sea un pariente para colocarlo en algún puestito bien rentado… Si queremos REALMENTEhacer algo para salvar a este país (y si es que TODAVÍA estamos a tiempo y puede ser salvado) y no caer en profundas depresiones, tenemos que empezar a actuar. Por eso te pido que no lo tomes a risa, que NECESITAMOS CREER EN ALGO: ESTAMOS REPODRIDOS DE LA MISMA CAGADA DE SIEMPRE: PROMETEN, CON PALABRAS ESPERANZADORAS, QUE ESTO VA A CAMBIAR SI ELLOS (DE LA RÚA, MEIJIDE, DUHALDE, ETC.) GANAN, pero lo más probable, lo seguro, es que una vez que agarraron el queso se olvidan de todo y una se siente una pelotuda, porque así se siente mi vieja que tiene 42 y votó primero al ¿peronismo? y más tarde a la Alianza: la cagaron siempre y la seguirán cagando. Si tu respuesta es seguir riéndote, por lo menos dame un consejo para el 99: en blanco?, papel con sorete?, vomitada? Qué? Y CONTESTAME! TE QUIERO!

Fernanda Martín, Olivos

N. del D.: Fernanda, ¿todo eso lo aprendiste en el recreo? Poné pausa en el video de El Exorcista, donde la chica vomita desde el techo, y releé un segundo tu… sutil, sexy, femenino y atractivo lenguaje:

1. por el culo

2. de mierda

3. ni en pedo

4. la misma cagada

5. una pelotuda

6. cagaron siempre

7. seguirán cagando

8. sorete

9. vomitada

Si hubieras llegado a diez pasabas al repechaje. Una observación demasiado machista, ¿no? Disculpame, pero soy de esos jovardos a los que les gusta que las chicas hagan de chicas y no de entrenador de marines. Sobre tu propuesta política: no, gracias. Sobre el resto: yo también te quiero, pero tratá de ser nena.

QUE DIOS NOS AYUDE

Estimado Jorge: El número pasado por primera vez me puse mal con vos al ver la nota de los homosexuales. Y no porque comentes la problemática social de ellos. Sabés una cosa: DIOS AMA A LOS HOMOSEXUALES, A LAS LESBIANAS, A LAS PROSTITUTAS, A LOS GAYS, LOS TRAVESTIS Y A TODO EL MUNDO. PERO DIOS ABORRECE: LA HOMOSEXUALIDAD, EL LESBIANISMO, LA PROSTITUCIÓN, EL TRAVESTISMO Y A TODO PECADO. No es una cuestión de amar o no amar a esta gente, no hay duda en que hay que amarlos incluso ni hay que juzgarlos porque de eso se va a encargar Dios. Pero si vos venís a mi casa con 10 kilos de cocaína, armado hasta los dientes y con cinco amigos prófugos de la cárcel seguro que, si bien te voy a amar y no discriminar, tampoco te voy a hacer pasar para dormir con mis hijos y permitirte que les des una clase de armamentos y de cómo traficar drogas. ¿Soy claro? Bueno, cuando vos publicás notas de este tipo hacés lo mismo: promocionás al pecado, le das prensa a la inmoralidad, a la vergüenza, a todo lo que está en contra de aquel que seguramente invocás como Dios.

No sé editorialmente que rédito te pueden dejar notas de este tipo y tampoco me importa si el mundo se dio vuelta y ahora la gente consume esto.

Sí sé que lo que dice Dios nunca pasa de moda. Dice la Biblia: “Cielos y tierra pasarán, pero mi palabra no pasará”, y en el libro de Romanos capítulo 1, versículos del 18 en adelante, dice Dios lo siguiente: “Porque la ira de Dios se revela desde el cielo contra toda impiedad e injusticia de los hombres que detienen con injusticia la verdad… de modo que deshonraron entre sí sus propios cuerpos, ya que cambiaron la verdad de Dios por la mentira… por esto Dios les entregó a pasiones vergonzosas; pues aún sus mujeres cambiaron el uso natural por el que es contra naturaleza, y de igual modo también los hombres dejando el uso natural de la mujer, se encendieron en su lascivia unos con otros cometiendo hechos vergonzosos hombres con hombres y recibiendo en sí mismos la retribución debida de su extravío”. Y como ellos no tuvieron en cuenta a Dios, Dios los entregó a una mente reprobada. Por todo esto es que pienso que no es una cuestión de “derechos” sino de obediencia o desobediencia, libertad y no libertinaje.

No te juzgo y no quiero afirmar que lo hacés por el sólo hecho de vender más revistas, pues considero que sos más que inteligente para hacerlo por otros medios. Pero, querido Jorgito… terminemos de una vez con la exaltación de lo malo, no nos engañemos, lo natural es lo correcto, no imagino un mundo de homosexuales porque simplemente se va a acabar a medida que se vayan muriendo, sí acepto que hay gente que está mal, que necesita del amor verdadero de Dios. Cuando ellos dicen que los dejen amarse es mentira, eso no es amor. El amor te produce bienes y no males, el amor no te contagia de HIV, no te somete a operaciones estéticas horrorosas, no destruye a otras familias, no te lleva a andar con drogas, ni a prostituirte, no es egoísta, no te lleva a la infidelidad. El amor de Dios forma familias ejemplares, con hijos similares, que trabajan y que luchan por un país diferente. En nombre de un gran número de cristianos que amamos a la Argentina, es nuestro deseo que la palabra de Dios se conozca. Que, entre tantas voces, Dios “fuente de toda razón y justicia” se escuche.

Walter Coq

P. D.: Espero sepas interpretar esta carta y deseo que siempre tengas la valentía que estás demostrando, incluso para defender las verdades de Dios, tu creador. Un fuerte abrazo!!

N. del D.: Walter, menos mal que al comienzo aclarás que no hay que juzgar a nadie. No quiero pensar lo que serás juzgando… Yo pensé que, a los 38 años, ya no me iba a asombrar por lo que dijeran sobre mí, pero lo lograste: nunca me habían dicho que “promociono el pecado”. Espero que pienses lo mismo de la Iglesia católica apoyando a los nazis en la Segunda Guerra o a los milicos de la dictadura. Desgraciadamente sigo creyendo que la relación voluntaria entre dos personas adultas es un derecho que nos asiste. Yo también creo en Dios, y no lo siento tan chismoso como para meterse en mi cama; debe tener preocupaciones más importantes. Recién ahora advierto que estamos en un problema: estás leyendo la respuesta de un tipo al que le gustan las chicas. Que lástima, ¿no? Si no fuera así, podrías acusarme de corporativo, o lascivo, o promotor de pecado a comisión. O peor, a lo mejor dudás: este Lanata debe ser medio trolo pero no lo cuenta. ¿Sabés qué? Si más o menos me conocés tendrías que darte cuenta de que, en ese caso, yo sería una especie de Fernando Noy. Si lo fuera, esperaría tener el coraje para decirlo, comprarme un par de calzas violetas y salir de levante. (Perdón por lo estereotipado del ejemplo.) Vuelvo al asunto: como dirían en Tribunales, no me comprenden las generales de la ley. Tampoco soy negro y detesto la discriminación, o desocupado y critico el ajuste. Así es la vida. No veo por qué calificás la homosexualidad como un hecho “antinatural”, a menos que pienses que lo único natural respecto al sexo es la maternidad. Si es así, lamento contarte que te estás perdiendo algunas de las mejores partes de la película. Tengo la impresión de que, por el contrario, es natural porque puede realizarse con el cuerpo y en la Naturaleza (no me refiero a los yuyos, o sí, pero también a cualquier otro lado). ¿No te suena un poquito parcial el paralelo con lo que suponés “el amor”? (imagino que hablás de las relaciones entre hombres y mujeres). Fijate:

1. Para vos “el amor” no contagia VIH. Error: depende, mujeres u hombres pueden ser portadores del virus por una tranfusión insegura o por el uso de jeringas. Hay, de todos modos, otras enfermedades más antiguas entre chicos y chicas: sífilis, gonorrea, etc.

2. Preguntales a las señoras que se hacen las gomas si “el amor” no las presiona hacia la cirugía estética.

3. De Romeo y Julieta para acá, tu afirmación de que “el amor” no destruye familias suena un poco endeble.

4. Que el amor “no prostituye” es obviamente falso, y el propio Jesús daría testimonio de eso: acordate de que hubo una puta entre las tres personas que fueron a verlo a la Cruz.

5. Sobre aquello de que “el amor no lleva a la infidelidad” sería interesante conseguir las ponencias del último Congreso Mundial de Hoteles de Alojamiento.

No quisiera que interpretes estas líneas como una discusión sobre la fe: no soy quién para darla y prefiero no meterme en la vida íntima de los demás. Si lo vieras así, mi respuesta sería irrespetuosa. Creo, sin embargo, que no hablamos de fe porque tu carta extrapola algunos conceptos religiosos a la vida de los demás, católicos o no. Aceptar la libre elección sexual de las personas adultas no significa obligar a los demás a ser homosexuales. Por otro lado, el resultado de la influencia confesional sobre la vida privada ha sido históricamente desastroso y muy perverso: desde las camisetas de cilicio que usaron los religiosos católicos para separarse del cuerpo hasta el fomento de la virginidad que sí provocó un aumento de la prostitución, la infidelidad, etc., etc. Lo increíble del asunto es que somos personas; quiero decir: importa poco que algo esté bien o mal visto, prohibido, dentro del horario de protección o lo que fuera. Cualquiera de estos temas es tan antiguo como el hombre.

LET IT BE

Jorge: Nunca en mis cuarenta años he sentido que alguien se identifique en la medida que vos lo hiciste con mi sentimiento a través de la frase: “Imagínense cada día de todos los días de nuestra vida fingiendo ser otros”.

Fui modelando año a año una identidad que hoy me pesa incalculablemente porque no viví mi vida… por cobarde… ¿por cobarde? Con una mujer extraordinaria que nunca supo ni sabe mi verdad, con hijos ya adultos y nietos; así y todo hay una gran parte mía sola e insatisfecha. Exitoso en mi profesión, con una carrera que me hace destacado en mi comunidad; y una tradición familiar sumamente pesada, que aplastó mis deseos y mis pasiones. Y, sin embargo, no fui yo. Viví en mi propio exilio. Temeroso de la represión, del desprecio, de la burla, de la marginación. ¡Y yo que creía que evitando todo eso sería exitoso!… Y ahora me vengo a dar cuenta de que no viví mi vida, no viví una vida propia, sino la que esta sociedad occidental, católica, machista y aluvional me permitió vivir… ¡qué me pueden decir!… jodete… Quizá también porque aquel tiempo no era el mejor para ser homosexual, puto, gay y me habían enseñado que no había nada más patético que un mariquita viejo.

Lo terrible, Jorge, es que ya no se puede volver atrás y ya no puedo vivir porque estoy pagando cotidianamente la vida de un montón de seres maravillosos que me rodean… pero como vos decís muy bien: imaginate cada día de todos los días fingiendo ser otro. Si bien tuve muy pocas y esporádicas experiencias homosexuales y una gran pasión que erradiqué, como Dios manda, hace dieciocho años, aún vivo añorando y llorando lo que nunca viví. Gracias por el encuentro espiritual y la posibilidad del grito.

Carlos Cordero

(Perdoname, pero mi nombre tampoco es verdad, no puedo usar para esta verdad el nombre de mi mentira.)

ANDREA, LAS MORDAZAS Y LOS CUBANOS

Querido Jorge: Aunque a vos no te importe, eras uno de mis ídolos. El sueño de mi vida era hacer algo notable para que vos me hicieras una entrevista. Pero bueno, yo soy una persona del común que lamenté enormemente cuando saliste de la TV y que tiene casi todas las revistas XXI. El caso es que cuando abrí la n.º 32 y vi ese título, “Mordaza a la cubana”, la volví a cerrar y miré la tapa pensando: ¿qué agarré? ¿Para Ti? Chau, ídolo.

Vos dirás que XXI es abierta a todas las maneras de pensar; que respetás las ideas de todos los que escriben; etc. Pero… siguiendo así podés llegar a publicar una reivindicación de Videla, Massera, Pinochet y cía. O una defensa a María Julia.

Es peligroso publicar esos artículos; nos hacen pensar: “¡Qué bueno! ¡Qué libres somos los argentinos!”. Cuando en realidad, vos lo sabés muy bien, el único país libre de Latinoamérica es Cuba. Todos los demás somos HIJOS APROPIADOS ILEGALMENTE de la Madre Patria “Adoptiva”, Estados Unidos.

Está de más que te explique la diferencia entre un país con “libertad de prensa” y súbdito de los yanquis y un país LIBREcon prensa controlada. ¿De qué nos sirve la libertad de prensa si ni siquiera la prensa es realmente nuestra? En Cuba, hay que cuidar y preservar la imagen del gobierno y la Revolución ante el resto del mundo, pues salvaron a millones de ciudadanos de la miseria y la ignominia. Por eso, ningún cubano que viva en su país, adaptado al sistema, va a sentirse “amordazado”, porque no tiene nada malo que decir del gobierno, de Fidel o la Revolución, que les dieron educación, salud y dignidad. De los “gusanos” ni me gasto en escribir. Nosotros sí que tenemos para hablar mal de los gobiernos, los políticos, los militares, etc., etc.; pero ¿de qué nos sirve si no nos dan ni cinco de bola? ¿De qué les sirve la libertad de expresión a los millones de analfabetos argentinos? ¿De qué a los desocupados, a los marginados, a los hambrientos, a los enfermos que acuden a los hospitales públicos, a los maestros, a los jubilados, a…? ¿Cuánto hace que se “expresan” reclamando, protestando, marchando, ayunando, parando, cortando rutas? ¿Qué resultados obtienen?

Dejen a Cuba en paz. A ellos lo único que los perjudica es el bloqueo. Es hora de que la prensa en general pare con la campaña anticastrista. El pueblo cubano es feliz, ama la Revolución y elige a Fidel porque le dieron la “vida”. Comen todos los días, trabajan, estudian, se curan, viven. La mayoría de las historietas que se cuentan son mentiras. Nadie se quiere ir, y si se quiere ir, se va. Ninguna empresa privada los deja sin luz y sin agua; ninguna imprevisión los deja sin bosques; ningún plan económico los deja sin trabajo. PUEDEN tomar helado, masticar chicles y otras trivialidades que, a los argentinos, cuando vuelven de veranear en Varadero, cuentan con horror: ¡pobres cubanos! ¡No pueden…! ¡MENTIRAS! Hasta miran novelas brasileñas y colombianas por TV y tienen la suerte de que NUNCA va a salir María Julia en su pantalla diciendo que la protesta de los barilochenses por los incendios es “una reacción propia de la izquierda”.

Dejen a Cuba en paz. Y sigamos haciendo uso de nuestra invalorada e inútil (no por los que hablan sino por los que escuchan) libertad de expresión reclamando TODO lo que nos arrebataron, lo que nos deben desde siempre. A lo mejor, quién te dice, algún día la gota termine por horadar la piedra. No sé si compro el número 33.

Andrea Cecilia Eguía

La Plata

N. del D.: Andrea, voy a cometer, en esta carta, un error que cometo casi siempre y del que casi siempre, después, me arrepiento: no voy a especular. No quiero armarme una aceitada respuesta política (suponiendo que pudiera escribirla). Quiero responderte todas las barbaridades que se me vengan a la cabeza como si, en realidad, estuviéramos hablando y no leyéndonos. Allá voy.

Sí me importa que vos me hayas creído uno de tus ídolos. No me gusta pero sí me importa. No me gusta porque la admiración genera distancia y crea barreras. Y, como todos los demás, también yo hago un laburo público, entre otras cosas porque busco que me quieran. Ahora, Andrea, pensá un segundo: ¿yo era tu ídolo y dejé de serlo porque publiqué una nota? Alguna de las dos cosas no debe ser cierta. Si fue así es difícil de creer que el laburo de años se cayó porque una vez no estuvimos de acuerdo. Tal vez sinceramente vos lo veas así y, en ese caso, sí me molesta que me tomes como tu ídolo.

¿Por esa nota nos transformamos en Para Ti? ¿Ese es, según vos decís, el primer paso para reivindicar a Videla, Massera, Pinochet, María Julia? ¿Leíste tu carta después de escribirla? ¿Qué estás diciendo?

No creo que haya censura buena y censura mala. Hay censura. No hay censura buena si la hacemos nosotros y mala si la ejercen ellos. Del mismo modo que hay asesinatos y no “ajusticiamientos”, o robos y no “expropiaciones”. Si pensamos que no deben existir fueros especiales como justicia civil y militar, no entiendo por qué, a la vez, los impulsamos en nuestras definiciones.

Vos hablás de la libertad de los países como si esta fuera posible sin la libertad de las personas. Si los países son libres es porque sus habitantes lo son, y así visto, probablemente —y por distintas razones— quizá ni Argentina ni Cuba sean países libres.

Si oponés la libertad de prensa al hambre, o al analfabetismo, o a la injusticia social, es muy fácil justificar la censura. Pero también es falso. No entiendo por qué ambas cosas se tendrían que relacionar. No entiendo por qué la gente no puede comer y pensar a la vez, y elegir en ambas ocasiones. Es una obviedad, pero los que censuran, al hacerlo, se constituyen en seres humanos superiores que protegen a congéneres inferiores: es así porque ellos sí tienen capacidad para leerlo antes y censurarlo después, a ellos no va a enfermarlos la elección de la que sí hay que proteger al público.

No quiero ofenderte, pero el argumento “de qué les sirve la libertad de expresión a los analfabetos” es, aunque bastante popular, también bastante idiota. ¿Qué tiene que ver una cosa con la otra? ¿Por qué, censurando, los analfabetos van a lograr educación? Con ese criterio se podría preguntar: ¿de qué les sirven los brazos a los desocupados? Y entonces cortárselos por decreto. A la hora de hablar de la libertad de prensa en la Argentina, hago una eterna aclaración general: aquí hay, según la ONU, más de diez millones de “subpobres”, esa gente que no puede comer todos los días, mucho menos puede expresar sus opiniones por la prensa. Con dicha salvedad, creo que existe una relativa libertad de expresión en la Argentina, centralizada en los sectores de la clase media y con diversos episodios de presión estatal, ya sea en los gobiernos radicales como menemistas, a lo que se suma una intensa campaña judicial de “casuales” fallos adversos contra el periodismo durante los últimos años de este gobierno.

Imagino que estuviste en Cuba y que conocés bien su situación, e imagino eso porque de tu carta se desprenden afirmaciones con mucha seguridad. Yo también estuve en Cuba. Fui cinco o —no quiero ahora ponerme a hacer la cuenta— seis veces. La mitad de ellas fui a la isla invitado por el gobierno cubano. En uno de esos viajes, el primero, un Congreso Mundial sobre Juventud y Deuda Externa, tuve la oportunidad de conocer a Castro. Otras veces fui jurado del Festival Internacional de Cine de La Habana, y otra vez jurado del Premio de Periodismo de la Agencia Prensa Latina. También viajé a la Unión Soviética al cumplirse el aniversario número setenta de la Revolución y a Managua en ocasión de una asamblea ordinaria de la Sociedad Interamericana de Prensa, siendo director de Página/12. Relato estos detalles porque quiero contarte, desordenadamente, impresiones que fui teniendo a lo largo de todos esos viajes, en base a experiencias personales.

Afirmar lo que sigue es tan personal que no me parece representativo de nada, pero creo que es una buena síntesis: nunca hubiera podido fundar Página/12 en Cuba, ni hacer esta revista, ni hacer Día D. Es probable que muchos de nosotros, de haberlo hecho, estuviéramos presos o en problemas. Con sólo hojear la prensa cubana se puede evaluar esta afirmación: deberíamos haber escrito sobre el premio a la vaca lechera campeona en la tapa del Granma, o haber escrito la enésima apología a Guillén en Juventud Rebelde. Si pensás que digo todo esto porque allí no tendría trabajo, no sigas leyendo.

Pero ¿y entonces por qué aquella fascinación por el mito de la isla, y aquellas anécdotas conmovedoras, y aquellas contradicciones? Todavía hoy no lo sé. Sé que no puedo hablar de Castro como un dictador, pero sin embargo sé también que lo es. Pero sigo discutiendo estos temas como los discutiría con un amigo que creo equivocado. Es obvio que prefiero a los que quieren cambiar las cosas para mejorar la vida de todos que a los que prefieren cambiar las cosas para fusionar los bancos, pero sigo —dolorosamente— pensando que una situación justa no puede nacer de la unión de cosas injustas con cosas justas. La libertad y la igualdad tienen que ser posibles a la vez, y no justifico que se subordinen la una a la otra, en el orden que sea.

Vos decís que a la hora de hablar de Cuba, se miente mucho. Es cierto. Voy a contarte, solamente, cosas que me pasaron o que vi:

Las diplotiendas (en Cuba) o las berioshkas (en la ex Unión Soviética), aquellas tiendas de productos importados a las que sólo pueden ir los turistas, aunque también están llenas de funcionarios del partido. Es fuerte el contraste entre las vidrieras exclusivas y las chicas que se prostituyen por un champú.

Una chica, arquitecta, que me dice una noche en el Habana Libre que quería viajar a estudiar al exterior pero no la dejaban. “Parece que no nos tuvieran confianza”, dijo.

Las librerías, plagadas de libros de Lenin, Marx, etc., etc., etc. Y casi ninguna otra cosa. Libros, sí, increíblemente baratos.

El cambio paralelo.

Las anécdotas sobre Santiago Feliú, queriendo quedarse en Buenos Aires. O sobre Silvio queriendo dedicarse al cine.

Las historias sobre la persecusión a los gays y el terrible panfleto de Reinaldo Arenas.

Las mansiones de los dirigentes sandinistas en Managua.

Las historias de los disidentes en la Plaza Pushkin de Moscú.

El día —la tarde, en verdad— en el que se pegó, por primera vez, un cartel de protesta en el subte ruso. La noticia nunca salió publicada pero en pocas horas era conocida por todo el país.

Las “casas de protocolo” de los Montoneros en La Habana.

La “clase media” cubana, que yo creía inexistente.

Los nenitos “pioneros” formando fila para las delegaciones extranjeras con su pañuelo rojo y su discurso estudiado.

Te doy ejemplos personales y menores. Vos tendrías todo el derecho a decirme: ¿y qué? Si tuvieras que describir Buenos Aires hablarías de la gente comiendo basura en la calle, de las putas en Palermo, del Dock Sud, de los políticos corruptos, de la ley careta, de los cortes de luz. Sí, Andrea, tenés razón. Pero yo ya hablo de todo eso, lo denuncio y, con mis limitaciones, trato de cambiarlo.

Andrea, ¿sabés qué? Es todavía peor: quisiera ayudar a los cubanos. Sufren un bloqueo injusto y eterno, pelean una pelea desgastante y despareja y, aunque también tengan corrupción y errores y ceguera, llevan adelante una pelea noble, que no está basada en fusionar los bancos sino en atender a las personas. Pero no creo que los ayude callándome la boca. No creo ayudarlos si desconozco los errores que cometen. ¿Te acordás de aquella frase de la izquierda argentina que sostenía que criticarla era “darle pasto a la derecha”? Por no haberlo hecho a tiempo, no sólo le dimos pasto, también le dimos las vacas, el alambrado y los terneros.

No me gusta que me extorsiones diciéndome, al final de tu carta, que no sabés si comprar el número 33. No lo compres. No cuesto el número 33, y pagar cuatro pesos no te da derecho a evaluar mi vida o a que yo salte a tu alrededor como un monito.

VEINTIUNO: EN MENDOZA NO SE CONSIGUE

Jorge: Antes que nada aprovecho que te mando estas líneas para felicitarte por la revista. La descubrí un día, no hace mucho, en el aeropuerto, y me pareció muy interesante, más allá de las gastadas que me hacen algunas amigas y/o familiares, que dicen que soy muy pendeja para preocuparme por esas cosas (tengo 16 años). Pero resulta que ahora más de uno me quita la XXI a escondidas para darle una ojeada. El caso es que, desde aquel día, la vengo comprando cada vez que sale. Por eso es que hoy te escribo para contarte que soy una más de esos mendocinos que sufren de ciertas “anomalías” en la recepción de la revista. A saber: supe por la nota titulada “Pobre Moneta” que este gran admirador de tu trabajo había comprado todos los ejemplares correspondientes a la edición n.º 34 que había por estos pagos, lo que me causó cierta tristeza. Pero imaginá mi alegría cuando con el n.º 35 me entero de que el 34 me venía de regalo con sólo pedírselo al kiosquero. Pero aunque me recorrí todos los kioscos de la zona, el famoso y misterioso ejemplar n.º 34 sigue sin aparecer. ¿Cómo puedo hacer para conseguir el citado ejemplar? A mí me parece que 1500 no alcanzan. Se me ocurre que podrías imprimirlo de nuevo y esta vez si querés cobralo, somos varios los que nos quedamos con las manos vacías. Es cierto que el buey lerdo bebe agua turbia, pero yo igual te tiro la idea.

Bueno, por ahora me despido. (Pero no cantes victoria que ya voy a aparecer de nuevo.) Un abrazo fuerte desde la provincia del sol, el BUEN vino y los caballos talentosos.

Albina Manitta

Luján de Cuyo, provincia de Mendoza

N. del D.: No entiendo: ¿qué número 34? Nunca salió el número 34 porque era una semana bisiesta, entonces saltamos del 33 al 35. Si alguien te dijo que lo leyó te está jodiendo. Otra cosa, ya que te despedís hablando de los caballos de Moneta: ¿es cierto que, aparte de bailar un tango, lo cantan?

PERGOLINI, DEVOLVÉ LA GUITA

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