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El cartero llama dos veces

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Jorge: ¿Se perdió en la edición el copyright Revista XXI en los separadores de la Enciclopedia CQC en el programa de Pergolini?

Roberto Bisi

Monte Grande, Buenos Aires

N. del D.: Sos un paranoico, Roberto. Hace quince años que CQC quería hacer esa idea, pero recién ahora tuvieron tiempo de implementarla.

SOMOS UNOS BRUTOS

Hola, Jorge. Esperé un número para ver si alguien te desasnaba, pero no… Aspas, saltamontes, los molinos de Holanda tienen ASPAS. Es más, los nuestros —subdesarrolladitos— también. Incluso los de la Madre Patria, que se nombran diferente por aquello de la Torre de Babel, Dios y la mezcla de idiomas, etc. Las “astas” son otra cosa (v. “cuernos”). Te doy pie (em falamdo de astas) para una respuesta ingeniosa: “lanza o pica de lo antiguos romanos / palo de la pica / palo de la bandera / mango o cabo de una herramienta / etc”.

Ernesto

P. D.: Caparrós, sobre Judas y tu interesantísimo punto de vista, te recuerdo —seguramente lo leíste… pedantería lo mío— Falsificaciones, de Marco Denevi.

P. D. 2: Caparrós, no solamente Judas, ¿qué nos podés contar de Lázaro? (vg.: Falsificaciones, Denevi, otra vez). Un tratado filosófico-teológico (¿ficción?) si los hay.

N. del D.: Espimado Ernespo, no enpiendo el porqué de pu asombro respecpo de mi uso de la palabra aspas. En efecpo lo que respondi fue aspas, y es el pérmino correcpo. Agradezco pe podos modos vuespra idea para una respuespa ingeniosa, pero prefiero darpe una respuespa sincera. ¿O aspas no espá bien dicho? Sobre lo de Caparrós, lo llamé por peléfono y no conpespaba nadie, así que hablalo con él. Haspa luego.

UN CANCHERO

Gordito Lanata: No creas que te escribo para adularte como lo hacen algunos maricas y boludos que te cantan Ioas. Usando tu mismo estilo desprejuiciado y medio guarango que sueles emplear te cantaré cuatro frescas y te voy a dar con un fierro en esa cabezota. No sé si tendrás los huevos suficientes para publicar esta filípica pero estoy seguro que la has de leer.

Mirá, la verdad es que me he esforzado honestamente por descubrir la línea editorial y filosófica de tu publicación sin poder detectarla totalmente ni despejarla en todo ese fárrago de cosas buenas, regulares, malas, graciosas o asquerosas, dispersas al parecer por un genio travieso e histérico a la vez. Porque indudablemente tu ciclotimia se trasluce en todo el temperamento y conducta de tu revista. Pero cuando tu aparente ética no sabe fijar límites caés en la histeria, anormalidad que es más atributo femenino y el extremo de los ciclotímicos, individuos que por otra parte pueden resultar sumamente inteligentes aunque muy inestables. Me confunde asimismo un inexplicable doble discurso, que se pone muy evidente en el último número 45 de Veintiuno. Por un lado te lamentás del país que ahora es y añorás el “que alguna vez fue”, y por otro me lo escrachás a don José con esa puta ironía tuya envolviéndolo con la bandera pirata y llamándolo socarronamente “Father de la Patria”; llorás sobre lo que “alguna vez fue un país” y te preguntás “¿Qué nos pasó?” y me lo ponés al Libertador al nivel de un golpista o “delincuente subversivo” de aquella época (el Primer Triunvirato fue derribado por orden de la Sociedad Patriótica. Sobre las causas de su disolución y roles de los revolucionarios, leer Historia argentina, tomo 2, cap. VI, del historiador y REVISIONISTA don José María Rosa, Editorial Oriente). No te entiendo, Gordito. O yo soy muy bruto o vos sos peor que la gata de doña Flora. Si no me bifurcás, te digo otra. Por un lado se percibe con satisfacción de la gente decente y con sentido ético tu denuncia constante contra la inmoralidad y la corrupción, de los negociados y las mafias que se han enseñoreado del país, lo que nos habla de un gran sentido de limpieza, perfeccionismo y vergüenza ajena que parece imbricarse en la vena principal de este medio impreso, por lo que se reconoce a su vez la existencia de mucho valor e independencia de criterio, y por otro, todo esto, de improviso se da de patadas con columnas que son un monumento a la basura. No te estoy hablando del imperio de los Macri. Me refiero a ese repugnante artículo sobre los “amores” (?) de dos invertidos (pág. 66). Es lamentable que una revista con tanto coraje cívico lo malgaste con esta porquería suscripta por una o un tal “M. M.” (supongo que ha de significar “Deux Merdes”), quien irresponsablemente mete en la bolsa del AMOR cualquier cosa. A este paso terminaremos aceptando como una forma de “amor” el apareamiento con las ovejas que suelen realizar los peones en las estancias patagónicas. Mio caro Giorgio, todo puede comprenderse, pero no todo puede aceptarse y mucho menos ponderarse. Si te quejás de la falta de límites que rige hoy en nuestro país en el orden ético, no puedes avalar la desmesura en el orden moral. Sería como poner a estos dos pobres tipos como ejemplo de nuestros jóvenes (¿así querés que “renazcan entre nosotros las virtudes de un pueblo noble y laborioso, cuando el amor a la patria sea”… etc.? Palabras de Mariano Moreno que citás en pág. 7). No creo que quieras poner a esta turbia clase de amor en la misma categoría del que se profesaron mis padres o tal vez los tuyos. Pensando en esto, tan cursi para muchos, me pregunto a su vez dónde cornos estarían ahora estos dos “tiernos amantes” si sus progenitores hubieran pertenecido a su mismo bando. No pretendo combatir ni condenar a los “gays” y, personalmente, si bien siento compasión por ellos, me importa muy poco lo que hagan con sus pobres humanidades; allá ellos, hay sectores que necesitan mayor atención y preocupación. Sólo quiero enfatizar el grave daño que se produce con el escándalo en las nuevas generaciones, que se suponen habrán de construir una Nación “respetable”.

¿Quién te entiende, Gordi? Querés un país ético, moral, limpio, altruista, solidario, con excelentes referentes para la juventud, con todas las energías puestas al servicio de una sociedad más justa y feliz, y en un doble discurso promocionás la más antigua aberración y miseria humana como es la sodomía, sin contar tus frecuentes preocupaciones periodísticas por las lesbianas, travestis, transexuales, pederastas, bufarrones, prostitutas, gays, bisexuales. ¡Basta, viejo! Limpiá tu revista de tutta la merda freudiana y te quedará un revistón. Desmitificá nuestra historia oficial todo lo que gustes, pero no ensucies a los pocos hombres del pasado que podemos admirar e imitar. Esa Patria que, creo, amás tanto como yo, te lo agradecerá.

Guillermo Illuminati

Córdoba

N. del D.: Me hubiera encantado contar con una foto suya para poder empezar esta respuesta. De tenerla estaríamos al menos en igualdad de condiciones: usted podría seguir llamándome “Gordito”, y yo podría, a la vez, llamarlo “Dolape”, “Rengo”, Perro, Pájaro, Bocón o como fuera. Por ahora sólo sé de usted lo que muestra en su carta: es un ignorante y quizá sea también un fascista. Sin la foto de marras y a efectos del diálogo lo llamaré “Bestia”, haciendo la salvedad respecto de la Bestia del cuento clásico, una excepción que me cae simpática. Así las cosas, lo que sigue será el diálogo entre la Bestia y el Gordito, en el que pasaré a tutearlo.

Querida Bestia: está claro que la revista te gusta, al punto de afirmar que, si nos libráramos de “tutta la merda freudeana” seríamos un revistón. Tenés, eso sí, que reconocerte poco original; frente a los hechos que te dejan sin respuesta: te metés en la cama de todo lo que no podés definir y lo descalificás desde ahí. No te preocupes, Besti, mucha gente lo hace. Fijate que cuando reconocés tu desconcierto frente a la “línea editorial y filosófica” de Veintiuno, aprovechás para acusarme al pasar de ser una persona que “cae en la histeria, anormalidad que es más un atributo femenino”. O sea: señalás que no soy trolo pero bien le puedo pegar en el poste. ¿Y si lo fuera? ¿Y si tuvieras ahora, entre manos, el degenerado pasquín de un homosexual? Acordate de que hace un segundo lo calificaste de “revistón”… ¿qué dirías ahora? ¿Un revistón hecho por un puto? ¿No es imposible?

Bestia: tu comparación de la historia de amor entre dos tipos con el “apareamiento de los peones sureños con las ovejas” no fue muy feliz. Tendrías que aclararnos, en el caso de los tipos, quién sería la oveja. Por otro lado, es interesante que te persignes ante los gays pero te parezca patriótico y natural que don Zoilo se coja a su ovejita preferida.

Hablás, Besti, de los “amores de dos invertidos”. Se ve que salgo poco, porque hace años que no escuchaba esa palabra: invertido. Yo diría que invertido es aquel que tiene el culo en el cerebro, y en ese caso le pegás en el poste.

Por último, querida Bestia, una confesión: no sólo yo soy puto, sino que todos los integrantes de nuestro staff, hombres y mujeres, son homosexuales. Formamos parte de una cofradía trola para dominar el país y quedarse con la Patagonia, región que ya cuenta con la letra P que nos identifica. Hace años que trabajamos en ese proyecto, y estamos muy cerca de lograrlo. Nuestra primera medida de gobierno, antes de tomar posesión del Sur, será viajar a Córdoba para acostarnos con un tal Illuminati.

P. D.: Illuminati, apagatti…

LA PATRIA CON RUEDITAS

(N. del D.: De todas las publicadas aquí, es esta la única carta que no fue publicada con anterioridad. Y su suerte, en verdad, fue más aciaga: iba a editarse en lugar del editorial y finalmente fue desplazada por la puta actualidad. Valía la pena leerla.)

Estimado Jorge: La reafirmación de nuestra soberanía en Malvinas debió ser el jueves 10 pero la pasamos al lunes 14, el Día de la Bandera cae DOMINGO y pasamos el feriado para el lunes. Somos mundiales. Por esas cosas de los decretos desvirtuamos todo el sentido histórico de las celebraciones. Mezclamos negligentemente los conceptos de soberanía, patria y feriado. Y esto influye para que todavía siga pendiente la respuesta a nuestra gran pregunta existencial: ¿qué somos los argentinos?

Seguramente cada uno tenga una respuesta distinta. Porque cada uno tiene su propia teoría sobre la vida, el país y nuestra cultura. Pero lo cierto es que estamos demasiado dispersos, tanto geográfica como humanamente. Decir “Viva la patria” con entusiasmo y pasión debería ser una de las frases más lindas para escuchar en cualquier territorio con identidad propia. Sin embargo cuando lo escuchamos, nos sorprendemos. Miramos como a un bicho raro a quien usa la escarapela o a quien cuelga la bandera en el balcón cuando no hay ningún partido de la selección. Aprendemos el Himno Nacional en la escuela primaria casi por repetición pero no logramos entender su significado hasta ser más grandes (y sólo en algunos casos). Nos enseñan algunas danzas tradicionales meramente como una sucesión de pasos repetidos mecánicamente sin conocer la tradición que tiene detrás todo baile autóctono. Simplemente sucede que NO tenemos incorporadas estas ideas desde el sentimiento sino, en algunos casos, desde la obligación. El revoleo del poncho, el facón en la cintura o el vozarrón militar sólo sirven para demostrar un “patrioterismo” exagerado que nos distancia de la realidad. Y esto es grave. Es la herencia que nos dejaron los gobiernos de facto con su visión deformada de los valores patrios. Debemos tomar en cuenta que sin conocer nuestra historia estamos dando lugar a que otros la escriban por nosotros. Nuestra identidad debe confirmarse en cada texto de Hamlet Lima Quintana, en cada canción de Atahualpa Yupanqui, o en la voz de Mercedes Sosa, en un tango de Gardel o de Discépolo, en la pluma de Borges o en cada melodía compuesta por Charly García. Identidad que está incorporada en las leyendas del Pombero y los rituales de la Pachamama. Con el asado o la torta frita. El chipá o los tamales. Disfrutando del fútbol y conociendo las enseñanzas del Martín Fierro. Temblando ante cada pregunta de Mafalda y respetando a las comunidades indígenas que por nuestra culpa deambulan sin encontrar su Iugar… que debe ser el mismo de todos. Pero si lo pensamos un momento es lógico comprender por qué el concepto de soberanía se pone en juego en nuestro país. El diccionario dice que por Soberanía se entiende al Poder político de una Nación que no está sometido al control de otro estado. Por eso mismo es difícil encontrar soberanía en el poder económico de nuestro país. Tampoco se actúa soberanamente en la administración de los servicios esenciales que una población necesita. Y por último, y principalmente, no existe soberanía en las decisiones que toma el Poder Ejecutivo para llevar adelante el rumbo de toda una nación.

Aldo Ruffinengo

Rosario

SLURP, SLURP…

Estimado Jorge: Sólo a fines de ampliación del artículo “La teta es lo más”, como aficionado hace años a la lectura acerca del Egipto antiguo, leí hace un tiempo un libro donde se mencionaba que era muy raro encontrar cadáveres de niños de entre unos pocos meses y los 4 años de edad en lugares donde se encontraron grandes cementerios. Se estima que la razón de dicha baja mortandad entre esas edades es que en el Egipto faraónico las madres daban el pecho a sus hijos hasta casi los 4 años de edad.

Saludos,

Fernando Pérez

Vicente López

N. del D.: Fer, si pensamos que eso es cierto, bien podría alcanzarse la inmortalidad si uno continuara chupando hasta los setenta y pico. Hay quienes sostienen que en los frisos egipcios se pintaba a las mujeres de costado porque, precisamente, llevaban un zángano de seis o siete años prendido en el otro pecho. Teorías dadas a conocer este fin de semana indican que precisamente desalentados por el devastador efecto del quinquenio mamador, los egipcios comenzaron a construir las pirámides —que al comienzo siempre se hacían de a dos—, sitio en el que depositaban su lamento por las gomas paraditas perdidas. Podés consultar en Freud, Obras completas, “La envidia de la pirámide en las egipcias”. De nada.

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