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Antes que nada, quiero dar las gracias a mis padres por inculcarnos los valores de la independencia y la honradez desde muy temprana edad, así como por criarnos en un lugar donde la imaginación y la creatividad fueron esenciales. Doy las gracias a mis hermanos y a sus esposas por apoyarme tanto, por ser tan inteligentes e inspiradores. Gracias a mis buenos amigos Dave, Pete, Simon y Michael por su perspicacia y por las risas. Gracias al resto de mi familia por leer los primeros borradores de esta novela y por darme consejos que me han ayudado mucho (incluso por darme aquellos que no me han ayudado). Y me gustaría dar las gracias especialmente a mi esposa, porque ella es mi compasión, mi inteligencia y mi fortaleza. Le doy las gracias por todas esas noches redactando este libro hasta tarde… Y después llegaban los consiguientes ronquidos (los míos, claro).

Me gustaría dar las gracias a mi agente, Marilia Savvides, en Peters Fraser and Dunlop, por su entusiasmo y su esforzado trabajo siguiendo esta novela desde que era un borrador hasta que acabó siendo un libro. Por subirse a bordo tan rápido y con tanta pasión. También me gustaría darle las gracias a toda la gente que me ha apoyado en PFD: Laura, Kim, Alexandra, Jonathan, Zoe y Rebecca, por su ingente trabajo negociando contratos entre bambalinas y ocupándose de todos esos temas que tienen que ver con los impuestos y demás…, algo que a mí me da auténtico pavor.

En el aspecto de la corrección y la edición, mi más sincera gratitud a todo el mundo en Simon & Schuster UK, por llevar este manuscrito desde el mundo digital hasta el papel. Especialmente, gracias a mi correctora, Anne Perry, que siempre me ofreció soberbias y rápidas sugerencias para cualquier problema. Si algún día quiere dedicarse a algún trabajo de resolución de crisis, seguro que sería estupenda. Gracias también a Kay y su excelente corrección de pruebas, en la que identificó varias cosas que se me habían escapado, a Justine y Rhiannon por su magia creativa, y a Jo por conseguir que el libro llegara a su publicación.

Probablemente me habré dejado a alguien; me disculpo de antemano. Ese error y cualquier otro que pudiera haber cometido en los aspectos objetivos de la novela son culpa mía…, así que esperemos que haya sabido ocultarlos bien. O que haya tenido suerte.

No estoy seguro de cómo acabar esto… Así pues, simplemente, una vez más: ¡gracias a todos!

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