54

54


Coda » III Montreal, Quebec, 11 de septiembre

Página 122 de 133

III
Montreal, Quebec, 11 de septiembre

El momento de gloria. Todo Montreal viéndole, noche tras noche.

Amigos y parientes, también los de la Ville du Québec.

Arsenic et vielles dentelles. Inoxidable pochade, historia de dos adorables viejecitas, un sobrino chiflado que se cree Teddy Roosevelt, un criminal fugitivo y un inconfesable secreto. Él interpretaba a Mortimer, sobrino en sus cabales, marido bisoño a punto de irse de luna de miel.

Carcajadas, sonrisas, incluso petición de autógrafos. Jean-Jacques Bondurant corría, revolvía los ojos, enarcaba las cejas, declamaba: exageraba, como Cary en la versión cinematográfica. Era perfecto, gemelo monocigótico del hombre más elegante del mundo. Salvo el hecho de que recitaba en un francés québécois.

El público lo adoraba. Veinte representaciones en el Théatre du Rideau Vert, y las reservas continuaban.

No estaba nada mal para un espectáculo de beneficencia, representado en gran parte por aficionados.

Recordaba la noche del debut. Charlotte en primera fila, feliz, orgullosa de él.

En las fotos aparecidas en las revistas, Charlotte y Jean-Jacques tenían los ojos llenos de zafiros y esmeraldas. El doble de Cary Grant y su mujer. Sonreían al futuro. Vivos. Fuertes.

El telón estaba a punto de alzarse. El frufrú aceleraba el flujo de la sangre. El traje de Quintino era como una segunda piel.

Guardaba en su corazón un secreto. Llevaba siempre consigo una notita. En la notita, unas pocas líneas y una despedida de dos palabras. Rebotaban de lado a lado en su cerebro.

Au revoir.

La sonrisa llenó las mejillas de Jean-Jacques.

Merci beaucoup, monsieur Grant.

Ir a la siguiente página

Report Page