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CISNE Y WANG » Extractos (2)

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Extractos (2)

simplificar la historia supondría distorsionar la realidad. A principios del siglo XXIV sucedían demasiadas cosas para que reparasen en ti, para que te entendiesen. Fracasaron los repetidos intentos de los historiadores contemporáneos por alcanzar un paradigma en el que todos coincidieran. Y en la actualidad no han cambiado mucho las cosas, si volvemos la vista atrás. Cuesta incluso reunir datos suficientes para aventurar suposiciones. Había miles de ciudades estado, cada una con su presencia en la nube o la ausencia de ella, todas ellas aunando… ¿Qué? La misma historia de siempre, pero elaborada ahora, hecha matemática, abundante… Por describirlo con una palabra muy propia de esa época: balcanizada. Ninguna descripción bastaría para

nodos de inestabilidad, como cuando muchos puntos forzados ceden al mismo tiempo, en este caso la retirada del Mondragon por parte de Marte, su campaña anti imperialista en la Tierra, y el regreso de las lunas jovianas al frente del escenario interplanetario. Igual que las primeras colonias más allá de Marte, los jovianos se vieron entorpecidos por su dependencia de tecnologías heredadas menos potentes, además del descubrimiento de vida en Ganímedes y Europa, y la intensa radiación de Júpiter. Más adelante, estrategias de colonización más potentes, además de los esfuerzos de terraformación de Venus y Titán, facilitaron que los jovianos reevaluaran como inadecuadas sus estaciones, domos y luxemburgos. Incluso con Ío permanentemente fuera de su alcance, las otras tres lunas galileanas constituyeron juntas un área de un enorme potencial, y fue la resolución de sus conflictos internos, y su compromiso común por la terraformación total, lo que dinamitó los mercados volátiles y motivó las crisis no lineares de las dos décadas siguientes

eran su propio experimento inevitable, e hicieron muchas cosas que hasta entonces nunca habían hecho: aumentados, plurisexuales, y, más importante aún, muy longevos, a esa altura los más ancianos tenían doscientos años. Pero ni eran ni más sabios ni más inteligentes. Triste pero cierto: la inteligencia individual probablemente alcanzó su punto álgido en el Paleolítico Superior, y desde entonces hemos sido nuestras propias mascotas, perros cuando fuimos lobos. Pero también, a pesar de la disminución individual, capaces de hallar modos de acumular conocimiento y poder, de recopilar información, además de técnicas, prácticas, ciencias

por tanto, posiblemente más inteligentes como especie que como individualidad, pero propensa a la insensatez, a la locura, atascada en todo caso en el presente, en el instante que se nos escapa, en ese tiempo en que la gente vivía en la tecnología casi olvidada y en la cultura de la balcanización, en los años que precedieron a 2312…

pero, espera: eso aún está por contarse

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