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Extractos (18)

formar una oración supone colapsar muchas funciones de onda superpuestas al universo del pensamiento único. Multiplicando los universos perdidos palabra por palabra, podemos decir que cada frase se apaga 10 elevado a n universos, donde n es el número de palabras que componen la frase. Cada pensamiento condensa miles de millones de posibles pensamientos. Así conseguimos fondo verbal, pues el lenguaje que usamos estructura la realidad que habitamos. Tal vez esto sea una bendición. Quizá se deba a esto que tengamos que seguir haciendo oraciones

los textos los escribe la gente para ser leídos más adelante. Son una especie de cápsula del tiempo, una manera de hablarle a los propios descendientes. Leer este texto es como mirar al pasado, cuyo tumulto y desorden podían resultar difíciles de creer. Puedes estar al otro lado de una gran grieta, con la vida indefinidamente larga, vuelto hacia las estrellas. No es muy distinto a nosotros los vivos, que rebullimos en nuestro sistema solar como bacterias que llenan un nuevo charco bajo la lluvia. Este charco es todo lo que tenemos. En él se alzan las puertas de los secretos de la vida; algunos cuidan de un trecho de tierra que dé la comida suficiente para vivir. Sabes todo cuanto yo sé. ¿Qué podemos decirnos nosotros, los vivos, en esa situación? En muchos aspectos, es más fácil hablar contigo, generoso lector que está por nacer. Podrías vivir durante siglos, y este texto tan sólo formaría una pequeña parte de tu educación, una visión fugaz de cómo eran las cosas, una pista de cómo tu mundo llegó a ser lo que es. Sin embargo, tu autor sigue atascado en la cola de la balcanización, anhelando con esperanza el inicio de lo que venga a continuación. Se trata de una visión muy limitada

¿Quién decide cuándo ha llegado la hora de actuar?

Nadie lo hace. El momento sucede.

No. Nosotros decidimos. Cómo decidimos es una pregunta interesante. Pero incluso si ignoramos la respuesta, decidimos

aunque los sucesos producidos justo antes y después del año 2312 fueron importantes y señalaron cambios latentes en la situación de ese momento, nada decisivo sucedió a continuación, no atravesaron ningún portal que anunciara «éste es un nuevo período, hablamos de una nueva era». Los eventos que se pusieron en marcha fueron confusos, complejos, y muchos tardaron unas décadas más en llegar a buen puerto. Que el Mondragon unificaría gran parte de la Tierra, que Marte se recuperaría de la influencia ejercida por la infiltración de los qubos humanoides y se reincorporaría al Mondragon… En ese momento nada de todo esto resultó evidente para nosotros, las cosas podrían haber tomado un rumbo muy distinto y

por supuesto, no pueden conciliarse las diferencias entre el tiempo individual y el planetario. «Lo que hay que notar no es tanto la unificación de estas temporalidades dispares, sino su recarga y solapamiento.» Es la recarga y la superposición los factores que crean el ambiente de un momento terminado. «De esta superposición confusa de tipos distintos de modelos surge, de hecho, la Historia», como una obra de arte, como cualquier obra de arte, pero creada por el conjunto de todos. Y no se detiene. Suceden cosas, eventos, logros; victorias y derrotas; victorias pírricas, acciones en la retaguardia, y aunque pueda haber acontecimientos cruciales, la trama no termina en un año como 2312, sino varias décadas más tarde, si es que lo hace

lo que vemos cuando contemplamos la formación de la triple alianza de Marte, Saturno y Mercurio, o la intervención del Acuerdo Mondragon en la atomizada Tierra, o el regreso de Marte con el Mondragon, es una especie de interregno inestable, un cambio en la urdimbre del conjunto donde se redistribuyen los pesos y comienza algo nuevo, y un estremecimiento hace girar más allá del tope al sistema durante años, antes de que finalmente adopte su rotación, recientemente estabilizada

En Venus, la reacción contra la intriga que tuvo por objetivo la alteración de la rotación del planeta causó una larga y amarga guerra civil, en gran medida invisible para el resto del sistema, librada con cuchillos y despresurización, y que sólo resolvió en la segunda mitad del siglo XXIV con un referéndum general de toda la población, que decididamente optó por renovar el bombardeo de la línea ecuatorial y poner en marcha la espectacular creación destructiva del día venusiano de cien horas

las llamadas revoluciones invisibles de la Tierra llevaron a la recreación de los paisajes físicos y políticos, los cuales siguieron a la reanimación. Durante ese mismo período, la integración de qubos con seres humanos supuso otra revolución invisible, una lucha que tuvo inquietas las mentes de todos los ingenieros, filósofos y qubos que afrontaron alguna vez el problema

en Marte se hizo evidente que un pequeño grupo dentro del gobierno oficial había sufrido la infiltración e influencia de un grupo de simulacros humanos qubo que fueron sumariamente secuestrados y enviados al exilio, después de lo cual una profunda reconsideración de su gobierno los llevó más cerca de su sistema democrático, tal como se describe, seguida por la reentrada en el Acuerdo Mondragon

con mayorías en Calisto, Ganímedes, Europa, Titán, Tritón, e incluso la Luna declararon su intención de terraformar plenamente sus mundos, todos los volátiles, y el nitrógeno en particular, se volvieron mucho más caros, la inflación golpeó todo el sistema a la vez, y al final del siglo XXIV la Liga de Saturno había amasado una fortuna inmensa

todos estos acontecimientos invisibles hacen que sea difícil escribir acerca de la historia de esta época. Y todos los eventos continuaron produciéndose en contra de la resistencia del tiempo, el material, la obstinación y el miedo, miedo humano, de hecho, que se aferraron desesperados a diversos aspectos imaginados del pasado que de alguna manera les hizo pensar que mantendrían unido al mundo. Debido a esto, existe aún, siempre, el riesgo de fracaso y de extinción. No hay otra alternativa que seguir luchando

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