2312

2312


CISNE EN LA TIERRA » PLUTÓN, CARONTE, NIX E HIDRA

Página 53 de 93

PLUTÓN, CARONTE, NIX E HIDRA

Plutón y Caronte son un sistema de planeta doble, unidos por la gravedad como los extremos de una mancuerna, con los mismos lados uno frente al otro, y el centro de gravedad en medio. Giran fuera del plano de su órbita alrededor del sol, y sus días duran poco más que seis días estándar, con un año compuesto por 248 años. Plutón es diez grados Kelvin más frío de lo que sería si no tuviera su atmósfera, que se congela en el apogeo y sublima en el perigeo para crear un efecto invernadero inverso que enfría la superficie. La atmósfera es tan densa como la original de Marte, en torno a siete milibares, es decir, no muy densa. La temperatura que reina en la superficie alcanza los 40 grados Kelvin.

Caronte, con la mitad del tamaño de Plutón, tiene una temperatura en la superficie de 50 grados Kelvin. La proporción más cercana de un planeta con su satélite lo encontramos entre la Luna y la Tierra, puesto que la Luna tiene un cuarto del tamaño de la Tierra. Plutón posee un diámetro de 2.300 kilómetros; Caronte de 1.200 kilómetros. Ambos tienen núcleos de roca y la mayoría de la superficie está cubierta por una capa de agua helada.

Dos lunas mucho más pequeñas orbitan la pareja mayor: Nix e Hidra, con 90 y 110 kilómetros de diámetro. Nix, con 80 elevado a 30 kilogramos, se compone principalmente de hielo y algo de roca, y en este momento está siendo desmontado y procesado en cuatro naves espaciales que serán enviadas más o menos en grupo, aunque la primera está programada para abrir camino, en parte para poner a prueba los sistemas que se están construyendo. Los interiores de las naves son cilindros, típicos terrarios, que giran para crear el efecto de la gravedad interior. Están siendo abastecidos con un número muy elevado de especies, que abarca varios biomas. Se supone que las cuatro naves se mantendrán en contacto y reducirán el impacto de su aislacionismo mediante intercambios ocasionales. Los motores instalados en popa combinarán motores espaciales con plasma de antimateria y serán capaces de funcionar durante un siglo, seguido por un potente plato de empuje Orión, que con el tiempo alcanzaría velocidades en las que el estatorreactor podría funcionar, momento en que sería posible desplegarlo. Juntos estos motores los aceleran a un dos por ciento de la velocidad de la luz, una velocidad verdaderamente asombrosa para ser obra del ser humano, lo cual reduce la duración de su viaje a sólo 2.000 años. Las estrellas están muy lejos. Las más próximas a nosotros no tienen planetas similares a la Tierra.

Lo siento, pero es verdad. Hay que decirlo: las estrellas existen más allá del tiempo humano, más allá del alcance humano. Vivimos en la pequeña perla de calor que envuelve a nuestra estrella; más allá de ella se extiende una inmensidad que escapa a nuestra comprensión. El sistema solar es nuestro único hogar. Incluso para llegar a la estrella más cercana a la mayor velocidad que podemos alcanzar necesitamos toda una vida humana, o más. Decimos «cuatro años luz», y esas palabras «cuatro» y «años» nos engañan; no comprendemos muy bien cuánto espacio cubre la luz viajando durante un año. Da un paso atrás y piensa en 299.792.458 metros por segundo, o 186.282 millas por segundo, lo que creas entender mejor. Ahora piensa en esa velocidad atravesando 671 millones de millas cada hora. Imagínala atravesando 173 unidades astronómicas al día; una unidad astronómica es la distancia que separa la Tierra del sol, por lo tanto 93 millones de millas recorridas 173 veces en un solo día. Después, piensa en los cuatro años de días así. Así llega la luz a la estrella más cercana. Pero nosotros sólo podemos impulsarnos en un porcentaje minúsculo de la velocidad de la luz, a un dos por ciento (¡quince millones de kilómetros por hora!) Tardaríamos unos doscientos años en cubrir esos cuatro años luz. Y las primeras estrellas con planetas similares a la Tierra distan más de veinte años luz de distancia.

Son necesarios cien mil años luz para cruzar la Vía Láctea. A un dos por ciento de esa velocidad, la nuestra, hablamos de cinco millones de años.

La luz de la galaxia Andrómeda tarda 2,5 millones años en cruzar la brecha que la separa de nuestra galaxia. Y en el universo en general, Andrómeda es una galaxia muy próxima. Reside en la pequeña esfera que es nuestro sector del cosmos, es una galaxia vecina a la nuestra.

Por tanto. Nuestra pequeña perla de calor, nuestro racimo planetario de vidas, nuestra isla, nuestro amado sistema solar, nuestro hogar y nuestra casa, bruñida al calor del sol, y ahí están las naves espaciales que estamos haciendo en la órbita de Nix. Vamos a enviarlas a las estrellas, serán como las semillas de diente de león, llevadas por el viento. Algo muy hermoso. Nunca volveremos a verlas.

Ir a la siguiente página

Report Page