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KIRAN Y SHUKRA » Extractos (6)

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Extractos (6)

La base del modelo económico de las colonias espaciales surge en parte de sus orígenes como estaciones. En este modelo temprano, la vida en el espacio no era una economía de mercado; una vez en el espacio, se te proporcionaban alojamiento y comida puesto que formabas parte de una expedición, un poco como sucedió en las estaciones científicas de la Antártida. Los mercados que existieran tendían a ser empresas particulares, a menudo individuales y no reguladas que comerciaban con bienes no esenciales. El capitalismo se vio relegado a una nota a pie de página, y las necesidades de la vida eran bienes comunes

el intercambio entre la Tierra y las colonias individuales se efectuó en base a tratados-asociaciones, por tanto no distaba mucho de un modelo colonial donde las colonias producían metales y volátiles, conocimientos útiles para la gestión en la Tierra y, más adelante, alimentos

en cuanto empezaron a operar los ascensores espaciales (el primero, el de Quito en 2076), el tráfico entre la Tierra y el espacio aumentó exponencialmente. A partir de ese momento, el sistema solar se hizo accesible. Era demasiado vasto para poblarlo rápidamente, pero la velocidad en constante aumento del viaje espacial supuso que a lo largo del transcurso del siglo XXII, la totalidad del sistema solar estuviera al alcance. No es coincidencia que la segunda mitad de este siglo viese el inicio del Accelerando

la diáspora espacial se produjo tan tarde que el capitalismo se fue marchitando en su decisión interna referente a si destruir la biosfera terrestre o cambiar sus normas. Muchos arguyeron a favor de destruir la biosfera, por tratarse del mal menor

una de las formas más influyentes de cambio económico tuvo sus orígenes en Mondragón, Euskadi, una población vasca cuyo sistema económico se fundamentaba en una cooperación mutua organizada. Una creciente red de colonias espaciales se inspiró en el modelo de Mondragón para trascender sus orígenes como estaciones científicas. Cooperando según este modelo, las colonias individuales espaciales, muy dispersas, se asociaron con miras a prestarse apoyo mutuo y

los superordenadores y la Inteligencia Artificial posibilitaron coordinar una economía de no mercado, introduciendo términos matemáticos en el modelo Mondragón. Las necesidades se determinaban anualmente con preciso detalle demográfico, y después se dirigía la producción para satisfacer las necesidades que se habían predicho. Todas las transacciones económicas, desde la creación de energía y la extracción de materias primas, pasando por la fabricación y distribución, hasta el consumo y el reciclaje de desperdicios, se introdujeron en un único programa informático. Una vez solventados los escollos políticos, articulados los deseos en una pelea política muy reñida, la totalidad de la economía anual del sistema solar podía resolverla un superordenador en menos de un segundo. El resultado: un Mondragon programado en un qubo, llamado a veces modelo Albert-Hahnel, o modelo cibernético soviético de Spufford

si todo el mundo hubiese estado trabajando en un Mondragon programado, todo habría ido bien; pero sólo era una de las diversas economías que competían en la Tierra, todas sometidas al dictamen del capitalismo tardío, que seguía teniendo bajo control a más de la mitad de la producción y el capital terrestres: cada una de sus transacciones reafirmaba la propiedad y la acumulación de capital. Esta concentración de poder no había desaparecido, sino que únicamente se había licuado un tiempo antes de solidificarse, principalmente en Marte, tal como revelan claramente los datos GINI

en modelos residuales-emergentes, cualquier sistema económico o momento histórico constituye una mezcla inestable de sistemas pasados y futuros. El capitalismo, por tanto, era una combinación o campo de batalla de su elemento residual, el feudalismo, pero… ¿cuál era su elemento emergente?

con el éxito de la revolución marciana y la emergencia de su sistema único planetario socialdemócrata, se abrieron las puertas para que lo siguiera el resto del sistema solar. Sin embargo, muchas colonias espaciales siguieron siendo colonias de naciones de la Tierra, así que el resultado último fue un mosaico de sistemas que de algún modo se antojaba anárquico. Buena parte de la economía espacial fue dominada por una liga de colonias llamada el Acuerdo Mondragon. El Acuerdo se renovaba en una conferencia celebrada cada cinco años, y anualmente las Inteligencias Artificiales del Acuerdo dictaban su economía, corrigiéndola a menudo, varias veces por segundo

cuanto más duró el Acuerdo Mondragon, más robusto se hizo. Confiados en su apoyo de las necesidades, se cerraron cada vez más acuerdos entre empresas, de distintos mercados, que operaban al margen. Si no llega a ser por Marte y su

si el feudalismo es el residual de la Tierra, el capitalismo es el residual de Marte

en sí el margen aumenta con la prosperidad, con la creciente sofisticación y cultura

la existencia de la economía marginal, medio autónoma, a medio regular, parecida a la anarquía, plagada por el fraude, la traición y el crimen, maravillaba a todos los practicantes del mercado libre, libertarios, anarquistas y a muchos otros, algunos encantados por el trueque del bonobó, y otros por la masculinidad del salvaje oeste y una riqueza que trascendía la necesidad

el capitalismo marginal constituye un deporte para tipos duros como el rugby o el fútbol de contacto, sobre todo apto para gente que peca de exceso de testosterona. Por otro lado, con ciertas normas y cambios de actitud, se ha demostrado que puede ser un juego interesante, como son el béisbol o el voleibol. Es un proyecto válido en el margen, una forma de auto actualización, que no debe aplicarse a las necesidades, sino un hobby, una agradable afición, incluso una forma de arte

confinar el capitalismo al margen supuso el gran logro marciano, como derrotar a la muchedumbre o montar un negocio ilegal de protección

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