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CISNE Y LA INSPECTORA » JÁPETO

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JÁPETO

Jápeto tiene aspecto de nuez, porque es achatada por los polos, y posee una protuberancia ecuatorial. Ambos detalles son perfectamente perceptibles desde el espacio. ¿Por qué está achatada por los polos? En un momento se fundió y se convirtió en una gran gota de agua que giraba rápidamente, con días cuya duración no superaba las diecisiete horas. Algo que pasó por su lado la hizo girar como una peonza, y se congeló mientras seguía girando. Así que, ¿a qué se debe la protuberancia ecuatorial? Nadie lo sabe. La mayoría coincide que remite a algunos aspectos de la congelación de las gotas de agua, un corrimiento o algo similar, aunque se trata de algo que siguen discutiendo los saturnólogos.

Sea lo que fuere lo que provocó el bulto, de inmediato se alzó como un firme candidato para albergar una ciudad, recordaba a la península de High Street y rodeaba por completo la luna. Al principio la ciudad se concentró en el hemisferio que miraba a Saturno, el cual se cierne en lo alto cuatro veces mayor que lo hace la Luna sobre la Tierra. Se dijo que era algo digno de tener en el cielo, sobre todo porque la órbita de Jápeto se sitúa con una inclinación de diecisiete grados del plano de los anillos de Saturno, lo cual le proporciona una vista siempre cambiante del extraordinario móvil. Casi todas las demás lunas sólo ven la parte lateral de los anillos. Desde el bulto de Jápeto también se disfruta de una vista del resto de la superficie de la luna, doce o dieciséis kilómetros por debajo del bulto, así que siempre hay un amplio paisaje de hielo abajo que equilibra el sublime y perlado espectáculo de los anillos, arriba.

De qué color es la superficie de la Luna depende de dónde se esté mirando, ya que el hemisferio anterior de Jápeto es bastante negro, mientras que el hemisferio posterior es extremadamente blanco. Este marcado contraste, señalado por Cassini en octubre de 1671 cuando descubrió Jápeto, se debe a la influencia que ejercen las mareas sobre la luna. El mismo hemisferio siempre encabeza la carga hacia la noche, y el polvo negro que derrama la retrógrada luna de Phoebe (la otra queda fuera del plano de los anillos) cae por tanto en ese lado. En cuatro mil millones de años, el polvo sólo se ha acumulado hasta una profundidad de escasos centímetros. Mientras tanto, el hemisferio posterior de la luna acumula la escarcha de la sublimación del hielo en la cara más oscura que va en cabeza, y su hielo se considera el más blanco de todo el sistema. El resultado es una luna en bitono, única en todo el sistema solar.

Cuando la gente colonizó Jápeto, se allanó la parte superior de la franja ecuatorial, que a continuación se cubrió con cimientos de aluminio y roca. Después, empezaron a emplear genes de caracola marina para levantar las estructuras de la ciudad ecuatorial. Parte de la cima del bulto quedó al descubierto para reservarla como pista del espaciopuerto y demás, pero la mayor parte del bulto está cubierta por una larga carpa, situada sobre los edificios que bordean la gran avenida de tan peculiar High Street, donde se alternan granjas, parques, jardines y bosques. Puesto que el aire de la carpa siempre se mantiene caliente, la arquitectura interior puede ser muy abierta, así que Saturno es visible buena parte del día, enmarcado por las brechas de techos y tejados. La imitación biológica de la caracola de mar permitió a los constructores extraer y desplegar calcio bajo las capas de materiales, y estos blandos tejidos vivos se diseñaron genéticamente para adoptar formas que permitieron a los arquitectos juntar estructuras de biocerámica, construyendo capa sobre capa, como el coral, hasta que a estas alturas la zona situada bajo la tienda ha quedado casi llena. Al igual que con la mayoría de las estructuras de biocerámica, las capas y las formas biseladas tienen por objeto producir diversos efectos beneficiosos para su conservación, además de otras propiedades malacológicas, por lo que los edificios semejan grandes conchas marinas amontonadas una sobre otra. Suele hacerse referencia a la emblemática ópera de Sydney, pero en realidad el bulto se parece más a una gran barrera de coral hecha con capas de conchas de peregrino, unas sobre otras, agujereado por doquier como por la acción de gusanos de tubo, para permitir la vista en lo alto de Saturno.

En el hemisferio negro, Cassini Regio, la protuberancia divide un área donde la gente en el pasado salió en vehículos voladores o todoterreno, trazando surcos en el polvo negro para dejar al descubierto cenefas de hielo blanco. Semejante contraste en el paisaje es fácilmente visible en todo momento, es como si la gente hubiese escrito sus pensamientos para que el universo los leyera. Antes de la formación de la Liga de Saturno, con la llegada de las primeras expediciones de Marte con miras a recabar el nitrógeno de Titán y explorar las otras lunas también para apropiarse de cualquier cosa que llevar de vuelta al planeta rojo, la gente había ido allí a grabar en la capa de polvo negro. Bastaba con una exhalación no más fuerte que la obtenida con un soplahojas, y muy pronto los campos de Cassini Regio quedaron cubiertas de petroglifos, como Newspaper Rock. Había figuras blanco sobre negro con forma de patrones abstractos, animales, gente dibujada con palitos, Kokopellis, escritura en diversos alfabetos distintos, además de retratos, atributos del paisaje, los árboles y otras plantas, y así se siguió haciendo. Más adelante, ciertas zonas enteras se unificaron completamente en blanco, y después se cubrieron con el polvo negro recogido con una capa de grosor variable, lo que aportó unos matices que tenían algo de trampantojo en cuanto a la profundidad de campo, proporcionado para su observación, de modo que pareciesen normales vistas desde el bulto, mientras que otras se diseñaban con miras a su observación desde el espacio.

¡Grafiti en Jápeto! Más tarde se tachó de error y escándalo, una estupidez moral, un crimen, incluso, algo repugnante, se mire como se mire; y hubo llamamientos para que la totalidad de Cassini Regio se cubriese de negro. Puede que suceda algún día, pero es mejor no contar con ello, porque lo cierto es que estamos aquí para inscribirnos a nosotros mismos en el universo, y no resulta inapropiado que lo recordemos cada vez que se nos entrega una pizarra en blanco. Todo el arte del paisaje nos recuerda que vivimos en una tabula rasa, y que hay que escribir en su superficie. Es nuestro mundo, y su belleza está en el interior de nuestras mentes. Incluso hoy en día hay gente que se dirige a veces hasta el horizonte para rascar sus iniciales en el polvo.

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