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CISNE Y ALEX » Extractos (1)

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Extractos (1)

Toma un asteroide que tenga al menos treinta kilómetros en su eje largo. Cualquiera servirá: roca sólida, hielo y roca, metal, incluso bolas de hielo, aunque cada uno presenta problemas distintos.

En un extremo del asteroide une un excavador autosuficiente, y, con él, perfora su eje más largo. En todo momento la pared que se extiende desde la perforación debe de conservar al menos dos kilómetros de grosor. Refuerza la integridad del interior con una capa de materia dura de la resistencia adecuada.

A medida que efectúes la perforación del interior, recuerda que el material sobrante excavado (dirigido hacia un punto de recuperación Lagrange, que se encargará de recogerlo todo) representará tu mejor opción de reposicionar tu terrario, si lo quieres en una órbita diferente. Almacena el exceso del material sobrante en la superficie para posteriores usos.

Una vez hueco el interior, practicado un cilindro de al menos cinco kilómetros de diámetro y diez de longitud (¡mejor cuanto mayor sea!), el equipamiento que llevó a cabo las labores de excavación regresará al acceso y allí se reconfigurará para convertirse en la unidad de propulsión de tu terrario. Dependiendo de la masa de tu nuevo mundo, tal vez quieras instalar un motor, un motor de antimateria para alcanzar la velocidad del rayo, o una placa de impulsión Orión.

Más allá del extremo frontal del cilindro, en la proa de tu nuevo terrario, instala una unidad a la altura del eje largo. Con el tiempo, el terrario girará a una velocidad de rotación calculada para crear el efecto de la gravedad en la superficie interna del interior del cilindro, de modo que cuando te encuentres dentro te veas empujado hacia el suelo como si de un campo gravitacional se tratara. Esto equivale a la fuerza de la gravedad. La unidad de proa se conectará entonces a la proa del terrario por un dispositivo de eje que impida girar a la unidad de proa y la mantenga clavada. Existirá la práctica ingravidez en esta cámara de proa, pero muchas funciones del terrario actuarán con mayor fluidez en ausencia de rotación, incluidas las maniobras de atraque, de navegación, la visión, etc.

Es posible construir un cilindro interior que gire independientemente en el interior de un asteroide no sometido a rotación, la configuración conocida por el nombre de rueda de rezo, lo cual te proporcionaría tanto un interior que disfruta de gravedad como un exterior con ausencia de rotación, pero resulta caro e innecesariamente complejo. No se recomienda, aunque hemos visto algunos que son eficaces.

Cuando la popa y la proa se instalan y configuran adecuadamente, y el asteroide inicia la rotación, el interior está preparado para someterse a la terraformación.

Empieza por espolvorear metales pesados y tierras raras, en la medida que se recomiende para la bioma que intentes crear. Sé consciente de que ninguna bioma terrestre empezó con los ingredientes simples de los que te servirás en un asteroide. Las biosferas necesitan sus vitaminas desde el principio, así que asegúrate de preparar la importación de la mezcla que desees, que por lo general incluye molibdeno, selenio y fósforo. A menudo se aplican como «bombas de riego», situadas en los ejes del espacio cilíndrico. ¡Procura no envenenarte cuando lo hagas!

Después, cubre el eje del cilindro con el cable solar del terrario. Se trata del elemento de iluminación, en el que la luz se mueve a cualquier velocidad que escojas. La parte de iluminación del cable solar suele empezar la jornada a popa del cilindro, después de un periodo adecuado de oscuridad (durante el cual, el tendido público desempeña el papel de la luz de las estrellas). La parte de iluminación del cable, con la intensidad deseada, lo atraviesa de popa a proa (o de este a oeste, tal como algunos la describen), tardando por lo general el mismo tiempo que un día terrestre, tal como se mide por la latitud de tu bioma en la Tierra. En el interior del terrario se experimenta adecuadamente el paso de las estaciones.

Ahora puedes gasificar el interior con la mezcla de gas y presión que desees, que suele estar comprendida entre 500 y 1100 milibares de presión, una medida similar a la mezcla de gases terrestres, con quizá un pellizco más de oxígeno, a pesar del aumento del riesgo de incendio que eso supone.

Después necesitas biomasa. Naturalmente contarás en tu elenco de especias con los códigos genéticos completos de todas las criaturas que pretendes introducir en tu bioma. Por lo general, o bien recrearás un bioma terrestre, o bien una mezcla nueva, biomas híbridos que mucha gente denomina «Ascensiones» en homenaje a Isla Ascensión, en la Tierra, lugar donde se produjo el primer híbrido de estas características (¡obra accidental del propio Darwin, nada menos!). Todos los genomas de todas las especies de tu bioma particular estarán disponible para su impresión bajo demanda, exceptuando las bacterias, que sencillamente son demasiado numerosas y genéticamente mutables para ser categorizadas. Para ellas tendrás que aplicar el inoculante apropiado, un abono o sustancia compuesto por algunas toneladas de la mezcla bacterial que quieras.

Por suerte las bacterias crecen muy rápidamente en un nicho ecológico vacío, que es exactamente de lo que dispones en este momento. Para que resulte incluso más acogedor, rasca la pared interior de tu cilindro, pulveriza la roca con cuidado hasta que adquiera una consistencia comprendida entre la grava gruesa y la arena. Mezclada con un aerogel comestible, obtendrás la matriz de tu suelo. Deja aparte todo el hielo que hayas reunido tras rascar, excepto el necesario, una vez fundido, para humedecer la roca desmigajada. Luego añade el inoculante bacteriano y eleva la temperatura hasta los trescientos grados Kelvin. La matriz subirá como la levadura mientras se convierte en esa sustancia rara y deliciosa que conocemos por suelo. (Quienes deseen una explicación más detallada de cómo hacer suelo pueden consultar mi éxito de ventas titulado Todo sobre la tierra).

Una vez tengas lista la base del suelo, tu bioma va bien encaminada. A partir de este momento los pasos a seguir varían, dependiendo de lo que andes buscando obtener en el punto álgido. Pero no me equivoco si digo que muchos diseñadores de terrarios empiezan con un terreno similar a un pantano, porque es el modo más rápido de aumentar el suelo y la biomasa de que dispongas. Si te corre prisa ocuparlo, éste suele ser un buen modo de empezar.

Una vez pones en marcha un pantano cálido, ya sea de agua salada o dulce, estás listo para cocinar a lo grande. Aumentarán los olores en tu cilindro, así como los problemas hidrológicos. En este momento puedes introducir poblaciones de peces, anfibios, animales y demás animales aptos para este ambiente, y tendrías que aspirar a registrar un aumento del crecimiento de la biomasa. Pero llegado este punto tendrás que vigilar un peligro potencial: en cuanto tengas el pantano en marcha, podrías enamorarte de él. Eso no te supondrá problema, pero sucede demasiado a menudo. En este momento contamos con demasiados biomas estuario, y carecemos de los demás biomas que planeamos ingeniar aquí.

Así que procura mantener cierta distancia con tu proyecto; mantén el pantano sin población, o aléjate de él durante esta parte del proceso. O únete a un plan comercial en el que intercambies asteroides cuando se encuentren en este punto de su desarrollo, de modo que te enfrentes a otro que desees cambiar, puesto que ya no te sientas ligado a tu obra.

Con una robusta biomasa creada por el pantano, podrás entonces construir tierra, utilizando algunos de los materiales excavados que reservaste en la superficie del asteroide para cuando llegase este momento. Las colinas y las montañas tienen un aspecto estupendo y aportan textura, así que ¡atrévete! Este proceso redirigirá tu agua hacia nuevas hidrologías, y también es el mejor momento para introducir nuevas especies, también para exportar especies que ya no quieras, confiándolas a nuevos terrarios que puedan necesitarlas.

Así, con el paso del tiempo podrás transformar el interior de tu terrario en cualquiera de las 832 biomas identificadas como terrestres, o diseñar una Ascensión de factura propia. (Ojo, muchas de las Ascensiones acaban no dando la talla, como sucede con un bizcocho que no sube en el horno. Son tantas las claves para obtener una correcta Ascensión, que he tenido que escribir otro libro, titulado ¡Cómo mezclar y emparejar biomas!, ya a la venta).

Por último necesitarás realizar muchos ajustes de temperatura, orografía y especies para obtener la clase de clima estable que deseas. Puedes obtener cualquier paisaje posible; a veces los resultados son sencillamente increíbles. Invariablemente el conjunto del paisaje se curvará a tu alrededor, alzándose a ambos lados y encontrándose en lo alto, de modo que el aspecto que presentará el terreno te envolverá como una obra de arte, un goldsworthy inscrito en el interior de la roca, como una geoda o un huevo de Fabergé.

Obviamente también cabe la posibilidad de hacer interiores que sean completamente líquidos. Algunos de estos acuarios u oceanarios incluyen archipiélagos; otros están completamente hechos de agua, incluso sus paredes, que a veces están congeladas hasta volverlas traslúcidas, de tal modo que cuando te acercas parecen diamantes o gotas de agua que flotan en el espacio. El centro de algunos acuarios carece de bolsa de aire.

En cuanto a los aviarios, todo terrario y la mayoría de los acuarios también son aviarios; en ellos abundan las aves hasta el límite de su capacidad. Existen cincuenta mil millones de aves en la Tierra, veinte mil millones en Marte; nosotros en el terrario podríamos superar la suma de ambos.

Cada terrario funciona como un parque isla para los animales que lo pueblan. Las Ascensiones provocan hibridación y, con el tiempo, dan pie a nuevas especies. Los biomas más tradicionales conservan especies que en la Tierra están en peligro de extinción o que se han extinguido en su entorno salvaje. Algunos terrarios incluso parecen parques zoológicos; son más los que parecen simples parques, y la mayoría son una mezcla de parque y espacio humano con hábitats reticulares que potencian la vida del bioma. Como tales, estos espacios resultan cruciales para la humanidad y la Tierra. Y también existen los terrarios totalmente volcados en la agricultura, mundos granja dedicados a la producción de lo que se ha convertido en un gran porcentaje del alimento que se consume en la Tierra.

Es necesario tener en cuenta estos hechos, y también disfrutarlos. Preparamos nuestros modestos mundos burbuja por el simple placer de hacerlo, igual que uno cocinaría una buena comida, o construiría cualquier cosa, o cuidaría del jardín, pero también constituye un nuevo hito histórico, y el centro neurálgico del Accelerando. ¡No podría recomendarlo más! Aunque la inversión inicial no es despreciable, ahí fuera quedan aún muchos asteroides sin propietario.

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