21

21


NURIA

Página 4 de 27

NURIA

¡Corre! ¡Corre! La mente de Nuria procesa todos los estímulos posibles. No puede detenerse porque se darán cuenta de que no está entre ellos. Busca un lugar alejado donde poder pasar la noche. Se detiene ante la inmensa oscuridad. La luna ilumina ligeramente el bosque en el que se encuentra, sin embargo, las copas de los árboles tapan la mayor parte de la luz, creando sombras tenebrosas sobre el suelo. Se da cuenta de que lleva sin pisar la tierra y sin oler el aire exterior mucho tiempo. Además, la tierra está húmeda. Le duelen los pies y el pecho. Tiene frío. Mucho frío.

Oye búhos. Escucha el viento. Respira y se relaja. Se mira las manos y se toca la cara. Todo está en su sitio. Se mira la pierna y la herida parece haber cicatrizado ya. Mira a su alrededor y decide seguir caminando.

Está confusa y recapacita sobre lo que ha pasado: Ángel le prometió que encontraría una salida y así ha sido. ¿Cuánto tiempo llevaban encerrados en aquel infierno? Menos mal que Ángel lo planeó todo con sumo cuidado para que no hubiera errores… o sí, quizá todo había sido un error. ¿Estará vivo? ¿Habrá conseguido escapar? Tiene que estarlo, porque la liberó de su celda, pero no tuvo tiempo ni de encontrar ropa. Eso es, lo que necesita es ropa de invierno. ¿Pero dónde? Es demasiado arriesgado salir a buscarla, además es de noche. Mañana la buscarán durante todo el día. También a Ángel. ¿Qué puede hacer?

Sigue caminando y encuentra una casa de madera. La suerte parece estar de su lado por una vez en mucho tiempo. Desde fuera, mira por las ventanas. No está abandonada, está bastante cuidada por dentro. Quizá haya ropa.

Vuelve al bosque y coge una piedra. La lanza contra el cristal de una ventana. Ahora arranca una rama cercana de un árbol. Tiene mucha fuerza. Con la rama rompe el resto de la ventana para no cortarse. Se mete dentro de la casa.

Parece acogedora. En la sala principal, los sofás son antiguos y están cubiertos con plástico. Aunque esté bien conservada parece que llevan tiempo sin venir. Da con un interruptor. Lo pulsa. No hay electricidad.

Entra en una de las dos habitaciones. Tiene dos camas y un baño. La madera está húmeda y algo vieja, pero no deja pasar el frío. Quizá haya una capa aislante entre el exterior y el interior. Abre un armario y hay ropa. Es bastante vieja y pasada de moda. No quiere llamar demasiado la atención así que coge un chándal y una sudadera negra. Es calentita… Se abraza a sí misma y suspira.

Se tumba en la cama. Mañana irá a buscar a Ángel y algo de comida. «El pueblo tiene un hospital en el centro», eso fue lo que Ángel le dijo. Ahora, él es el único con quien puede escapar al sur para recuperar el artefacto. Pero tiene que descansar. Se mete en la cama y, tras varios meses, por fin siente que está a salvo. Cierra los ojos y se queda dormida rápidamente.

Ir a la siguiente página

Report Page