1984

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Apéndice » Los principios de neolengua

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doblepensar, evitar que esto ocurriera, pero dentro de dos generaciones se evitaría incluso la posibilidad de este peligro. Una persona creciendo con neolengua como único lenguaje, no sabría nunca que había tenido antes la acepción de «igualdad política», o que «libre» había significado anteriormente «intelectualmente libre», del mismo modo que, por ejemplo, una persona que no hubiera oído hablar nunca de ajedrez, podría saber los segundos significados aplicables a la reina y a la torre. Por lo tanto, quedaría descartada la posibilidad de cometer muchos crímenes y errores simplemente porque no tenían nombre y, en consecuencia, son inimaginables. Y era de esperar que con el paso del tiempo las características que distinguían a la neolengua, se volverían más y más acusadas: sus palabras irían disminuyendo, sus significados cada vez más restringidos y más remoto el peligro de utilizarlos impropiamente. Al desaparecer la Viejalengua se habría roto el último lazo con el pasado. La historia ya se había reescrito, pero algunos fragmentos de la vieja literatura sobrevivían aquí y allá, imperfectamente censurados, y mientras persistiera el conocimiento de la Viejalengua era posible leerlos. En el futuro tales fragmentos, incluso si sobrevivieran, serían inteligibles e intraducibles. Era imposible traducir un pasaje de Viejalengua a Neolengua, salvo que se refiriera a algún proceso técnico, a hechos de la vida cotidiana o bien fuese ya de tendencia

ortodoxa (

bienpensante sería la expresión en neolengua). En la práctica, esto suponía que ningún libro escrito antes de 1960 podía traducirse por completo. La literatura anterior a la Revolución sólo podía estar sujeta a una traducción ideológica, o sea, a una alteración tanto de las palabras como del sentido. Tomemos por ejemplo el tan conocido pasaje de la Declaración de la Independencia:

Entendemos que son verdades evidentes el que todos los hombres han sido creados iguales, que han sido dotados por su Creador con ciertos derechos: inalienables, entre los que se encuentran la vida, la libertad y la búsqueda de la felicidad. Y que, para asegurar estos derechos, se han instituido entre los hombres los gobiernos, cuyo poder depende del consentimiento de los Gobernados. Y que cuando cualquier forma de gobierno perjudica estos fines, el pueblo tiene derecho a alterarla o abolirla e instituir una nueva…

Hubiera sido imposible traducir este párrafo a neolengua conservando el sentido del original. La traducción más aproximada consistiría en tragarse todo el pasaje como

crimental. Una traducción completa sólo podía ser ideológica, con lo que las palabras de Jefferson se habrían convertido en un panegírico sobre el gobierno absoluto.

Buena parte de la literatura del pasado ya se había transformado en esto. Consideraciones de prestigio aconsejaban conservar el recuerdo de algunas figuras históricas, poniendo al mismo tiempo algunas de sus grandes acciones en relación con la filosofía del Ingsoc. Varios escritores como Shakespeare, Milton, Swift, Byron, Dickens y otros estaban en proceso de traducción. Una vez terminado este trabajo, sus escritos originales, junto con el resto que hubiera sobrevivido de la literatura del pasado, sería destruido. Estas traducciones eran un proceso lento y difícil y no se esperaba que fueran terminadas antes de la primera o segunda década del siglo veintiuno. Había también gran cantidad de literatura meramente utilitaria —manuales técnicos indispensables y cosas por el estilo— que debían ser tratados del mismo modo. Para dar tiempo a este trabajo preliminar, se fijó una fecha tan lejana como el año 2050 para la adopción definitiva de la neolengua.

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