19

19


DOS » Capítulo I

Página 15 de 53

Capítulo   

I

SEIS. Siete… Ocho.

Te detienes. Miras el reloj. Observas cómo el segundero gira.

La madrugada se hace muy larga.

La mano y la muñeca te duelen ligeramente. Prefieres descansar un momento.

Hace un poco de calor.

El esfuerzo te da sed y te sirves un vaso de limonada.

Bebes.

Recuerdas al tipo.

Estaba sentado, allí, adelante, en aquella silla de madera. Era asqueroso ver al infeliz que, jadeando, hablaba entre hipos y babas. A ratos abría su enorme boca para escupir palabras que apenas podían entenderse. Su respiración agitada resonaba vencida. Tardó mucho en convencerse de lo inútil que resultaba gritar, hasta que de su voz solo quedó un sonido hueco, metálico y rasposo.

Por momentos, también tenía ligeros estertores e intentaba arrancarse las cuerdas que lo mantenían preso.

Pronto sus piernas flacas empezaron a temblar con estrépito y te dio mucho asco descubrir que se había meado encima.

Le gritaste tu desprecio.

Él lloró más y viste cómo el moco líquido se descolgaba de su nariz. Te repelió más.

Pero ese mal rato ya ha pasado.

Ahora todo está en calma.

Vuelves a contar las partes que llevas. Bisbiseas los números: …seis, siete, ocho.

Abres y cierras el puño, estiras los dedos nuevamente y miras el reloj. Decides que el descanso ha terminado y que es momento de continuar.

Entonces, coges la sierra y empiezas a cortarle uno de los tobillos.

Nueve.

Ir a la siguiente página

Report Page