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DOS » Capítulo X
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Capítulo
X
TE has distraído.
Demasiado.
El descuido es imperdonable. Sabes que la meticulosidad es primordial y también el tiempo.
Observas el reloj. Son casi las dos de la madrugada. De todas formas, tampoco has perdido muchos minutos. Pero los has perdido y lo sabes muy bien.
Te apresuras.
Vas hasta el salón y guardas todo en tu maletín con cuidado, para no causar demasiados estropicios o manchar en exceso.
De regreso al dormitorio, te dispones a cargar las bolsas para llevarlas hasta el coche.
Pesan.
De pronto, unos jóvenes abren el portal ruidosamente. Un grupo pasa y sube las escaleras gritando. El resto se queda en la entrada del edificio. Escuchas y distingues tres voces gastando bromas, estallando en risas estridentes.
Esperas a que se marchen, pero los minutos transcurren y no se van.
Una anciana les grita pidiéndoles silencio y saltan las carcajadas de los muchachos.
Te asomas a la mirilla y siguen allí.
Sabes que no puedes salir.
Te has distraído.
Demasiado.
Miras el reloj. Y sí, ahora sí no tienes tiempo.