+18

+18


32. Correr el riesgo

Página 35 de 52

32

Correr el riesgo

ALASKA

9 de septiembre de 2016

Tengo una sensación inquietante mientras leo los múltiples mensajes que una vez más me han llegado a mi cuenta de JoinApp.

Blue_Alasfan: Escribes hermoso, pero tú eres mucho más hermosa.

Blue_Alasfan: No me canso de decírtelo.

Blue_Alasfan: Eres tan sexi que a veces sueño contigo. Sueño que te corres en mi boca y en mi polla.

Blue_Alasfan: Tú y yo seríamos perfectos.

Blue_Alasfan: Pero odio que ya no respondas mis mensajes. ¿Por qué estás enojada conmigo?

Blue_Alasfan: ¡No seas una diva! Tal vez deba ir por ti y recrear nuestros sueños.

Blue_Alasfan: ¡Maldita sea! Respóndeme, no vuelvas a bloquearme.

Blue_Alasfan: Te amo y tú me amarás.

Esta es una cuenta diferente, bloqueé la anterior y la que hubo antes. Sé que es el mismo usuario porque encuentro un patrón en lo que dice. Todo esto me está haciendo sentir incómoda y comienza a asustarme más que un poco. Trato de decirme que de igual manera no sabe de mí más allá de lo que muestro en mis cuentas de autoras porque mis redes sociales personales son privadas.

Navego hacia el perfil de la cuenta que fue creada hace unas pocas horas y, tal como lo he hecho con las cuentas anteriores, bloqueo al usuario pidiéndole al universo que no se cree más cuentas y me deje tranquila.

10 de septiembre de 2016

—¿Cómo fue?

Dejo de abrazar mi almohada y observo a mi hermana con la sonrisa bobalicona que no abandona mi rostro mientras pienso en lo bien que Drake me trató, en que fue mejor de lo que esperaba y en que me quedaré con el mejor recuerdo que podría tener.

Nunca imaginé que el amor se sintiera de una manera tan arrolladora.

—Fue increíble. Él se portó increíble conmigo, fue dulce a su manera y muy intenso. —Abrazo con más fuerzas la almohada—. Fue un amante atento. Ya quiero hacerlo de nuevo.

Alice me arroja una almohada riendo antes de volver a pintarse las uñas de sus pies. Me incorporo y gateo hacia ella, me dejo caer sobre el colchón boca arriba y suspiro.

Todavía no puedo creerme que sucediera y que fuera tan maravilloso. Me encantó cómo perdió el control, sus manos sobre mí, sus besos sobre mi cuerpo y la atención de hacerme llegar primero sabiendo que posiblemente no tendría un orgasmo la primera vez que entrara en mí. Y aunque al despertar sentía incomodidad entre mis piernas y un ligero ardor, todo valió absolutamente la pena. Me alegro de haber esperado.

—Lo amo mucho. Muy pocos se casan con su primer amor, pero yo quiero hacerlo todo con él. ¿Crees que estoy loca por pensar estas cosas?

—Creo que eres afortunada, Aska. Supongo que cada persona vive una historia diferente, no debes guiarte por los demás.

—Alguien en clase me dijo que debía experimentar con otros chicos y conocer el mundo antes de decidir. Pero no lo entiendo, porque Drake no es un impedimento para descubrirme, para explorar mi vida y mi sexualidad.

»Mientras me sienta feliz, complacida y segura, ¿por qué se supone que debo pensar en futuros romances o intimar con otras personas? Me siento feliz ahora con él y no quiero que otros me mortifiquen diciendo que necesito conocer a más chicos, como si debiera llevar un reloj midiendo el tiempo que se me permite estar con mi novio antes de ir con otros.

—No prestes atención. Mayormente aquellos que dicen que debes experimentar con otras personas es porque a ellos no les funcionó el primer amor y piensan que todas las parejas son iguales. Disfruta de tu relación con Drake. —Me sonríe—. Tal como tú dices, mientras te sientas feliz, satisfecha y a gusto, todo está bien.

»No hay una regla que establezca que debes experimentar con miles de personas para saber lo que quieres ni tampoco hay regla que diga que debes permanecer con solo una pareja sexual, todo depende de cómo resulten las cosas. No te mortifiques.

—No estoy mortificada, estoy feliz. —Me río—. ¡Mi novio es bueno en la cama! Eso me hace feliz.

—Niña sucia —me reprende—. Aunque tu felicidad está justificada. Tu novio es dulce, atractivo, loco como tú y bueno en la cama. Estoy celosa.

—Su único defecto es estar enfermo en este momento. —Estiro mi mano tanteando hasta encontrar mi teléfono—. Todavía no ha respondido mi mensaje.

—Debe de estar escuchando lo que dice el doctor, tranquila.

—Sí… —Abro el mensaje de Romina—. ¡Oh!

—¿Qué?

—Romina finalmente ha salido de la zona de amistad del futbolista. ¡La invitó a salir!

—Por fin. —Alice alza su pulgar—. Ella estaba cayendo en crisis por él.

—Lo sé.

Comienzo a intercambiar mensajes divertidos con Romina mientras Alice termina de pintarse las uñas de los pies. No dejo de reír con las ocurrencias de mi amiga. Romina está muy emocionada, me lo transmite con múltiples emojis, signos de puntuación y un par de audios. En medio de mi conversación con mi amiga por teléfono y oyendo a mi hermana quejarse de Austin porque se acaba de topar con un chisme en Instagram de él, me llega un mensaje de Drake y por supuesto que no dudo en abrirlo.

Dios sexual: Resultados inconclusos :(

Dios sexual: Quieren hacerme otros estudios. Debemos cancelar nuestra cita.

Alaska: La cita es lo de menos. ¿Tú estás bien?

Dios sexual: Me siento bien, casi ni duele. Me fastidian estos exámenes.

Dios sexual: Pero entiendo que son necesarios.

Dios sexual: ¿Paso por tu casa cuando tus padres se duerman? No sé a qué hora volveré a casa.

Alaska: Aquí te espero.

Dios sexual: ¡Genial! Debo irme, me llaman.

Dios sexual: Nos vemos en unas horas. Besos, Alas.

Alaska: Besos para ti.

—Resultados no concluyentes, van a hacerle más pruebas médicas —anuncio a Alice mientras cubro con un brazo mis ojos—. Odio que suceda eso.

—Es como cuando de pequeña tuve una infección, ¿recuerdas? Miles de exámenes y no descubrían qué tenía, era frustrante.

—¿Por qué no salimos y vemos una película? Creo que te vendría bien para distraerte.

—¿Harías eso por mí? Sé que querías pasar el día en casa, pero necesito hacer algo que me distraiga.

—Prepárate. Tendremos una salida de hermanas Hans.

—¡Yeah! —digo con entusiasmo.

Porque, pese a las circunstancias que nos hacen salir, me encanta pasar tiempo con mi hermana y necesito algo de distracción.

12 de septiembre de 2016

Alaska: ¡Sal a tu ventana!

Alaska: Tengo una sorpresa para ti.

Mordisqueo mi pulgar esperando respuesta y frunzo el ceño cuando no llega.

Alaska: ¡Drake! Vamos, es algo bueno.

Alaska: ¡¡¡Drake!!!

—Aggg, estúpido —me quejo, y marco su número.

Tarda en responder, pero lo hace.

—¿Aska? ¿Qué sucede? —Escucho cómo bosteza.

—Ven a la ventana, tengo una sorpresa para ti.

—Amor, ¿sabes que son las ocho de la mañana? Me acosté tarde poniéndome al día con trabajo.

—Lo siento, lo siento. Es que me emocioné, puedo esperar.

—No hay problema, ya estoy despierto. Dame unos minutos y te alcanzo en la ventana.

—Vale, vale.

Finalizo la llamada y voy a mi ventana, deslizando la cortina y sentándome como otras tantas veces en las que hablamos de esta forma, todavía llevo puesto mi pijama. Drake aparece poco después abriendo su ventana y veo que solo viste un pantalón holgado que cuelga bajo sus caderas, aunque eso no dura mucho puesto que se encarga de ponerse una camiseta porque hace frío.

Bosteza y se estira antes de sonreírme en tanto pasa la mano por su cabello despeinado. Es evidente que acaba de salir de la cama y es aún más evidente que me encanta toda esta vista.

—Buenos días, despertador —bromea.

—Buenos días, lamento haberte despertado, solo estaba un poquito emocionada.

—¿Un poquito? Yo diría que bastante. —Se ríe—. Ahora dime la razón por la que me tientas a esta hora con tu bonito pijama.

—¿Te gusta?

—Me encanta y sé que sin él estarías más preciosa.

—Oh. —Siento cómo me sonrojo y finjo abanicarme con mi mano, él sonríe—. En fin… Hoy he decidido ceder.

—¿Con qué?

—Te daré lo que tanto ansías.

—Hummm… Tengo miedo a decir algo equivocado, porque no sé si hablas de lo que de verdad ansío y, si no es así, sería bastante incómodo.

Eso despierta mi curiosidad porque se sonroja. ¿Qué pensamientos pasan por la cabeza de mi novio?

—¿Qué ansías, Drake? ¿Por qué parece que es algo sucio? ¡Oh, Jesús pervertido! Dime.

—No estás lista para escucharlo.

—¿Qué es? ¿Alguna postura sexual? ¿El sesenta y nueve? ¿Sexo anal?

—Oh, Jesús… —comienza a reír—. Déjalo estar. Ahora dime cuál es tu sorpresa.

—De acuerdo. —Entorno mis ojos hacia él, algún día le sacaré esa respuesta—. Te daré una de las cosas que pareces ansiar.

—Muy bien, eso hace que merezca la pena que me despertaras. Ahora dime qué es.

Hago con mi voz la mala imitación de un redoble de tambores, él enarca una ceja esperando a que todo mi teatro termine, luego aplaudo y finalizo uniendo mis manos.

—¡Te daré spoilers!

—¿Qué? ¿Qué milagro es este? ¿Es la mañana de Navidad? —Parece genuinamente emocionado, eso aumenta mi entusiasmo—. ¿De verdad me darás mis tan esperados spoilers?

—Sí, lo haré.

—Oh… Esto me emociona, esto vale totalmente la pena. —Une sus manos y aplaude—. Soy un Alasfan feliz.

—Oh, tonto. No exageres.

—De verdad soy feliz. ¿Podré presumir con Romina de esto?

—No seas malo.

—De acuerdo, solo presumiré con Alice.

No puedo evitar reír junto a él, pero no pongo en duda que presuma. ¿Quién iba a decir que Drake sería ese tipo de lector?

—Así que ¿viste que apareció un chico nuevo en mi historia? —comienzo.

—Sí, y eso no me da nada de tranquilidad. ¿Harás un triángulo amoroso? ¿Será un idiota? Porque finalmente nuestro protagonista está a punto de decirle que la ama.

Amo la intensidad y pasión con la que discute mi historia, es genuino, no finge que le interesa. Es real.

—¿Un triángulo? Lo llegué a pensar, pero eso conllevaría a que la historia se alargara más de lo planeado —razono—. En realidad, el nuevo se verá como el chico perfecto para ella. Caballero, dulce, buena familia, sexi y con las palabras perfectas para derretir a una chica…

—O sea, será un Dawson —me interrumpe.

—¡No! Dawson es amor y bueno.

—Entonces…

—Timothy será un cabrón de primera. Les hará creer a todos que es el chico perfecto. Peter dudará de él, pero todos creerán que en realidad se trata de celos porque Timothy tiene más pelotas y está siendo directo con Kristen…

—¡Oye! Peter tiene pelotas, solo que está asustado de que ella no sienta lo mismo porque siempre le envía señales confusas. ¡Está aterrado!

—¡Lo sé! ¡Soy la escritora!

—Oh, cierto. —Ríe apenado—. Prosigue.

Le arrojo un beso y me sonríe, asiente para que prosiga y deje de estar deslumbrada por su presencia.

—En fin, que resultará ser un cabrón. Enfocaré mi trama ahí. Él va a sembrar dudas entre Peter y Kristen…

—Lo odio —me informa—. Sucio bastardo traidor.

—Lo sé, lo sé —lo calmo—. Él será un malnacido. Creará muchas dudas entre todos, entonces cuando Peter enferme…

—Espera, espera. ¿Cómo que enferma?

—Sí, enferma un poquito y Kristen se preocupa.

Entorna los ojos hacia mí y cruza los brazos a la altura de su pecho. Le doy el intento de una sonrisa angelical.

—¿Y los resultados de sus pruebas médicas son inconclusos por casualidad? —cuestiona.

—No. Se descubre que tiene una bacteria en el estómago y que está bien —aclaro—. La cosa es que mientras está enfermo…

—Casualmente como yo.

—Tim —ignoro su interrupción— aprovecha para acercarse mucho a Kristen, se obsesiona, pero al ver que ella solo tiene ojos para su Peter…

—Me gusta cómo suena eso.

—Tim se cansará de que su plan no funcione y secuestrará a Kristen. Querrá obligarla a que lo ame, pero ella se negará y pensará que las advertencias de Peter siempre fueron ciertas. Estará días secuestrada…

—¿Qué mierda…? —Parece anonadado, estoy demasiado inspirada contándole mis planes.

—Entonces, un día, cuando él intenta meterle mano, ella lo golpea y comienza a escapar. Para entonces, Peter está hospitalizado y sospecha que algo está sucediendo. Kristen lo llama…

—Eh…, ¿con qué teléfono se supone lo llama? Estaba secuestrada.

—Oh. —Frunzo el ceño ante ese detalle olvidado—. ¡El teléfono que le roba al bastardo!

—Muy bien, prosigue.

—Entonces, le dice que tiene miedo, que Tim está loco y le dice que siempre lo ha amado.

—Esto me suena a despedida y me estoy asustando, Alas.

—Peter le dice que le dirá sus sentimientos en persona, que luche y corra. —Uno mis manos contando mi desenlace final—. Y de repente, sucede.

—¿El qué? ¡Habla!

—Peter golpea la cabeza de Kristen, asesinándola en el acto.

No hay palabras para la expresión en el rostro de Drake, parece genuinamente conmocionado. Su ceño se va frunciendo y niega con su cabeza.

—¡No me jodas! No puede ser el final. ¡No puede! ¿Quién te dio licencia para ser una asesina en serie? Primero Cody ¿y ahora Kristen? ¿Nuestra dulce y estúpida Kristen?

—No es mi culpa, es de Tim.

—¡Y un carajo! ¿Pero qué final es ese?

Llevo una mano a mi boca para tratar de contener la risa, pero las ganas pueden más y termino por hacerlo. Río tanto que se me escapan un par de lágrimas. Drake se mantiene mascullando sobre mi falta de empatía y corazón.

—Es mi historia y hago lo que quiero —le digo encogiéndome de hombros.

—Pero… Pero… ¡Novia! ¿Por qué ese final?

—¿Te duele?

—Hasta el alma.

—Ay, mi pobre bebé.

—Haz feliz a tu amor —me pide haciendo un puchero.

Casi quiero saltar de mi ventana a la suya y comérmelo a besos de chocolate.

—Estoy de broma, tonto. Todo eso pasará, pero no te diré si muere, al menos no ahora.

—¿Cuándo?

—Te lo diré cuando dejes de estar enfermo. Es mi garantía de que te quedarás conmigo.

—Parece justo. Trato hecho. —Me sonríe—. Muchísimas gracias por los spoilers.

—Ha sido todo un placer. ¿Te veo dentro de un rato?

—Ven a desayunar conmigo, prometo que lo pasaremos bien.

—¡No se diga más! Ya mismo voy.

—Aquí te espero.

Me arroja un beso y se aleja de la ventana. El muy perverso deja las cortinas abiertas mientras se desnuda del todo. Abro mi boca y me deleito con toda su desnudez, camina hasta tomar su bata de baño, se gira y veo su erección matutina, me guiña un ojo antes de cubrirse.

Es un provocador, pero me aseguraré de que pague este calentón apenas ponga un pie en su casa.

13 de septiembre de 2016

Flyper_Alasfan: No me doy por vencido.

Flyper_Alasfan: ¿Por qué no quieres hablar conmigo? Te admiro muchísimo, me he enamorado de ti: de tus palabras, de tu forma de ser y de tu belleza. Creo que podríamos funcionar.

Flyper_Alasfan: Follaríamos tan delicioso, tan duro y tan bien. No me rendiré contigo. ¡Puede suceder!

—¿Dices que le bloqueas y se crea un usuario nuevo? —pregunta Drake desplazándose por la gran cantidad de mensajes que me han enviado.

—Sí. —Asiento para dar más fuerza a mi respuesta mientras acaricio su cabello, su cabeza se encuentra sobre mi regazo—. Me he comunicado con soporte técnico, pero dicen que no pueden hacer nada más que eliminarle las cuentas.

»Sin embargo, cuando la eliminan, de inmediato crea una nueva. Cambié mi foto de perfil, pero igual ya me ha visto.

—Debemos poner una denuncia por acoso —me dice bloqueando al usuario después de tomar capturas de sus mensajes—. Nunca está de más tener precaución cuando no sabemos de dónde te lee esta persona que parece tener una obsesión contigo.

—Tal vez debería decírselo a mis padres, pero ellos no saben que escribo en JoinApp —murmuro, él alza la vista para observarme—. No saben que no solo escribo historias románticas y que a veces me pongo algo sucia con mis escenas.

—¿Algo sucia? —Enarca una ceja—. El teléfono se me cayó en el rostro cuando leí «Harper, chúpame la polla».

—Oh, cállate. Estaba muy avergonzada cuando me tendiste esa emboscada en la cafetería.

—Cómo olvidarlo, te fuiste corriendo. —Se ríe—. Me tomó horas idear ese plan de confrontación, fue bueno.

—Fue traumático para mí.

Flexiona sus labios de una manera graciosa y bajo mi rostro para besarlos, mordisquea mi labio inferior antes de dejar de besarnos. Su expresión cambia a una seria.

—Puedes decirle a tus padres cómo te sientes sobre que lean tus historias en este momento y ellos lo respetarán, pero necesitas decirles lo que sucede y que te lleven a la policía a presentar este caso de acoso.

»No estamos seguros de si ellos le darán la atención debida, pero al menos debemos intentarlo. Nunca sobra tomar precauciones, ¿de acuerdo?

—De acuerdo —concuerdo—. Suenas muy adulto cuando hablas así, me gusta.

—Hablo en serio, Aska.

—Se lo diré mañana cuando se despierten, ahora, por si no lo recuerdas, me he escapado de mi casa para dormir contigo.

—¿Solo dormir? —Se incorpora y me da un empujón para que caiga sobre la cama en tanto sube sobre mí—. Primero debemos divertirnos.

Sus dedos comienzan a desabrochar los botones de la camisa de mi pijama. Estiro mis manos sobre la cama dejándome hacer por él, eso lo hace sonreír.

Somos esa pareja que, una vez que lo hace por primera vez, le gusta hacerlo de nuevo, de nuevo y de nuevo. Lo hemos hecho cada vez desde hace cuatro días, los cuento, ya me adapto mejor y la incomodidad no es tan presente como la primera vez, ahora hay mucho más placer y lo más emocionante: ¡ya alcanzo un orgasmo cuando lo hacemos! Y eso me da mucha, pero mucha satisfacción. También he aprendido que Drake es el mejor amigo de mis partes femeninas, porque ellas enloquecen cuando sus manos, dedos, boca y lengua se acercan.

—Compré un libro para nosotros el otro día —informo mientras acaba con los botones y separa la tela dejando al descubierto mis pechos desnudos—. Debemos leerlo.

—Cuando quieras —dice de manera distraída.

Muerde su labio inferior y estira su mano jugando con las puntas de uno de mis pechos, contengo el fuerte gemido que quiero dejar escapar. Su mirada no se despega del movimiento de sus dedos.

—Creo que será muy bueno —digo sin aliento.

—Seguro que sí. —Baja su rostro y lame mi pecho antes de soplar—. Lo amaremos.

—Sí, sí, lo amaremos.

Se ríe antes de succionar y hacerme delirar. Como siempre, se toma su tiempo con esa área de mi cuerpo y luego sube mucho más la temperatura cuando su mano se desliza por mi abdomen hasta perderse debajo de la cinturilla de mis bragas y acariciarme de esa manera que me hace retorcerme. Poco a poco va construyendo esa oleada de placer a la que cualquiera se volvería adicto. Me va volviendo loca y, cuando susurro su nombre y me estremezco, besa mis labios. Cierro los ojos disfrutando de cada segundo de mi orgasmo y cuando los abro lo encuentro observándome con una sonrisa.

—¿Qué tal el viaje? —pregunta en un susurro.

—Llévame de nuevo —respondo, y ríe.

Lo ayudo a quitarse la ropa y reímos porque somos un poco torpes en la desesperación, la risa crece cuando al ubicarse entre mis piernas prácticamente quedamos en la orilla de la cama y mi cabeza cuelga. Riendo nos acomodamos mejor, lo veo cubrirse y luego se adentra en mí, haciendo que las risas cesen. Me besa para acallar mis gemidos mientras se mueve de una manera que me enloquece y que me hace rasguñarle un poco, tiro de su cabello, su codo pisa parte del mío, pero no me importa porque todo lo que puedo sentir es que ardo al sentirlo deslizarse una y otra vez dentro de mí con estocadas profundas que me tienen abriendo tanto como puedo las piernas.

Me mira con intensidad y luego sus ojos se encuentran clavados en la manera en la que mis pechos se sacuden con cada empujón de sus caderas contra las mías y casi me desintegro cuando me da una sonrisa llena de picardía antes de lamerse el pulgar y presionarlo contra el pequeño nudo de nervios entre mis piernas, que incrementa el placer ante su toque. Mis propias manos se deslizan hasta mis pechos, tirando de las puntas mientras jadeo.

Me encanta la manera en la que su abdomen se contrae con cada embestida, me gusta la manera en la que se desliza una y otra vez en mí con la facilidad de mi humedad, adoro la manera en la que me mira como si yo fuese su sueño y me deleito con el deseo con el que me toma.

Lo amo, lo amo, lo amo. Y no me asusta, me encanta esta sensación. Amo el amor.

Cuando creo que estoy a punto de alcanzar el orgasmo, su movimiento se vuelve más lento, torturándome y alargando tanto el momento que le hago saber que lo odio, cosa que lo hace reír en tanto se mantiene con esa tortura hasta que se detiene y me observa, sonriendo antes de arremeter con tanta fuerza que mi cuerpo se desliza en la cama.

El sonido de su cuerpo contra el mío resuena, y yo lucho contra las ganas de gritar sintiendo cómo sus dedos se mueven con precisión en el nudo entre mis piernas y su otra mano se agarra con fuerza de una de mis nalgas. Me lleva a otro orgasmo que me hace temblar y cuando él también lo alcanza, se deja caer sobre mí, riendo y besando mi mejilla.

—¿Qué es tan gracioso? —pregunto.

—Me duele la nalga en donde me inyectaron —ríe aún más—, pero valió la pena. ¡Lo valió!

También río, al menos hasta que sale de mí y gimo un poco. Se deshace de nuestro amiguito el preservativo, nos limpiamos con sus fieles toallas y luego nos acostamos de costado, observándonos.

—Quiero volverme pegajosa y hablar de cosas como bebés y boda. ¿Te asustarás?

—Pruébame —me reta.

Me cubro mejor con la sábana y sonrío aceptando el reto.

—Nos casaremos en verano.

—De acuerdo.

—Dejo a tu elección cómo será la propuesta.

—Gracias por ser tan considerada. —No me pierdo la ironía en su tono, pero lo ignoro.

—No será una boda íntima, pero tampoco será un show. Escribiremos nuestros votos y podemos discutir luego la luna de miel.

—De acuerdo.

—Discutiremos, nos reconciliaremos. Seremos felices, a veces querré matarte y tú sacudirme, pero solucionaremos los problemas. Ahora, sobre los bebés.

—¿Qué pasa con los bebés no natos?

—Tendremos cuatro.

—¡¿Cuatro?! ¡Con lo que cuesta mantener a cuatro hijos, mujer!

—No seas tacaño, tendremos un buen sueldo. Ambos venimos de familias de una buena cantidad de hijos, quiero que los míos tengan hermanos geniales como los tengo yo.

—Drake, la máquina de hacer espermatozoides —murmura.

—Ojalá tengamos tu gen y tengamos lindos gemelos. ¡Ah! Serán preciosos. —Suspiro—. Después decidiremos los nombres.

»¿Qué te parece? Aún quedan detalles que concretar, pero lo haremos en el camino. —Sonrío ampliamente—. ¿Te asusté?

Me observa con fijeza y con su índice golpea mi nariz.

—Un poco —admite—, pero no tanto para salir corriendo, loca. ¡Cuatro hijos! Esa sin duda fue la parte que más me asustó.

—Si logramos gemelos, solo serían tres embarazos o dos…

—Ahora de verdad me estás asustando mucho.

Río y pellizco su mejilla, hace una mueca e intenta morder mi dedo.

—Te asusto, pero sigues aquí.

—Porque nunca quiero irme de tu lado.

—Ah, es que eres dulce. —Me acerco y le doy un besito—. ¿Activaste la alarma para irme a casa antes de que se despierten?

—Sí. Todo controlado. —Bosteza—. Igual debo levantarme a esa hora para tomar un medicamento, así que no hay manera de que nos quedemos dormidos.

—Bien. —Le doy otro beso—. Dulces sueños.

—Lo mismo digo, Alas.

Ir a la siguiente página

Report Page