*/

*/

From

UN NUEVO HOTEL EXTRANJERO EN 23 Y K EN EL VEDADO HABANERO.

APUNTES SOBRE LA CRÍTICA ARQUITECTÓNICA EN REDES SOCIALES, EN DEFENSA DE LA INCLUSIÓN DE LOS ARQUITECTOS CUBANOS.

A propósito de esta publicación de David Duque Rodríguez:

"Torre K en la avenida 23, maqueta del Hotel en Construcción

*No critiquen más lo que se hace , en los 50's los edificios altos también rompieron la estética del Vedado y hoy son iconos de la Ciudad"

Por el polémico intercambio de comentarios que ha suscitado, decidí compartirlo y extenderme con mis propias ideas.

A lo expresado en tono conminatorio por el autor, sumo otros tres comentarios que vale aclarar:

Liuva Mesa ha comentado: "Bien dicho para todos los criticones, no tiene pork alterar el entorno. K mala costumbre la d algunos!!"

Pedro Antonio sentenció que "Ni los criterios especializados...ni la polémica existentes en esos conceptos van a impefir que se lleven a cabo proyectos como ese.... No malgasten más su tiempo en tratar de demostrar conocimientos que no han dado al traste con un proyecto cubano que se pueda materializar..... No creen que es mejor trabajar en eso y no criticar más.... Digo yo.!!!"

David Duque Rodríguez, autor de esta publicación es más categórico e irrespetuoso al referirse a los arquitectos cubanos así: "Luis MountainCuba bueno que no sean tan sumisos y que levanten la voz, que se hagan sentir para que se les tengan en cuenta"

Aun cuando mi principal motivación en esta red social Facebook es aprender y socializar culturalmente sobre esa base del conocimiento, es insoslayable remitirse al ejercicio crítico desde la óptica profesional, o desde una postura ciudadana.

Las redes sociales como Facebook, que en principio no discriminan ni excluyen por motivo de sexo, edad, nacionalidad, creencia religiosa, filiación política o por el oficio, profesión o nivel cultural, por solo citar algunos (aunque sí se atribuyen bloquear usuarios a conveniencia), tienen la ventaja de facilitar el amplio acceso a diversa información, a difunfirla y someterla a juicio colectivamente y sin barreras.

Es un foro de aparente democracia virtual. Es un medio que a veces influye y pesa en decisiones importantes, toda vez que crea estados de opinión que pueden sumar multitudes.

Por eso, a diferencia de sitios web académicos especializados en ciencia, política, artes, deportes, medicina, arquitectura, etc. etc. etc. Facebook brinda cierto espacio a la libre expresión, y en consencuencia a la confrontación libre, o al concenso.

Por su parte, siendo derecho propio como ciudadanos, asimilar y juzgar todo lo relacionado con los lugares en que transcurren nuestras vidas, en este caso nuestra ciudad capital, La Habana, es libre que cada quien la sienta, la admire, la enjuicie, la exalte y divulgue desde sus vivencias y orgullo personales.

Es admirable como en páginas como Fotos de La Habana o Havana_city por citar dos, confluyan tantas maneras y visiones diversas de la ciudad. Es una muestra fehaciente de ese orgullo y sentido de pertenencia, de amor por La Habana, y es algo muy beneficioso para expandir esos valores.

Eso es una forma de expresión libre, que basada en el respeto y la ética juega un papel cultural.

Pero ello no significa, en modo alguno, que un criterio o apreciación personal, sin un basamento investigativo o referencia académica o bibliográfica que lo sustente - mucho menos no siendo el ámbito profesional especializado de quien emite el criterio - en un asunto tan específico como la Arquitectura, nos autorice éticamente a enjuiciar, e incluso a polemizar, sin ser especialistas.

Esto en términos de cultura ciudadana es aplicable a cualquier esfera profesional, como por ejemplo en la Medicina, en tiempos de la Covid - 19, donde sin excepción, debemos todos atenernos al criterio científico especializado y autorizado de los profesionales de las Ciencias Médicas. ¿O no?

La Arquitectura y el Urbanisno nos conciernen tanto a todos, como nos concierne la Medicina, o cualquier otra ciencia o arte. Y en tanto ciencias especializadas, y artes, en unas como en otras, más allá de la aprehensión subjetiva que nos motive, debemos respeto y atención a quienes con sus estudios, su práctica profesional, y su pensamiento experto, nos inducen a razonar sobre ello de una manera educativa, desde la teoría y desde la crítica.

Por ello, tratándose de la Arquitectura y el Urbanismo de la ciudad de La Habana, por sus valores y significados, es importante ejercer la teoría y la crítica, y ejercerla profesional y públicamente, para que nos sirva de herramienta colectiva, de análisis, de aprendizaje y de proyección eficaz hacia sus múltiples expresiones y problemas.

Es una práctica ausente la divulgación teórica y crítica sistemática, y es imprescindible sostenerla y defenderla, porque de ello depende sostener y defender los valores y significados de La Habana.

Partiendo de ese principio, argumentaré sobre los comentarios específicos que se hicieron.

Recomiendo la lectura del artículo investigativo del colega arquitecto y profesor Ruslán Muñoz
"Edificios altos del Movimiento Moderno"

Puedo precisar - sobre el criterio de David Duque - que efectivamente los edificios altos en El Vedado - cuya construcción data desde las primeras décadas del siglo XX - se intensificaron coyunturalmente en la década de 1950s, modificando sustancialmente el paisaje urbano, en una rítmica silueta de torres modernas contrastando con construcciones eclécticas o art decó.

Pero no todos los edificios altos construidos en esa década aportaron a la Arquitectura de El Vedado cualitativamente, muchos se debieron más al afán especulativo que al respeto a patrones estéticos, muchos no pasan de ser simples torres racionalistas, a las que turistas norteamericanos se refieren equívocamente como "mala influencia soviética".

Y precisamente, aquellos edificios icónicos que identifican a El Vedado en ese periodo, fueron resultado de concursos por invitación a arquitectos cubanos de prestigio, como los diseñados por Antonio Quintana Simonetti para el Retiro Médico y el Retiro Odontológico; o el FOCSA diseñado por Ernesto Gómez Sampera / Martín Domínguez Esteban, o fueron resultado de la convocatoria de firmas de arquitectos norteamericanos de prestigio, en colaboración con firmas de arquitectos cubanos, como el Habana Libre (Welton Becket / Arroyo - Menéndez) y el Habana Riviera (Igor Polevitsky).

Otro dato importante, refiriéndonos a íconos y a valores estéticos, es que todos estos proyectos convocaron a los mejores artistas plásticos cubanos, pintores, muralistas y escultores a dejar su impronta creativa en sus exteriores e interiores. Esta práctica, de altísimo valor cultural, está ausente en las nuevas inversiones hoteleras.

El nuevo hotel de 23 y K, para los profesionales cubanos de la Arquitectura (que no somos "criticones" pero sí nos sentimos comprometidos con una crítica consciente), en cualesquiera de las versiones de proyecto que se ha publicado oficial o extraoficialmente como esta, rompe la estética de El Vedado, sí, pero no para enriquecer ese listado icónico de edificios altos, pues su expresión es pobre, ajena y desconocedora de códigos expresivos y ambientales que fueron muy bien pautados en esa década de 1950, como los elementos de balcones y quiebrasoles que protegen del sol y aportan ritmo y belleza, mientras que su forma volumétrica, tratándose del que será el hotel o edificio más alto de Cuba, más de 60 años después de su vecino Habana Libre, ni se interesa en establecer un diálogo de contraste o armonía con aquel, simplemente se erige rígido y pesado en ese entorno.

En consecuencia, Liuva y David, este nuevo edificio sí alterará e impactará negativamente ese entorno, sea o no obvio para muchos, quienes deslumbrados por la aparición de este mastodonte después de décadas de ausencia de nueva arquitectura, se impresionen con la altura y lo sofisticado de las fachadas de cristal, o de una piscina que se proyecta en voladizo, todo eso tan antiguo como los primeros edificios modernos racionalistas desde hace casi 100 años.

Para entenderlo así, es necesario cierta cultura arquitectónica, no la especializada que abarca el currículo de la facultad de arquitectura, pero sí esa cultura general que podemos encontrar asequible en las redes, y que a muchos no interesa, y mucho menos recibimos a través de nuestra televisión y medios culturales, donde la Arquitectura está ausente. Y no porque no haya profesionales para divulgarla, y no porque falten propuestas de hacerlo.

Mas ese impacto no queda en su expresión estética, ese sitio es uno de los más valiosos de La Habana. La Habana, más que para los turistas extranjeros, es para sus habitantes, y siendo así, ese terreno - como previeron las Regulaciones Urbanísticas de El Vedado - debió acoger una inversión que admitiese otras funciones públicas importantes, de servicios a escala de ciudad y hasta de país, más allá de la galería de tiendas de lujo o la piscina y bares de precios inaccesibles que ofertará el hotel. Esto es también un argumento de peso en la Arquitectura y el Urbanismo - el vínculo entre el valor del suelo y su destino de uso.

Pero como han notado quienes nos conminan a no criticar, su impacto negativo trasciende lo visible, y se adentra en uno de los problemas más sensibles de nuestra actualidad profesional, que es la exclusión absoluta de los arquitectos cubanos del diseño de este y cualquier otro nuevo hotel, que por 20 años se haya construido en Cuba.

El Arquitecto, Liuva, David y Pedro Antonio, es un profesional que ejerce por encargo expreso y por la convocatoria de un comitente o inversionista. Así como ejercen las otras profesiones, los médicos, los maestros, los abogados, nosotros ejercemos concretando un servicio que se nos encarga. A diferencia de las otras artes, nuestros diseños carecen de valor social si no se destinan a ser construídos para satisfacer una necesidad funcional, en este caso, un hotel.

Y no diseñamos un hotel por iniciativa propia, per se, aunque nuestros buenos diseños si podrían y deberían ser mostrados y criticados en galerías y en los medios masivos culturales e informativos. Pero si no podemos diseñar ¿qué mostrar? La revista Arquitectura Cuba dejó de publicarse por carencia de financiamiento.

Es así en el mundo en general, se diseña por encargo, alguien financia un proyecto y se selecciona al arquitecto proyectista, y es así en Cuba, o fue así.

La diferencia esencial con el mundo, radica en que en Cuba, con el triunfo de la Revolución Cubana, la formación de arquitectos - como de todas las profesiones - responde a la estrategia de gobierno de satisfacer la planificación socio - económica del país.

Por lo tanto, las facultades de arquitectura en Cuba gradúan arquitectos para ser empleados potencialmente acorde a esa estrategia de Gobierno.

Contradictoriamente, por 20 años consecutivos, el principal programa inversionista del país en cuanto a las nuevas construcciones, que es el programa hotelero y del turismo en general, no ha empleado a uno solo de los arquitectos cubanos que se haya graduado antes o después de la Revoluvión para concebir su arquitectura. Todos los nuevos diseños, sin excepción, han sido importados desde el extranjero.

Cuba no importa médicos, maestros, abogados, etc. etc. Por el contrario, potencia la exportación de estos servicios profesionales.

Los Arquitectos cubanos, graduados en cantidades anuales entre 100 y 200 durante 60 años, no somos empleados consecuentemente. Las divisas que el país necesita ahorrar, son erogadas durante 20 años a empresas y arquitectos extranjeros, que nos reemplazan en nuestro ejercicio profesional. Esa práctica limita el desarrollo profesional, la reduce a un ejercicio limitado como proyectista ejecutor.

Ese hecho, Liuva, David y Antonio, en forma alguna conduce a establecer nuevos íconos de la Arquitectura Cubana, y mucho menos favorece nuestro entorno, ese que será el que dibuja a La Habana del futuro.

Vale aclarar, no se critica que un arquitecto extranjero, o cubano no residente, diseñe para Cuba.

Se critica que no se convoquen los proyectos a concurso, que no se convoquen a arquitectos de prestigio, se critica que el resultado constructivo de esos nuevos hoteles carezca de confrontación de buenas ideas, que en Arquitectura, es fundamental para el mejor resultado. Es incluso esencial para el eficiente empleo del financiamiento, y para el ulterior mantenimiento sostenible.

Se critica, como lo entiende el joven Luis MountainCuba, que se prive injustificadamente a La Habana, a El Vedado, a la Arquitectura Cubana, de la contribución e impronta creativa de los arquitectos cubanos con suficiente talento para hacerlo, de esos mismos que el Gobierno Revolucionario ha educado y formado.

Esa práctica injustificada también conlleva a un impacto cultural negativo. ¿Cuál será la huella arquitectónica cubana de estas últimas décadas?
¿Cuántos arquitectos jóvenes han emigrado desmotivados?

Pedro Antonio, no sé a qué se dedica usted, pero yo soy arquitecto. Quien conoce a un arquitecto activo, sabe que no recesamos, no descansanos en nuestro afán creativo, no cesamos en el proceso proyectual, hasta que la obra concluye, y más.

Lamentablemente, en mi caso por ejemplo, después de haber sido arquitecto principal en obras como la remodelación del Hotel Nacional de Cuba, la rehabilitación del Hotel Telégrafo, después de haber compartido mi experiencia profesional en las aulas de la facultad de arquitectura, enseñando precisamente el diseño de hotelería, o tutoriando tesis de arquitectura con propuestas para varios de esos mismos hoteles que han diseñado arquitectos extranjeros (que ni se conoce quienes son); después de todo eso
¿Cree usted Pedro Antonio - que excluído de esa posibilidad - debo yo "trabajar más en eso y criticar menos"? (Tómese extensivo al gremio en general)

Vale también aclarar, David Duque, porque creo que vive en Cuba, y se rige por los patrones ideológicos y de conducta ético - social establecidos aquí, que los arquitectos cubanos a quienes usted se refiere como "sumisos", e incita a "levantar la voz para que se nos tenga en cuenta" no hemos cesado de luchar por un derecho, que es un deber de nuestra sociedad. Los mismos sindicatos y las mismas organizaciones profesionales que valen para otras profesiones, han sido el contexto oportuno para su debate y reclamo, desde siempre, formalmente.

Y si por ejemplo, se adentran en mis publicaciones en Facebook, constatarán la constancia.

Sepan ustedes también, que si mal el nuevo hotel de 23 y K, como el de 1era y B, o el de 1era y D, no tendrán el sello creativo de autor de ningún arquitecto cubano, u otro que lo prestigie con su talento, sí tendrán la huella indeleble de muchos de esos mismos arquitectos cubanos talentosos, a los que no se les da oportunidad, pero a quienes se debe que todos esos hoteles puedan ejecutarse mediante su ejercicio como proyectistas en las empresas del país. Ese es un aval incuestionable, para quienes piensan que "debemos hacer más y criticar menos".

Esa - la pericia técnica y sensibilidad demostradas en esos proyectos - es una voz latente y una evidencia clara de la gran capacidad profesional que se desperdicia por quienes tienen el deber de potenciarlo al máximo.

Este tema no se agotará, ni dejarán de acusarnos por criticar. Pero aquí quedan los mensajes, claros y argumentados para todos, democraticamente aptos para leernos y comprendernos. La Habana, la que todos amamos, lo merece.

Agrego a esta publicación como evidencia gŕafica, imágenes de edificios altos icónicos, y de propuestas académicas de algunos de mis estudiantes para ese lote, así como propuestas elaboradas por colegas en la EMPROY 2.

En estas propuestas se apreciará la diversidad de ideas y del enfoque contemporáneo, pero principalmente la correlación de la nueva arquitectura con su contexto, y su expresión como resultado de esa asimilación contextual, todas de alguna manera con una supeditación armoniosa, y con códigos actualizados, que incluyen las pieles arquitectónicas, la incorporación de la vegetación vertical y de las fachadas fotovoltaicas, aspectos recurrentes en la arquitectura actual.

Proyectos estudiantiles: 1. Judith de Rojas y Olivia Diago. 2. Carlos Díaz y Carlos Carbonell. 3. Vanessa Lugo.

4. Michael Godoy.

Propuestas EMPROY 2: 1. Nora Alvariño y Ernesto Felipe.

2. Silvia Cossío, Carlos Rodríguez y Reynier Almeida.

(Agradezco las citas referidas a mi persona, especialmente a Sergio Isa y a Luisito Azúa Torres, fiel defensor del legado profesional de sus padres, mis colegas íntegros y queridos amigos).

Report Page