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LA ÚNICA SOLUCIÓN ESTÁ EN LA LIBERACIÓN DEL ESPÍRITU. * * * *

(Pido de mi Ser a su Ser que se lea ésta publicación con atención, dedicación y discernimiento. Es importante comprender!)

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Es esta la tarea más difícil pero la más importante que puede acometer un hombre que se cree despierto.

El falso dios creador, o Gran mente, GADU gran arquitecto del Universo, necesita que los hombres permanezcan dormidos para concretar su plan. Por lo tanto, cualquier persona que imparta información que procure despertar y liberar a los Espíritus deberá ser atacado, ridiculizado, eliminado. Por eso todo este saber, o conocimiento ha sido tan perseguido y distorsionado.

El demiurgo necesita que los hombres no despierten, para conducirlos como sonámbulos, a través de sucesivas reencarnaciones, a ese punto culminante de supuesta evolución en que, cansados de tanto sufrimiento aceptan renunciar a su Yo Divino, a su Espíritu Eterno, para disolverse y ser UNO con su dios "creador".

A la pregunta de si la creación es eterna o va a desaparecer alguna vez, la Gnosis primordial tiene una respuesta: todo lo que ha sido creado, todo lo que es materia y pertenece a ésta falsa creación habrá de desaparecer.

El demiurgo crea Universos y luego de un lapso los destruye.

En las enseñanzas de Shankara dice: “Así como los mundos nacen, existen y se disuelven en el Señor Supremo”.

A esto los hinduistas lo llaman “RESPIRACIONES DE BRAHMA”. Brahma es el dios creador de los hindúes. Es otro de los muchos nombres del demiurgo.

Con cada RESPIRACIÓN comienza una nuevo ciclo temporal dentro del dios creador. Es en la espiración, su aliento exhalado hacia afuera, cuando la creación se expande hasta que él decide ponerle un fin, retrayéndola hasta el punto inicial, re absorbiéndola.

Cuando la creación llega a su fin y es destruida, puesta a involucionar, y el tiempo comienza a correr hacia atrás hasta desaparecer, hay un largo período en el que el demiurgo no está en capacidad de crear nada.

En India llaman a ese lapso “la noche de Brahma”. A cada período de creación le sigue un período de silencio cósmico en el cual todo lo creado es llevado hacia un fin contrayéndose hasta desaparecer.

Después de que todo es destruido, reducido a nada, con otra respiración comenzará una nueva creación y así indefinidamente. A cada tentativa del demiurgo le seguirá otra, persiguiendo constantemente esa perfección que nunca llegará.

En todas las épocas, las instituciones religiosas y políticas del demiurgo en la tierra han conspirado deliberadamente para eliminar, o al menos tergiversar, la visión Gnóstica Nous allí donde aparezca. Se prohíbe o deforma todo pensamiento detrás del cual pueda hallarse algún vestigio de Gnosis Primordial.

¿QUÉ ES LO PRIMERO QUE A TODA COSTA TRATAN DE OCULTAR?

En primer lugar, sería necesario eliminar la idea de que más allá del demiurgo ineficiente e incapaz, si existe una FUENTE ÚNICA VERDADERA, SUPERIOR E INFINITAMENTE PERFECTA.

Para poder oscurecer esta parte de la Verdad de la gnosis o NOUS, se ha inpuesto la idea de que este falso dios creador Jehová y el Dios Incognoscible, La FUENTE, son lo mismo, que juntos forman el único dios "verdadero".

Al demiurgo le dicen el creador del cielo y de la tierra. Sin aclarar que simplemente copió e invirtió plantillas originales, densificando la energía de la cual surge la materia o fisicalidad.

El ESPÍRITU fue otra de las cosas que consideraron importante eliminar, o al menos deformar hasta tornarlo irreconocible. Los representantes del demiurgo en la tierra no podían permitir que, después de todo lo adulterado, persistiera el conocimiento del ESPÍRITU lo único verdadero en nosotros... que hay algo infinito, increado y divino dentro del hombre. Había que eliminar al Espíritu, colocando al alma como protagonista.

El alma y el Espíritu, las dos entidades no visibles para el ojo humano común, son perfectamente opuestas e irreconciliables. El alma ha sido creada por el demiurgo, es lo que da vida al cuerpo, lo que lo anima. El aliento de "vida" del demiurgo.

El alma solo ansía unirse a su creador, fusionarse con él.

El Espíritu, por el contrario, es un prisionero en este mundo extraño que no le pertenece y que para Él es un infierno. Él sólo desea liberarse y volver al mundo incognoscible de donde proviene.

PARA EL ESPÍRITU, EL CUERPO Y EL ALMA SON TAN OPRESORES COMO LA MATERIA Y EL TIEMPO.

Para el demiurgo y su creación, es necesario y fundamental que el Espíritu permanezca prisionero, encadenado al alma del hombre.

Su proyecto evolutivo no puede prescindir de los Espíritus atados a la materia.

Pero una cosa es importante: el demiurgo desea que esto permanezca en secreto, que los hombres jamás puedan advertir que poseen en su interior una poderosa fuerza o chispa divina increada, somos emanación de la Fuente verdadera.

Entonces, para eliminar el conocimiento del Espíritu, los agentes del demiurgo en la tierra tuvieron esta ingeniosa ocurrencia: La imposición de los dogmas y doctrinas a través de las religiones.

Del Espíritu tomarían todas sus características divinas de perfección y pureza. Sólo omitirían su aspecto increado, pues si los hombres descubrieran que tienen algo increado infinito y puro en su interior comenzarían a hacer preguntas importantes.

Todas las virtudes del Espíritu serían trasladadas al alma, que así, de instrumento de ENCIERRO perverso, pasaría a ser perfecta. Ya no volvería a hablarse más del Espíritu increado. Ahora quedaría sólo una entidad en el cuerpo humano: “el alma divina y perfecta creada por dios”.

Y no sólo en el cristianismo, en todas las religiones del demiurgo se habla exclusivamente de cuerpo y alma como los únicos constituyentes del hombre.

Es mejor que nadie sepa por qué ha sido aprisionado el Espíritu, pues los hombres comenzarían a preguntarse cosas y hasta algunos podrían llegar a despertar. Es mejor que continúen con su ceguera, hablando y permaneciendo dispersos, distraídos en temas menos peligrosos como drogas, fútbol, conciertos, política, sexo.

Afirmar que el hombre tiene la culpa del “pecado original” y de la “caída”, han sido de las más crueles y siniestras ocurrencias concebidas en contra del Espíritu y de la Fuente Verdadera.

¡Se ha responsabilizado y culpado al hombre por la ineptitud del falso creador y las deficiencias y maldad de su obra!

En la dictadura del demiurgo, los hombres solo tienen libertad para elegir entre varias cosas iguales, dentro de la programación, pero con disfraces diferentes. Hay libertad de pensamiento siempre que no se contradiga el “pensamiento políticamente correcto”, impuesto por los representantes del demiurgo.

Tenemos el caso de las religiones. Parecen todas diferentes, pero no lo son. Son la misma cosa, sólo son diferentes sus apariencias. Su dios es el mismo: el supuesto creador del mundo. Lo llamen Brahma, Baal, Yahvé, Jehová, Moloch, Dios Padre o Aláh, es siempre el mismo: el demiurgo.

Hay personas medianamente despiertas que buscan desesperadamente una salida!

Por desgracia, la mayoría ignora que las opciones que nos ofrecen con tanta desinformación son la misma cosa, sólo que con disfraces diferentes.

El objetivo de todo esto es que nunca puedan encontrar la salida, que nunca puedan darse cuenta que las religiones, como los partidos políticos, son la misma cosa con diferentes rostros, todas bajo el control del demiurgo.

La finalidad de estas religiones es mantener al hombre adormecido, conduciéndolo a ciegas hacia el matadero final: su fusión con el demiurgo.

OTRO TEMA IMPORTANTE ES EL DEL SUICIDIO.

El suicidio pareciera ser una rebelión contra el creador. Quienes piensen que a través del suicidio lograrán escapar del sufrimiento y de las garras del demiurgo, están equivocados.

Cuando un hombre comienza a despertar y empieza a ver las cosas tal como son, teme haberse vuelto loco. Se da cuenta que todo lo que le han enseñado han sido mentiras, que está rodeado de locos y sonámbulos, y que está inmerso en un gigantesco campo de concentración habitado por insanos. Si la desadaptación, dolor, vacío y sufrimiento es demasiado, es probable que piense en suicidarse, tratando de huir de esa prisión.

Cuando un hombre común y corriente se suicida, su alma es separada del cuerpo, llevándose consigo al Espíritu que está atado a ella para ser entregada al demiurgo. A continuación vienen el juzgamiento, el castigo y el merecido "karma". Esto es lo que sucede cada vez que un hombre muere, y en el caso del suicida no es una excepción. En el caso del suicidio, el castigo infligido por el demiurgo será mayor:
"Un prisionero ha intentado escapar de su destino por lo tanto merece Doble castigo!"

El suicida no escapa de nada, ni se ha liberado de nada. Peor que antes ahora esta nuevamente bajo un rigor mas denso del demiurgo.

Para el hombre común, el suicidio no es una salida ni una liberación. Al contrario, es un empeoramiento de su situación.

Todo hombre, tarde o temprano deberá optar por uno de los dos únicos caminos, opuestos e irreconciliables, que existen para él: la realización de su alma o la realización de su Espíritu. No hay una tercera posibilidad.

El camino de la mano derecha, hacia el demiurgo, a través del perfeccionamiento y evolución del alma, o el Camino de la Mano Izquierda, hacia el Incognoscible, a través de la liberación del Espíritu.

El objetivo de LAS INICIACIONES DEL ALMA es la fusión final con el demiurgo. Esto debe ser tomado muy en cuenta!.

Si alguien nos habla de la “unión con Dios”, de “SER UNO en Dios”, de la “fusión de la conciencia individual con la Conciencia Uno”, del samadhi (o disolución en el demiurgo), etc., sabremos que estamos frente a una religión, secta o movimiento esotérico cimentado tras el demiurgo. Por supuesto que las iniciaciones que pueden otorgar, serán las iniciaciones del alma... nunca las del Espíritu.

POR EL CONTRARIO, EN LAS INICIACIONES DEL ESPÍRITU JAMÁS SE HABLA DE FUSIÓN NI ENTREGA CON NINGÚN DIOS.

En las iniciaciones que conducen al demiurgo se procura en el aspirante un debilitamiento y entrega de su voluntad y su posterior renuncia a su Ser.

Todo movimiento religioso que trabaje a favor del demiurgo le dará una gran importancia a la necesidad de anular el yo en los aspirantes.

Para que la fusión con el demiurgo tenga éxito, es fundamental que el aspirante renuncie a su yo. Una vez que el yo se haya desintegrado, la cáscara vacía en que el iniciado se ha convertido será llenada rápidamente por el demiurgo.

A la inversa, en las iniciaciones del Espíritu se procura siempre un agrandamiento del Ser esencia y una acumulación de poder, fuerza y voluntad.

Agrandar el yo superior es acercar el Espíritu. Si no existe el yo, el Espíritu no puede manifestarse. No confundir el YO con el EGO.

En las iniciaciones del alma se habla de evolución, de futuro y de progreso. “El alma debe evolucionar hasta fundirse con Dios”. “Toda la creación evoluciona hacia Dios”. Se endulza el engaño con capas atrayentes que hablan de perdón, aceptación, renuncia, humildad, devoción, amor, entrega servicio, etc.

Amor al dios demiurgo y a los demás hombres sin distinción de buenos o malos. “Amor a todo lo que el Aliento de Vida Divina ha traído a la existencia” (este “Aliento de Vida Divina” no es otro que el aliento del demiurgo). Servir a los “maestros” de la logia blanca, maestros ascendidos y al demiurgo, “para que se cumpla el Plan de la Tierra”.

También hacen hincapié en la culpa y en el arrepentimiento. Por el contrario, en las iniciaciones del Espíritu se habla del aspirante como de un guerrero que ha declarado la guerra total a las fuerzas de la materia.

No se habla de paz sino de guerra por una liberación, se habla de lucha por la libertad, liberación. No se habla de falso amor ni de devoción, ni de culpa ni de arrepentimiento.

Hay que tener en cuenta que a medida que el aspirante se va Espiritualizando, aumentan en él la agresividad y la repulsión contra todo lo que es mundo, materia, engaño, anti-Espiritu impuro, material y creado. Es esta la hostilidad natural del Espíritu hacia el demiurgo y su obra. Si el Espíritu sintiera amor hacia el demiurgo y su creación, no sería un Espíritu, sería un alma. El alma es amor ... pero (al demiurgo y su obra).

Las tres preguntas fundamentales que los hombres raramente se hacen alguna vez en su vida son: ¿Quién soy yo? ¿Por qué estoy aquí? ¿Qué debo hacer en esta vida?

¿Quién soy yo? Soy un Espíritu increado y eterno, encadenado al cuerpo-alma creado y efímero, aprisionado en la materia.

¿Por qué estoy aquí? Estoy aquí para ser usado para propósitos de la falsa creación y su jerarquía, para ser drenado en un experimento, malvado y cruel de depredación, sufrimiento, dolor, encierro y limitación.

Este plan requiere del aprisionamiento de un Espíritu infinito o Eterno, a fin de utilizar su potencia antimateria para impulsar la evolución de ese engendro impuro y perecedero demiurgo o falso dios a través del cuerpo-alma impuesto por él y su jerarquía.

Para que un hombre pueda alcanzar alguna vez el objetivo final de esta pervertida creación, y su transformación en el demiurgo, es imprescindible la potencia de nuestro Espíritu.

Esta energía antimateria es capaz por sí sola de poner en peligro a toda la falsa creación, aun estando parcialmente desactivada y disminuida a fin de ser utilizada sin peligro. Para ello el Espíritu debe ser encerrado y confundido, para que aporte aunque sea solo una ínfima parte de su infinito potencial gen luminico o chispa divina a la obra siniestra del demiurgo.

¿Qué debo hacer en esta vida? Debo despertar, tomar conciencia, buscar la conexión verdadera, empoderamiento y entendimiento de mi verdadera situación en ésta realidad ilusoria impuesta y hallar la salida. Liberación es salir de la prisión o matrix de limitación.

La liberación del espíritu es lo único digno de hacer por un hombre en su vida, es la única tarea que puede llevar adelante, no hay otra tarea que justifique tomarse un tiempo para efectuarla, todas las demás obras son inútiles, esta es la única y la más importante tarea a la que un hombre puede dedicar su vida.

¡Qué cosa terrible para el demiurgo cuando esto sucede!

Él ha creado el cuerpo y el alma del hombre para su propio fin: para que se parezca a él, para que se transforme en él. ¡Y ahora resulta que no sólo el prisionero se ha liberado sino que además ¡Se está apoderando de un trozo de su obra! Él ha creado al hombre para que evolucione hasta convertirse en un canal de manifestación de él mismo, de su creador.

A medida que el hombre va siendo transformado, va tomando conciencia de lo absurdo de todo. Se percata que los demás hombres no son más que espectros y fantasmas, y que él mismo siempre ha sido un espectro y un fantasma. Un hombre así transformado, siente la soledad más terrible que se puede imaginar.

Pero lentamente irá superando todo lo inferior y la soledad que sintió en un principio lo impulsará a un nuevo despertar y vigilia.

El hombre con el Empoderamiento de su Espíritu ya no dormirá más y así, abre su camino a la libertad y armonía infinita de La Fuente!

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